El matador sería un evadido que forma en temible banda
Vecinos aseguran que los asesinos de Pablo Díaz siguen en Villa Hipódromo
Los delincuentes que todos los días se enfrentan a balazos por la conquista de nuevos espacios visten chalecos antibalas, andan en autos con vidrios polarizados y tiran con metralletas y pistolas 9 mm.

En calle Gorostiaga y Peñaloza vecinos de Villa Hipódromo dijeron a este diario que los matadores de Pablo Díaz, lejos de haber abandonado la zona después del crimen, se apoderaron de nuevos espacios en el marco de una guerra de bandas que hace imposible imaginar una convivencia pacífica, mínimamente civilizada.

Las personas entrevistadas sostienen que ellas al igual que todos en Villa Hipódromo, viven bajo el régimen de terror que impone un prófugo de la Justicia, un individuo conocido por el alias de Narigón R., el mismo que carga en su haber con no pocas muertes.>

Díaz, según nuestros entrevistados, purgaba condena por homicidio y después de pasar siete años tras las rejas estaba a punto de recuperar la libertad, pero -dijeron- no le dieron tiempo "para rehacer la vida".>

El hombre muerto el último domingo ya contaba con un permiso laboral por buena conducta y trabajaba en una oficina pública -cercana a Casa de Gobierno-, y también los fines de semana podía visitar a su familia.>

"Lo mataron -dijo una de las fuentes consultadas-, porque una de las bandas enfrentadas creyó que ayudaba a la otra, pero la verdad es que Pablo Díaz hacía buena letra, no se metía con nadie y lo único que quería era salir del ambiente. Siempre decía: "Cuando salga vendemos la casa y nos vamos a otro barrio", dijo una de nuestras fuentes.>

Pablo Díaz, insistieron los entrevistados, nunca se fugó como se dijo, tampoco fue investigado por las muertes de Zapata -que era su amigo-, o de González, porque esos crímenes ocurrieron cuando él estaba en el penal; no obstante aseguraron que si alguien fugó de la policía y por alguna razón inexplicable todavía sigue en libertad, ése es el Narigón, su matador, un verdadero azote para el vecindario.>

Al Narigón, de triste fama, achacan algunos pobladores de Villa Hipódromo la muerte de Zapata y ahora también la de su amigo Pablo Díaz, pero además lo señalan como al asesino del chico"vendedor de pan", quien dos semanas atrás fue muerto por una bala perdida.>

Pero el Narigón no es el único malo de la historia. Al parecer no sería el líder, sino uno más en la banda más pesada de ese barrio.>

Los vecinos dijeron que la banda en la que forma El Narigón a todos tiene amenazados de muerte y agregaron que esas amenazas son para tener en cuenta "porque si amenazan, matan".>

A modo de ejemplo dijeron que muchas personas que por uno u otro motivo negaron apoyo a la banda fueron emplazadas para que abandonen sus casas "antes de morir achicharrados por el fuego". "Así se apropian de todo", escuchamos decir.>

Por ejemplo, el vecino X que no dejó que algunos delincuentes se atrincheraran detrás del tapial de su casa y tampoco les permitió trepar a los techos en medio de un tiroteo: hoy ese hombre sigue vivo porque ayer cargó todas las ropas en un bolso y se fue con su familia. Esta mañana las mujeres de B. ya estaban barriendo la casa y la vereda, mientras B. había cargado todo lo que abandonó X y lo llevó en el auto "para hacerlo plata".>

"Todos esos hombres viven del robo y las drogas, las mujeres son mecheras -definió una vecina. Todos lo saben, también la policía, así que habría que preguntarse por qué ellos pueden entrar y salir del barrio en esos autos "feos" con vidrios polarizados, porque cualquiera se da cuenta de que son delincuentes".>

Es tal la situación de descontrol delictivo, que las bandas enfrentadas, la de los mayores de 20 -la más conocida- y la de los menores que andan de noche cubiertos por gorras y capuchas, se enfrentan a tiros no menos de dos o tres veces por día.>

En ese cuadro se explican las muertes, muchas veces de personas inocentes, ajenas a la contienda. Los vecinos entrevistados sostienen que ellos son testigos de todo, pero saben que son gente muerta si -como pretende la policía- se deciden a hablar.>

Las bandas tienen automóviles de sobra, además de teléfonos celulares para manejar sus negocios, pero para defenderse y atacar tienen chalecos antibalas y armas con las que se exhiben por las calles. "Tienen -enumeró alguien- escopetas Itaca, escopetas recortadas de todas las marcas, metralletas, pistolas 9 mm y toda clase de fierros".>

"De esos tiroteos que antes eran cosa de todos los días, ahora tenemos cuatro o cinco por noche, y a veces, también se agarran al mediodía. A la siesta, también se tiran".>

Alguien dijo saber que los propios familiares de Pablo Díaz se mudarían de barrio porque también a ellos les llegaron las amenazas, "incluso, cuando velaban al muerto", para que no se les ocurriera denunciar a nadie.>

Caso Lucía

Meses atrás Lucía vivía en Villa Hipódromo, hoy vive escondida en otro vecindario. Un día algunos hombres armados llegaron a su casa y le dijeron: "Necesitamos un lugar para dormir tranquilos". Pero como ella no cedió el espacio, insistieron. "Te damos media hora para irte, pero si cuando volvemos todavía estás acá, te metemos una bomba y volás con toda la cría". Otros vecinos convencieron a Lucía, era necesario que ella cargara con sus cosas y se fuera, por su vida -le dijeron-, y por la vida de sus siete hijos. Cuando ellos volvieron encontraron que en la casa todavía quedaban muchas cosas de Lucía, algunas para tirar a la calle, otras para hacer dinero en cualquier compra-venta. A Lucía nunca más la vieron por el barrio.

José Luis Pagés