Una banda numerosa y con poderoso armamento
Policía acribillado a balazos por una docena de delincuentes
Uno de dos policías que cuidaban de una obra de la EPE fue alevosamente asesinado en El Arenal, a espaldas del barrio San Lorenzo. Al crimen consumado esta madrugada siguió un vasto despliegue policial.

José Luis Pagés

Un agente de la URI fue brutalmente asesinado mientras que otro salvó providencialmente la vida cuando esta madrugada fueron asaltados y baleados por más de una docena de hombres fuertemente armados en calle Estanislao López, al fondo, donde empieza El Arenal.

El alevoso crimen - sería coincidente la versión del único sobreviviente con la ofrecida por vecinos del lugar-, ocurrió a la 1.30 cuando en medio de una escena en penumbras varios desconocidos rodearon por sorpresa el automóvil Gacel que ocupaban el agente Mario Ramón Santillán y el cabo Marcelo Tocci.>

Los uniformados custodiaban las obras del tendido subterráneo de la red eléctrica estacionados en el lugar y fueron intimados a entregar sus armas reglamentarias, pero aún sabiéndose superados en número y poder de fuego, no lo hicieron.>

La reacción de los delincuentes ante la negativa sería fulminante, todos a una abrieron fuego, ensañándose con Santillán, en quien acertaron numerosos disparos. Tocci, en tanto, intentaría repeler el ataque disparando al bulto contra los desconocidos que en una fracción de segundos huyeron en distintas direcciones.>

Recién cuando los estampidos cesaron Tocci podría advertir que su compañero que había salido del auto en un vano intento por buscar refugio entre los pajonales, yacía herido de muerte -con la cabeza destrozada por un balazo- y presentaba además otras importantes heridas en distintas partes del cuerpo.>

En el acto, Tocci pidió refuerzos y el envío de una ambulancia para auxiliar a su compañero herido, pero, no obstante la premura con la que respondieron los servicios públicos, Santillán dejaría de existir antes de llegar al hospital público.>

La muerte de Santillán -agente de la subcomisaría 2a. de Santa Rosa de Lima- hizo que el grueso de la Policía santafesina se volcara sobre el lugar del hecho para de inmediato comenzar a batir las calles de los barrios San Lorenzo y El Arenal en busca de los asesinos.>

Mientras la batida casa por casa tenía lugar en la jurisdicción policial de la Subcomisaría 10a. los peritos criminalísticos de Jefatura recogerían alrededor del automóvil más de cuarenta cápsulas que saltaron de las pistolas de grueso calibre y también tomarían nota de los proyectiles incrustados en la carrocería y paredes de las casas vecinas.>

Al cierre de esta edición la atención de la Policía santafesina seguía concentrada alrededor de las cuatro manzanas que rodean la escena del crimen con la seguridad de que los asesinos son del lugar y no lo abandonaron.>

Una fuente policial dijo esta tarde en Jefatura que pasado el mediodía sumaban seis los sospechosos detenidos, contándose entre ellos un delincuente "un viejo conocido para los agentes de investigaciones". También habría sido secuestrada una de las armas usadas por éstos.>

Tal como describimos ayer cuando referimos los crímenes consumados en barrio Villa Hipódromo las bandas de El Arenal también se pasean con armas a la vista, con escopetas, revólveres y pistolas, las que por su poder de fuego igualan o superan las armas que portan los propios policías.>

El agente Santillán

El agente Mario Santillán -asesinado esta madrugada en barrio El Arenal-, tenía 36 años, era casado y padre de tres niños de 3, 6 y 8 años de edad. El infortunado policía, oriundo de San Cristóbal, se desempeñaba en la Subcomisaría 2a. del barrio San Rosa de Lima y residía con su grupo de familia en el barrio La Florida de nuestra ciudad. Santillán, con ocho años de antigüedad en la repartición, cubría un servicio de policía adicional en custodia de una obra pública. En el mismo sitio donde a la 1.30 caería muerte, se había apostado a las 19 y debía permanecer hasta las 7 de la mañana, dijo la fuente policial.