En estas circunstancias
Con los feedlots no alcanza
El stock ganadero nacional está aún descompensado, con mucha cría y poca recría. El sector invernador a pasto está cada vez más reducido en área y en demanda de terneros

Ignacio Iriarte

Se vende anticipado porque los verdeos, praderas y campo natural están liquidados, y no se puede engordar sólo con reservas porque es antieconómico. Los feedlots están llenos, pero no pueden hacerse cargo de toda la oferta de carne a nivel nacional. Hay mucha hacienda de frigoríficos (exportadores y consumeros) y matarifes en los corrales, pero esto no alcanza para hacer funcionar los ambiciosos planes de faena.

En muchas zonas de engorde, donde a esta altura del año pasado se habían registrado entre cinco y ocho heladas, hoy se acumulan entre 55 y 60 heladas, y en varios sitios ha nevado. Las islas han sido evacuadas (cerca de dos millones de cabezas) y en el centro de Santa Fe las lluvias de marzo arrasaron cientos de miles de hectáreas de praderas y verdeos. Si consideramos todos estos datos, la mayoría de los operadores concluye que entre el final del invierno y el principio de la primavera se registrará muy posiblemente un faltante de vacas y novillos que no podrá ser compensado (ni en kilos ni en cabezas) por el feedlot. >

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Más faena de vientres

En los últimos meses se registra una caída importante en la faena de novillos y novillitos. Puede atribuirse al hecho que una menor suplementación está alargando los procesos de engorde; si esto fuera así habría que esperar una mayor afluencia de estas categorías para el segundo semestre, especialmente hacia fin de año. Pero puede también interpretarse que esta caída se corresponde con otra merma mayor a la esperada en la parición en 2005, que se estaría expresando recién ahora en una menor oferta de machos.

Hoy tenemos una faena pobre en novillos, y abundante en hembras y animales jóvenes. La altísima faena de vacas obedece al desinterés de algunos por seguir en la actividad, pero también al hecho de que la puerta de salida que siempre resultó el mercado de cría está prácticamente cerrada, por falta de campo, por presión agrícola, por razones climáticas (no hay donde ponerlas) o por incertidumbre. Lo cierto es que cientos de lotes de vacas, que aún en épocas peores a la actual hubieran encontrado un comprador interesado en seguirlas, aunque sea para engordar la vaca y el ternero, hoy se destinan obligadamente a faena, aún en el caso de presentar preñeces avanzadas, visibles. Una parte de esta crisis es la política ganadera K, pero otra también muy importante es el factor climático y el avance agrícola, especialmente en suelos de aptitud inferior. >

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La vocación sigue

El mercado ajustaría más rápidamente hacia una situación de menor oferta y mejores precios, si la liquidación ganadera fuera más marcada. Pero la vocación ganadera en nuestro país está resultando mayor de la esperada: los productores, aún frente a menores precios e incertidumbre, no se desprenden de la vacas por diferentes motivos. Porque están líquidos por la agricultura, viven de otras actividades, consideran que los precios actuales de las vacas son muy bajos, por razones impositivas, o porque están comprometidos en proyectos de largo plazo (NEA y NOA). Porque piensan que esta política ganadera se verá forzada por las circunstancias (o por sus resultados) a cambiar más temprano que tarde, porque piensan que la carne tiene un brillante futuro, o porque en los campos que tienen no se puede hacer otra cosa más que cría. Así, tenemos actualmente un stock ganadero descompensado, con mucha cría, poca o ninguna recría y un sector invernador pastoril cada vez más reducido en su superficie y en su demanda por los terneros que se producen.

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La cría se la aguanta

Probablemente en la próxima campaña de vacunación encontremos menos vacas; pero en las zonas típicas de cría, pese a la baja de los ingresos del criador especializado, no hay un clima de liquidación, como los hemos vivido en el pasado. En muchas zonas agrícolas, que han desarrollado la cría en bajos, cañadas y campos inferiores, hoy se aran pasturas para alquilar para agricultura, pero conservan la cría. Hoy, se está saliendo mucho más acentuadamente de la invernada que de la cría, y lo que prevalece -en todos los ganaderos- es una sensación de desánimo, de brazos caídos, después de un año y medio de lucha contra las desacertadas intervenciones gubernamentales. Lo que queda claro en este esquema de alto precio del maíz, de mayor renta agrícola, de limitación de las exportaciones e incertidumbre, es que el criador pierde participación en el precio del producto final, el novillo terminado.

El nuevo mapa

Si tomamos las vacunaciones de 1994 y 2004, en Santa Fe hay caídas importantes en General López, Castellanos y Las Colonias, pero hay un marcada ascenso en 9 de Julio, San Javier, San Cristóbal y Vera. En Córdoba -la provincia donde se registra la mayor caída del stock ganadero- se advierten fuertes bajas en General Roca, Río Cuarto y Roque Sáenz Peña.

En Entre Ríos, cae en Gualeguaychú y Villaguay, pero crece en Gualeguay, Victoria y las Islas. Se mantiene el número de novillos en la provincia de La Pampa, pero desde 1994, por las continuas secas y por la presión agrícola ha caído la cantidad de machos de engorde. Crece el número de novillos en Corrientes, Formosa y aumenta en forma importante en el Chaco.