Podrían demorarse los planes de Botnia
Pasteras: una nueva etapa del conflicto
Los efectos nocivos que ocasionó el derrame de una sustancia que se emplea para la extracción de celulosa, desencadenó una fuerte reacción de la Cancillería, que con "indignación", pidió explicaciones a Uruguay.

El conflicto con Uruguay por la instalación de la fábrica de celulosa de la finlandesa Botnia adquirió en la semana una nueva escalada. Pero ésta, a diferencia de anteriores, tuvo un desencadenante fáctico que avalaría de manera preliminar, la presunción de Argentina y en especial de los ambientalistas de Gualeguaychú: el proyecto sobre el río Uruguay se habría probado contaminante.

El hecho que precipitó la escalada sucedió el martes. Durante una prueba de elaboración de "licor blanco sintético" con el que se extrae la celulosa de la madera, hubo un derrame de polvo de sulfuro de sodio en la planta ubicada en Fray Bentos, frente a Gualeguaychú, que se agravó por un fuerte viento.>

Las consecuencias fueron una docena de obreros que trabajan en la construcción de la planta afectados, dos de los cuales debieron ser hospitalizados hasta el día siguiente por "síntomas en la piel, ocular y vía respiratoria alta". >

También el efecto se habría hecho sentir de este lado del río. La presunta afección que sufrieron tres mujeres de Gualeguaychú y la aparente mortandad de aves a causa de la emanación, llevó al gobierno entrerriano a denunciar a Botnia ante la Justicia federal por intento de contaminación. La Asamblea Ciudadana Ambiental gualeguaychuense hizo lo propio ante la fiscalía para que investigue si se trató de un delito contra la seguridad pública.>

"Alarmada", tal su definición, la Cancillería transmitió su "más fuerte inquietud" por el "grave episodio" que representa una "evidencia adicional" sobre el carácter contaminante del "emprendimiento ilícito" de la pastera Botnia, por lo que comunicó la denuncia ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que tiene pendiente una definición sobre la cuestión de fondo: si hubo o no violación del Tratado del Río Uruguay (1975) cuando Montevideo autorizó unilateralmente la construcción de la pastera.>

Otras reacciones

La dureza de la reacción argentina quedó reafirmada con el hecho de citar al Palacio San Martín al embajador uruguayo, Francisco Bustillo. Dos veces en menos de 24 horas tuvo que presentarse el diplomático al edificio de Arenales y Esmeralda. El jueves fue para recibir aquel reclamo, y al día siguiente, para recepcionar la nota en la que, "con indignación", el gobierno argentino rechazaba las consideraciones "no sólo ofensivas sino particularmente injustas" de Montevideo. La demorada respuesta argentina fue a la queja que cuatro días antes le había hecho llegar el gobierno uruguayo por "no actuar acorde con sus compromisos asumidos internacionalmente en la lucha contra el terrorismo", frente a lo que consideró una actuación "no acorde con la gravedad" de dichos de dirigentes ambientalistas sobre supuestos atentados explosivos contra Botnia.

El resultado político constatable a raíz de la emanación tóxica desde Botnia ha sido, por un lado, la confluencia de posiciones entre los gobiernos nacional y entrerriano de un lado, y de otro, los ambientalistas gualeguaychuenses; una relación que sólo conoce un antecedente en esos términos: cuando el presidente Néstor Kirchner proclamó "causa nacional" la oposición ambientalista a la construcción de Botnia, con un acto en Gualeguaychú, en mayo del año pasado.>

Más consecuencias

La segunda consecuencia del hecho es que confirma a priori la presunción argentina acerca del sospechado carácter contaminante de la fábrica que prevé producir un millón de toneladas de pasta de celulosa para exportación por año. "Si con la primera prueba tenemos problemas, qué va a pasar cuando entre en producción", se preguntó una alta fuente de la Cancillería.

El diagnóstico lo confirmó incluso una fuente de la Cancillería uruguaya. "El accidente tuvo un fuerte impacto en la prensa y en la opinión y fue un elemento que le sirvió al gobierno argentino y a los ambientalistas", sostuvo.>

Un tercer efecto tiene relación con el impacto del hecho en los planes de la propia Botnia. Las autoridades laborales uruguayas se han visto obligadas a multar a la empresa y a prohibir ese tipo de pruebas hasta tanto se implemente un mecanismo hermético para la manipulación del sulfuro de sodio. >

Además, los casi 3 mil obreros de la construcción que trabajan en la obra civil pararon sus actividades al menos por cuatro días, hasta el lunes, para que se adopten garantías concretas de seguridad laboral. El accidente, en definitiva, fue resultado de la prisa de Botnia por comenzar a producir cuanto antes, en setiembre próximo. Los planes, a raíz del accidente del martes, podrían demorarse.>

Asamblea binacional

Asambleístas uruguayos y sus pares de Gualeguaychú se encontrarán hoy en un abrazo simbólico sobre el puente Internacional General San Martín para luego avanzar en la conformación de una Asamblea Binacional que luchará contra la instalación de Botnia, Ence y otras papeleras. El encuentro, al que llegarían unos 50 ambientalistas y productores uruguayos, se realizará a la tarde. El asambleísta de Gualeguaychú Alfredo De Angeli, aseguró que gran parte del pueblo uruguayo "está pensando como nosotros, y ahora van a tener la oportunidad de expresarlo. Lo que no hacen los gobiernos, lo hacen los pueblos", concluyó.

Horacio Serafini