Emotiva remembranza de un personaje real
Marion Cotillard y Gérard Depardieu, en una escena del filme "La vie en rose". Foto: Agencia Télam

Sin dudas, la vida de Edith Piaf tiene que haber sido mucho más interesante y compleja de lo que la película de Olivier Dahan la muestra.

"La vie en rose", el largometraje que intenta recrear la biografía de una de las cantantes populares más personales e influyentes del siglo XX, no logra ofrecer más que un pantallazo de lo que fue y significó "el Gorrión de París" en su época.

Apelando constantemente al quiebre temporal, Dahan diseña su guión a la manera de un patchwork en el que alternan constantemente situaciones de distintas épocas de la vida de Edith. En consecuencia, el espectador se verá obligado a reconstruir la historia mentalmente, como si la conociera. Y precisamente ése parece ser el guiño del director y guionista, quien supone que todos conocen los pormenores de la misma.>

Es cierto que Edith Piaf es una figura muy famosa, pero los detalles de su biografía no están al alcance de todo el público y muchas cosas se dan por sobreentendidas en la película, lo que desdibuja la propuesta, que acierta, sin embargo, en la elección de la actriz para representar a la protagonista y también en la ambientación y el clima de época.>

En efecto, Marion Cotillard realiza una gran composición corporal y expresiva que logra dar vida a una Piaf creíble, intensa y casi idéntica a la original, logrando transmitir esa imagen que combinaba fragilidad y potencia al mismo tiempo, tal como su voz lo expresaba.>

La película recrea la historia de la cantante, desde sus orígenes en los barrios bajos de París, en ese mundo de posguerra en el que artistas callejeros, prostitutas, saltimbanquis y malandrines se disputaban las calles y los tugurios para conseguir unas monedas, un plato de comida o un lugar donde dormir, hasta su éxito en los grandes escenarios.>

Si uno observa la vida de esta mujer, resulta más fantástica y trágica que la de un personaje de novela, sin embargo, la película sobrevuela la anécdota intentado poner el acento en su personalidad y como resultado, no consigue ahondar en ninguno de los dos aspectos.>

Una niña que nació en la calle, sobre el abrigo de un policía, porque su madre era una artista callejera borracha y su padre un contorsionista de circo; que después fue criada en el prostíbulo de su abuela, que le daba vino en vez de agua, porque pensaba que era más saludable; que casi queda ciega y su curación la atribuye a su fe en Santa Teresa del Lisieux; que comenzó a cantar en público en la calle, por unas monedas; que así fue descubierta por el dueño de un cabaret (Louis Leplée, interpretado por Gérard Depardieu), quien la bautizó "La M™me Piaf" (la nena gorrión) y de ese modo comienza a ser conocida hasta convertirse en una diva y codearse con los grandes y ser el símbolo de un país en un momento histórico... todo eso da para hacer una gran película.>

Especialmente si se tiene en cuenta que más allá de sus condiciones como cantante, era un personaje contradictorio, complejo y trágico, con una vida llena de amores y desamores, encuentros y desencuentros, muy interesantes.>

Pero aquí todo queda más bien sugerido por un guión superficial y algo deshilvanado, dando como resultado una remembranza de una figura que parece quedarle grande, cuya historia se ve desaprovechada mostrando solamente a una poderosa actriz que logra, pese a todo, apoderarse del personaje con un vigor admirable y transmitir fuertes emociones.>

Laura Osti