"El fantástico reino del Preste Juan"

Templarios, alquimistas, adoradores del fuego, cátaros y nómadas de las estepas se mueven en las páginas del último libro del escritor hispano-brasileño Pablo Villarrubia Mauso, un minucioso ensayo que intenta seguir las huellas del Preste Juan, el mítico monarca cuyo rastro se pierde en las nieblas del medievo.

"El fantástico Reino del Preste Juan" es el título de este libro en el que se mezcla historia, magia, geografía mitológica, viajes hacia Oriente y una erudición que indaga en el esoterismo de una faceta de la Edad Media poco tratada por los académicos.>

La búsqueda de Villarrubia comenzó hace más de quince años, cuando, según explica a EFE, realizó las primeras indagaciones sobre este legendario rey, cuyo eco llegó a la Europa Medieval desde la ignota Asia.>

Fue hacia 1165, cuando las máximas autoridades de Occidente -el emperador bizantino Manuel Comneno; el monarca del sacro imperio germánico, Federico Barbarroja, y el papa Alejandro III- recibieron unas cartas en las que el Preste Juan se daba a conocer.>

Aunque el texto, en sus tres versiones -latina, francesa y anglonormanda- fue calificado de apócrifa, sus repercusiones fueron claves para los lazos entre Occidente y Oriente, y lo que en ellas se contaba incitó a posteriores expediciones hacia Asia, como la del veneciano Marco Polo.>

"La carta habla de un reino casi mágico, con criaturas fabulosas y riquezas increíbles, localizado al este de todas las tierras conocidas, surcado por ríos llenos de piedras preciosas y habitado por gentes que, entre otras maravillas, tejían con hilos de piel de salamandra", refiere Villarrubia.>

Se ha identificado al Preste Juan como un heredero de los Reyes Magos, un señor mongol, un monarca nestoriano asiático y un poderoso rey devoto de Santo Tomás, el apóstol que, según la tradición, terminó sus días en la India.>

Los monarcas europeos y el Papado pensaron en el Preste Juan, cristiano aunque hereje, como un virtual aliado contra el Islam, que en esa época estaba poniendo las cosas muy difíciles a los Estados cruzados en Tierra Santa.>

Según Villarrubia, anteriores estudios de las cartas del Preste Juan, o bien las habían caracterizado como una fábula, o bien habían visto tras ellas intereses políticos.>

EFE