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La palabra hecha risa
Groucho Marx. El humor del cómico estadounidense sigue vivo treinta años después de su muerte. Su levita, sus enormes gafas postizas y su gran bigote pintado son todavía hoy sinónimo de risa. textos de Mar Gámez.

"Perdonen que no me levante" son las palabras que todavía hoy se pueden leer en su tumba. Puede que Groucho Marx (Nueva York, Estados Unidos, 1980) no vuelva a levantarse, pero sus incesantes chistes y su brillante sentido del humor siguen aún vivos treinta años después de su muerte. Son muchos los que todavía hoy siguen imitando a esta gran figura de la comedia.

Su levita, sus enormes gafas postizas y su gran bigote le convirtieron en todo un símbolo de la comedia del siglo XX. A pesar de que él comentase que, "partiendo de la nada, logró alcanzar la absoluta miseria". >

Su vida fue más bien una escalada al Olimpo, y su nombre -uno de los más queridos de su país en su época-, es todavía hoy sinónimo de risa. Y es que el humor fue su forma de vida.>

Contaba chistes a toda hora sin importarle a quién pudiera ofender, tanto en su vida real como en sus conocidas películas. Como cuando, en ocasión de ser invitado a México e informado de que al día siguiente sería recibido por el presidente, preguntó: "¿Y quién me garantiza que mañana a las tres seguirá siendo presidente?". >

Pero Groucho, hijo de una familia de emigrantes alemanes de origen judío, comenzó su carrera artística con apenas quince años como cantante solista después de abandonar sus estudios primarios.>

Fue su madre, Minnie Schoenberg, la que hizo que Groucho y sus hermanos se iniciaran en el mundo de la comedia. Ella acabó implicando al resto de sus hijos -los futuros Harpo, Chico, Zeppo y Gummo- en un intento de salir de la miseria. Pero fue su humor irreverente el que acabó por convertirlos en astros de Broadway y del cine a finales de los años 20.>

En la pantalla grande

Su primera película "Humor Risk" no tuvo ningún éxito, pero unos años después firmaron un contrato con Paramount, con la que grabaron "Los cuatro cocos" ("The Cocoanuts"), el filme que terminó abriéndole las puertas de Broadway.

Su exitoso humor hizo que la Metro Goldwin Mayer también se interesase por ellos, y de este acuerdo salieron algunos de sus filmes más recordados, como "Una noche en la Ópera" ("A Night at the Opera", 1935) -la película fovorita de Groucho- y "Un día en las carreras" ("A Day at the Races", 1937), "El hotel de los líos" ("Room Service", 1938), "Una tarde en el circo" ("At the Circus", 1939) o "Los hermanos Marx en el Oeste" ("Go West", 1940). >

Pero en los años cincuenta el grupo se disolvió y cada uno comenzó a trabajar y a actuar por su cuenta. Groucho fue, sin duda, el más exitoso. Grabó algunas películas en solitario como "Copacabana" (1947), "Double Dynamite" (1951) o "Una mujer en cada puerto" ("A Girl in Every Port", 1952), aunque lo que realmente le hizo famoso de cara al gran público estadounidense fue su aparición en el programa de televisión "Apueste su vida" ("You Bet Your Life").>

El escritor

Sin embargo, el verdadero sueño de Groucho fue ser escritor, algo que también lograría años después con su libro "Las cartas de Groucho", en el que escribió una de sus más célebres frases: "No me interesa pertenecer a ninguna organización social capaz de aceptarme como miembro". Una misiva que el cómico envió a un club de Hollywood que había intentado tentarlo para tenerlo entre sus socios.

Groucho sólo se quejó a lo largo de su vida de una cosa: de que le atribuyesen muchas frases que, según él, nunca había dicho. Algo muy irónico si tenemos en cuenta que, probablemente, muchas de ellas contribuyen todavía hoy a alimentar la popularidad de esta gran figura que murió de una neumonía en Los Ángeles el 19 de agosto de 1977, tan sólo tres días después de que lo hiciera otro gran rey, el rockero Elvis Presley.>

Casado tres veces

La otra gran pasión de Groucho Marx fueron las mujeres. De ahí que otra de sus frases más famosas fuera "es usted la mujer más bella que he visto en mi vida, lo cual no dice mucho en su favor".

Se casó en tres ocasiones -con Ruth Johnstone, Kay Marvis Gorcey y Eden Hartford- y tuvo tres hijos, Arthur, Miriam y Melinda.>

A pesar de que el cómico se mostrase en sus chistes muy contrario a este tipo de uniones: "El matrimonio es la principal causa de divorcio", fue otra de sus frases más famosas.>