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"Sexo solitario"

Contemporáneamente a un costoso fármaco que prometía curar la "más vergonzante de las enfermedades", alrededor de 1712 aparece en inglés un volumen titulado "Onania, o el atroz pecado de autopolución y sus terribles consecuencias, indagado en ambos sexos, con consejos espirituales y físicos para aquellos que se han dañado con esta abominable práctica". El éxito comercial de los polvos y del libro fue enorme.

En su ensayo "Sexo solitario. Una historia cultural de la masturbación", Thomas W. Laquer señala la aparición de aquel libro ("Onania...") como una fecha clave para situar el nacimiento de la "masturbación moderna". Agrega: "Llamativamente, ese desvergonzado esfuerzo por inventar una nueva enfermedad y al mismo tiempo ofrecer su cura a un precio exorbitante se volvió el texto fundacional de una tradición médica que se convertiría en uno de los pilares de la medicina del Iluminismo y que ayudó a crear la sexualidad moderna".>

El autor sostiene que comparado con la importancia que adquirió a partir del siglo XVIII, el tema anteriormente tuvo una presencia apenas vislumbrada, con el famoso Onán, del Viejo Testamento, a la cabeza y pocas referencias más, "poco sustanciosas y algo fuera de foco". ¿Por qué, pues -se pregunta el autor- la masturbación se torna tan amenazante en los albores del Iluminismo? La respuesta estribaría en tres cuestiones: "era algo secreto en un mundo en que la transparencia era el valor supremo; tendía al exceso como ninguna otra clase de práctica erótica, y la realidad no era un límite, porque era una criatura de la imaginación".>

A principios del siglo XX, Freud y sus sucesores apuntaron al hecho como una natural etapa del desarrollo, y en el ocaso del siglo la masturbación se convertiría en una proclama de "autodescubrimiento, autocreación y un asunto de política pública".>

Publicó el Fondo de Cultura Económica.>