"Todo lo que reditúe ganancias, prospera". La máxima acuñada por los pobladores abarca desde las prácticas más inofensivas a otras que afectan los más elementales derechos humanos. Y las fuerzas de seguridad no dan abasto.
Con más de 1.100 kilómetros de frontera con Paraguay y Brasil y sólo 95 kilómetros de límite con el resto de Argentina, Misiones es una de las zonas de mayor auge de la trata de personas, el contrabando y el narcotráfico.
Los procedimientos que a diario realizan las fuerzas de seguridad constituyen los parámetros palpables de una realidad que se acentúa en la represión como en operaciones delictivas, casi en la misma proporción en la frontera misionera. En ese contexto, la tarea que realizan Gendarmería Nacional, Prefectura Naval y hasta la Policía provincial se transforma en rutinaria, pero no menos peligrosa a la hora de custodiar una zona más que caliente.>
Las características geográficas de la región, rodeada por los ríos Paraná, Iguazú y Uruguay, forman otro de los elementos que contribuyen con la proliferación de los negocios ilegales, dada la imposibilidad de custodiar palmo a palmo la frontera.>
Cada 50 metros
Una descripción gráfica de esa realidad fue la expresada hace más de una década por un alto jefe de Gendarmería, cuando dijo que "un control efectivo demandaría la ubicación de un efectivo cada 100 metros".
En la actualidad, a partir del desarrollo en logística alcanzado por los contrabandistas, otro responsable de la misma fuerza redujo ese espacio de control a 50 metros.>
Es que si bien los uniformados tienen bien definidos los puntos que en la frontera utilizan los delincuentes para el ingreso ilegal de cigarrillos, mercaderías, droga y personas, éstos continuamente modifican el territorio elegido para eludir los controles, según el despliegue de los uniformados.>
"Es como el juego del gato y el ratón", señaló una fuente de la Prefectura en Misiones. El informante recordó que en la provincia existen tramos del río Paraná que alcanzan una extensión de 3.000 metros, como entre Posadas y Encarnación, y otros de sólo 250 metros, como en el Alto Paraná.>
Todos los rubros
Por estos días, el contrabando de cigarrillos fabricados en Paraguay es el que se desenvuelve con mayor dinamismo en la frontera, alentado por su encuadre legal en Argentina donde está tipificado como una simple infracción, si es que el valor de la carga no supera los 40 mil pesos. Es decir, mil cartones o 10 mil paquetes.
En cambio, el tráfico de drogas, especialmente de marihuana, decreció tras haberse superado en el primer semestre del año los 50 mil kilos de droga secuestrada (más que en todo el 2006 cuando las fuerzas de seguridad incautaron 44.259 kilos, según establecen las estadísticas oficiales).>
Los investigadores atribuyen esa merma a la finalización de la cosecha del estupefaciente del lado paraguayo, aunque también a la intensificación de los controles en la frontera, en Misiones y en rutas que conducen a los centros de consumo de Argentina.>
Sin embargo, para el caso también caben los riesgos comparativos entre el contrabando de cigarrillos y narcotráfico, bien diferenciados en el Código Procesal Penal argentino.>
"En la frontera todo lo que reditúe ganancias, en forma legal o ilegal, prospera. Hoy puede ser el cigarrillo; mañana la marihuana; después el combustible", es una reflexión popular que hasta orilla la apología del delito pero es una realidad de la región a la que, últimamente, se agregó la trata de personas.>
Sólo basta con remitirse a los últimos informes del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) que revelan la existencia de 850 mil niños en situación de riesgo en la Triple Frontera que conforman ciudades de Argentina, Brasil y Paraguay.>
En el plano local, en lo que va del 2007, Gendarmería Nacional realizó una docena de procedimientos en la Terminal de Ómnibus de Posadas, donde fueron sorprendidas personas mayores que, sin ningún tipo de parentesco, intentaban viajar hacia distintos puntos de Argentina acompañadas por menores de edad.>
En esas investigaciones, se detectaron historias de profundas necesidades acerca de la realidad económica de la zona, la falta de perspectivas educativas y laborales, como disparadores de la trata de personas llevada a cabo, incluso en algunos casos con consentimiento de los padres.>
Carlos Lobato (DyN)
