De Raíces y Abuelos
Tras las huellas de sus antepasados suizos
Familia Andereggen. Susana Andereggen decidió que ya era tiempo de unir a su gran familia de origen suizo. Conmemorarán los 150 años de la llegada a la Argentina, el 8 de julio, en San Jerónimo Norte. Textos de Susana Andereggen.

El 1° de julio próximo se conmemorarán 150 años de la llegada de la primera familia Andereggen a la Argentina, la que pertenecía a una de las más antiguas del Obergoms (distrito del Alto Goms), Cantón Wallis de Suiza.

Los descendientes de aquellos emigrados de Suiza tienen previsto organizar el primer encuentro familiar en la localidad de San Jerónimo Norte, el domingo 8 de julio. Tendrán la oportunidad de compartir su historia común, sus recuerdos, sus anécdotas y hasta en muchos casos, llegar a conocerse.>

Este apellido -según distintos escritos y versiones, como tantos apellidos valesanos- ha sido tomado de su lugar de residencia. En este caso se denominaba a estas personas como "los de la esquina", en alemán "An der Ecken" y de allí fue derivando hasta convertirse en Andereggen. Incluso antes de que se formara la Confederación Helvética en 1291, ya se encuentran documentos que certifican la existencia de este apellido.>

En 1643, Alexander Andereggen tomó la ciudadanía en el pueblo de Biel, en el cantón Wallis, y se convirtió en el tronco de una numerosa familia de la cual descienden los emigrados a América.>

En épocas en las que Suiza no podía contener a todos sus habitantes, las promesas de una vida mejor, en un continente lejano, motivaron a miles de valesanos a dejar su patria y lanzarse a la aventura de la inmigración.>

Entre los años 1850 y 1910, unos 14.000 valesanos abandonaron su región pobre en busca de nuevas oportunidades. Por entonces, el Wallis era un cantón aislado cuyos habitantes vivían de la agricultura. Largos períodos de inundaciones y sequías malograban las cosechas, las pequeñas parcelas de tierras se habían ido dividiendo entre los hijos e impedían una explotación racional.>

Argentina fue uno de los países que albergó la mayor cantidad de estos inmigrantes. Las colonias Esperanza (Santa Fe) y Baradero (Buenos Aires) les abrieron sus puertas en l856. Después fue San José en Entre Ríos y luego San Jerónimo Norte y San Carlos.>

A Colonia San José

Alexander Andereggen llegó a las costas del río Uruguay en 1857, con otras 100 familias de valesanos, algunos saboyanos y alemanes. Todos dieron origen a la Colonia San José de Entre Ríos, fundada en tierras del General Justo José de Urquiza.

Esta familia permaneció 10 años en la colonia trabajando sus tierras, de las cuales se convirtieron en propietarios. A diferencia de las colonias santafesinas, los colonos de San José contaron con pequeñas parcelas de tierras (las concesiones tenían 27 has. cada una) en las que debían instalarse, según el contrato, cinco adultos.>

Sumado a la llegada de nuevos contingentes de colonos en los años siguientes, las tierras fueron quedando cada más divididas. Por este motivo, la práctica de la agricultura con la diversificación de los cultivos que en las primeras épocas se quiso desarrollar sólo les permitió la subsistencia.>

Sin embargo, Alexander Andereggen se dedicó a la cría de ganado vacuno y a la elaboración de productos lácteos, aplicando sus conocimientos valesanos. Adquirió más terreno, ya que uno de los grandes problemas para la explotación ganadera eran los escasos campos para el pastoreo. Una serie de desafortunados acontecimientos motivarían a Alexander a abandonar la colonia. Tres de sus pequeños hijos, nacidos en San José y su esposa, Rosalía Erpen, fallecieron entre 1861 y 1867.>

Regreso a la patria

Alexander vendió sus tierras en San José y regresó a Suiza con Johann, uno de sus hijos nacido en el Wallis, y con los dos entrerrianos: María Elizabeth y Joseph. Instalado nuevamente en su patria, contrajo matrimonio con Agatha Bodennmann, con quien tuvo otros seis hijos.

