Cien años "sin claudicar"
Oda a la vaca y su gente
La Sociedad Rural de Rafaela celebra, con la actual, su primera centena de exposiciones. Tradición, nostalgia, tecnología y genética de punta se conjugan en un tributo al motor principal del desarrollo regional: la raza Holando Argentino.

Cien años pasaron desde que en octubre de 1907 un grupo de productores rafaelinos decidieron mostrar por primera vez el fruto de su esfuerzo. Hoy, la Sociedad Rural de Rafaela luce orgullosa su historia centenaria con una nueva exposición donde resplandece, al mismo tiempo, la tecnología que trajo la modernidad y el espíritu de sacrificio que instauraron sus fundadores.

Cuentan los libros de historia -y los gringos más viejos, que lo vivieron en carne propia- que hasta la gran depresión mundial de 1930 los pagos estaban dominados por la agricultura. Pero, con la crisis, hubo que encontrar un sustituto a los cereales y entonces entró en escena la lechería; la misma que hoy es marca registrada y motor del desarrollo en la región.>

"Durante estos cien años tuvimos una sola consigna: no claudicar". Fueron las palabras más sentidas que el vicepresidente de la entidad, Alcides Urbera, pronunció durante el acto de apertura que se realizó en la entrada principal del predio el jueves 16 por la mañana. A su lado, participaron de la ceremonia el titular de la entidad, Juan José Invinkelried, el Secretario de Agricultura, Daniel Costamagna, y el intendente local, Omar Perotti, entre tantos otros miembros y amigos de la entidad.>

100% lechera

La impronta lechera es el sello que caracteriza a la rural rafaelina. Por eso la muestra arrancó ese mismo día bien temprano, como se hace en el campo, con el primer ordeño del 87° Concurso de Vacas Lecheras a las 6 de la mañana. Del certamen -el único de su tipo que lleva tantas ediciones ininterrumpidas- participan 3 reconocidas cabañas de la zona: La Luisa, de Miretti (Ataliva); Luhuab, de Hugo y Abel Zenclussen (Villa San José); y La Magdalena, de Felissia Hnos. (Rafaela). Precisamente fue una vaca de 3° categoría de La Magdalena, de nombre Corina, la que esa mañana arrancó en punta con la módica medida de 40,1 litros de leche, 3.1% de grasa y 2.88% de proteína.

Ya casi sobre el mediodía, apenas después del corte de cinta, una sencilla ceremonia hizo realidad el sueño de Elvio Marangón, un tambero que hace años le sugirió a la entidad que erigiera un monumento a su más preciado instrumento de desarrollo: la vaca Holando Argentino. Y así fue que, de la mano de Invinkelried y Perotti, este viejo productor corrió la sábana que dejó al descubierto la obra de mármol sintético y fibra de vidrio de los artistas Sonia Yermak y Lorenzo Villagrán. A sus pies, el bronce reza: "La Sociedad Rural de Rafaela y La Región, En Homenaje a Una de las Principales Fuentes de Desarrollo de Nuestra Zona".>

El porvenir es de todos

En su discurso, el presidente de la rural rafaelina fue contundente para graficar la importancia económica de la lechería regional: "desde Rafaela surgen todos los años alrededor de 505 millones de litros de leche y 2 de las 5 empresas líderes del mercado lácteo nacional son locales".

Entre los oyentes se encontraba el presidente de una de esas usinas que mencionó Invinkelried. Alfredo Curiotti, titular de Williner y vicepresidente del Consejo de la Industria Lechera (CIL), destacó a Campolitoral las excepcionales condiciones que tiene el país para crecer en el mercado lácteo mundial. Pero, al mismo tiempo, aportó una mirada cautelosa de la coyuntura. "Argentina venía creciendo en lechería a un promedio de un 5 o 6% anual y este año seguramente vamos a cerrar un ciclo lechero con 7 u 8% abajo de lo que se produjo el año pasado", afirmó el ejecutivo.>

Al margen de las complicaciones, que este año se ensañaron con la lechería más que con cualquier otra actividad del campo (dos diluvios, uno en la navidad de 2006 y otro a fin de marzo, arrasaron buena parte de los tambos del centro provincial) la esperanza se mantiene y la apuesta crece. Así, la Asociación Civil Santafesina de Genética Lechera, que integran las más prestigiosas cabañas Holando Argentino santafesinas, técnicos y profesionales, promete abrirle una nueva puerta a la actividad, sobre todo con la colocación de material genético (semen y embriones) en el mercado mundial. "Es una oportunidad que no hay que desaprovechar", se entusiasmó Horacio Barberis, titular de la cabaña La Lilia.>

Juan Manuel Fernández[email protected] ESPECIAL