El strudel es dulce y suave a la vez. Siempre cae bien como el punto final para definir un almuerzo o una cena ligera. Puede acompañarse con un buen jerez o un oporto, blanco suave y dulzón. También sienta bien a la mañana o media tarde, junto a unos mates, una chocolatada, un café o cualquier té.
Para prepararlo como nos enseña nuestro chef, Pedro Elías, hay que seguir los siguientes pasos: colocar en un bol la harina y en el centro la manteca, el huevo ligeramente batido y un poco de agua tibia. Unir con los dedos hasta que la masa se despegue del recipiente. Poner la masa sobre la mesada y golpearla como cien veces, luego hacer dos bollos y dejar descansar a temperatura ambiente cubiertos con un film.>
Delicadamente, tomar la masa estirada y dejarla sobre sus puños cerrados. Con movimientos apropiados de los mismos, la masa cae y sigue estirándose más y más. Continuar hasta que se considere que está muy delgada y casi transparente, tan fina que hasta se pueda leer una carta de amor colocada debajo.>
Dejar caer la masa sobre el lienzo enharinado y con las puntas de los dedos, sin uñas, estirar los borde hacia fuera para que quede más fina. Pintarla con manteca derretida con un pincel ancho de cocina, sin miedo y generosamente.>
Una vez lista, empezar a rellenar desde un extremo con la mitad de los duraznos, chocolate y nueces. Arrollar con la ayuda del lienzo pintando otra vez la parte interior de la masa.>
Colocar en una fuente para horno enmantecada, pintar lo externo y cocinar a temperatura moderada hasta dorar apenas. Dejar entibiar o enfriar y espolvorear con azúcar impalpable. Cortar y servir.>
2 tazas de harina 0000
50 grs. de manteca blanda>
1 huevo>
Agua tibia.>