Se radicaron en Martisberg, el pequeño pueblo de su esposa. Alexander continuó trabajando hasta sus últimos días en su chacra en el "Dorfi" (pueblo) y en los establos de Eggishorn (en la montaña).>

Pero esta familia continuaría su destino de emigrante, dividida para siempre. La hija mayor, Katharina, se había quedado en San José; Johann vivió en Zermatt y en Brig (Wallis), donde falleció; María Elizabeth vivió en Martisberg (Wallis) donde se casó con Moritz Walker y crió a sus hijos.>

Por su parte, Joseph, el entrerriano, quien se había casado con Luisa Müller (con quien tenía dos hijos, Karl y Erwin) emigraría nuevamente a América en 1899, donde permaneció hasta su muerte. Tres de los hijos con la segunda esposa permanecerían en el Wallis, y los otros (Víktor, Ana María y Fridolina) emigrarían primero a California y luego a Chicago, en Estados Unidos. De acuerdo a las numerosas cartas que esta familia se escribió por más de cincuenta años, nunca más volverían a verse.>

En Argentina

No solamente Alexander probaría suerte en América:

- Su hermano Klemens -junto a sus dos hijos Paulina y Alfredo- emigrarían en 1872. En las colonias santafesinas nacerían sus hijos con su esposa Luisa Ambord, Luis, Juan José y Sofía.>

- Su primo Wendelino Andereggen, junto a su esposa María Hug y sus hijos Víktor, Agustín, Eduardo y Paulina, emigrarían a la colonia San Jerónimo en 1873. Wendelino era un sastre de Biel, pero en las colonias santafesinas, donde vivió hasta su muerte en 1894, fue agricultor. Allí nacieron sus otros hijos: José, Emilio, Luis, Francisco, Santiago y Margarita. Wendelino sería el patriarca de una numerosa familia que aún se encuentra asentada, en gran parte, en pueblos y ciudades de la provincia de Santa Fe.>

- Su sobrino Eugenio, hijo de su hermano Klemens emigró en 1886 a San Jerónimo Norte, junto a sus hijos Josefina y José Francisco. Luego de un tiempo regresó a Suiza, hasta que finalmente volvió a Argentina para radicarse en Buenos Aires donde se encuentran sus familiares.>

- Su sobrino Adolfo, hijo de su hermano Felix, emigró primero a California, Estados Unidos, y en 1896 estaba ya radicado en Grütly, provincia de Santa Fe, con sus hijos Victoria y Luis. Luego del fallecimiento de su esposa Agnes Walpen, se casó con Catalina Zmilacher con quien tuvo a Francisco, Juan José, Domingo, Juana, Guillermina, y Carlos. Esta familia se trasladaría a la provincia de Entre Ríos, donde actualmente se encuentran la mayoría de sus descendientes.>

- Su hijo Joseph, casado con Luisa Müller y sus hijos Karl y Erwin, llegaría a Argentina en 1899. Se radicó primero en Colonia Nueva y luego en San Jerónimo Norte, donde nacieron sus otros hijos: María, Ema, Amanda, Enrique, Emilio, Eduardo Teobaldo y Eduardo, donde se encuentran aún muchos de sus descendientes.>

Las actividades

El encuentro familiar comenzará el 8 de julio a la mañana, con la celebración de una misa por la memoria de los familiares difuntos. A las 11 se realizará una audición especial de "Encuentro con Suiza", en la emisora local FM 93.7.

A las 19, en el salón de la Asociación Cosmopolita, se presentará el libro "La Familia Andereggen, una familia de inmigrantes suizos", escrito por Susana Andereggen. Relata la historia de la instalación de esta familia en nuestro país, además del significado del apellido, el escudo familiar, la comuna de origen, etc. También contiene un estudio genealógico desde 1643 a 2007.>

Luego será servida una cena de camaradería y habrá un baile con la orquesta típica de música suizo-valesana "Los Alpes". Al día siguiente, está prevista la salida a Villa San José, Entre Ríos, donde se realizará el acto de cierre de la Fiesta Nacional de la Colonización en conmemoración de los 150 años de la colonia. Allí también será presentado aquel libro, se participará del desfile evocativo y del encuentro con las familias entrerrianas.>

"Rastrear las huellas de nuestros antepasados resulta sin dudas una tarea apasionante, más aún cuando se ama profundamente a la familia y se valora su esfuerzo para abrirse camino entre las adversidades. En el transcurso del proceso de investigación y al descubrir de dónde venimos podemos formarnos una idea bastante acabada del origen de nuestro propio carácter y de nuestras costumbres, que -a mi entender- nos permite profundizar e indagar en nuestro propio ser para resaltar las virtudes y corregir los defectos. En suma, para hacernos mejores personas", concluyó la autora.>