Anlálisis
Resguardar a Cristina
Viviana Mariño

Fue la peor de las noticias cuando el gobierno comenzaba a palpitar el lanzamiento formal de la candidatura de Cristina Fernández. La renuncia de Felisa Miceli apartó ayer al kircherismo de la ensoñación electoral y sembró un nuevo desafío en la estrategia del poder central hacia las elecciones nacionales de octubre.

Apenas cuatro días antes del acto en la ciudad de La Plata para presentar a la primera dama como su potencial sucesora, Néstor Kirchner encontró en el pedido de declaración indagatoria del fiscal federal Guillermo Marijuán un límite infranqueable para mantener el cerco de defensa que había montado durante los últimos días alrededor de la cuestionada funcionaria.>

El alejamiento de Miceli puso al presidente en un incómodo lugar: el de la sospecha de corrupción en el más alto nivel de su gestión. >

Anoche, en la Casa Rosada advertían que la renuncia de la ministra que distinguió a su paso por el gobierno con un firme disciplinamiento a la figura presidencial generó una suerte de "doble desazón". >

Es que, además del obvio costo político del escándalo, en el kirchnerismo dejaron trascender un fuerte malestar por haber conocido detalles de la "ruta" del dinero -de aquella bolsa oculta en el baño de su despacho- que selló la suerte de la ex jefa de Hacienda a través del texto del pedido de indagatoria del fiscal de la causa. "El presidente desconocía algunos datos como la relación con la financiera Crédito Cuenca", puntualizaron las fuentes. Sin embargo, en público, el empeño del gobierno estuvo dedicado a amortiguar el impacto de una situación política delicada. >

Como si fuera parte de una cuidada puesta en escena, Kirchner y la primera dama encabezaron poco después de las 18 un acto de obras públicas para el partido bonaerense de Berazategui en el Salón Blanco de la Casa Rosada. Al mismo tiempo, Miceli cruzaba desde Economía hacia el despacho del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, para presentar formalmente su renuncia. >

Ese gesto fue el cierre de una secuencia montada desde temprano en la Casa de Gobierno cuando, conocida las nuevas complicaciones judiciales de Miceli, la funcionaria se reunió con el presidente para analizar las implicancias y posibles derivaciones del pedido de indagatoria. De esa cumbre, confiaron fuentes gubernamentales, salió la decisión de dar un paso al costado. >

Aunque el gobierno reaccionó ayer de la misma manera que lo hizo con los titulares del Enargas, Fulvio Madaro, y de Nación Fideicomisos, Néstor Ulloa, ambos involucrados en el caso Skanska y separados de sus cargos a raíz de una requisitoria judicial, el kircherismo asume que el caso Miceli, por su protagonista, tiempos y formas, supone un costo todavía más alto.>