El diseñador Tito Samenlik propone una línea en la que "todo lo que hacemos para hombres lo hacemos también para niños. Especialmente cuando los propios hijos son el cortejo, la misma prenda que viste el novio queda muy tierna en el chico y hasta en el bebé".
En casos en que los niños sean sobrinos o mantengan otra relación de parentesco con el novio, "ya se trabaja diferente. Todo se define de acuerdo a la entrevista. Pero la pauta sería la armonía de conjunto. No me gusta generalizar, pero debe haber una armonía entre el novio y los padrinos, el cortejo y hasta el vestido de la novia. Por eso es importante un buen asesoramiento, para obtener los mejores diseños. Sea una boda de 50 o de 1000 invitados, la emoción es la misma, y el traje debe ser acorde".>
