A usted querido vecino...

El próximo domingo dos de septiembre los santafesinos elegimos. De la votación surgirá un nuevo gobernador, un nuevo intendente y aparecerán los funcionarios que los acompañarán mientras dure su gestión, siempre y cuando no surja algún motivo que interrumpa el trabajo.

Seguramente, en este tiempo de campaña, los candidatos se acercaron a su casa con cara gentil, le dejaron algún que otro presente -por ejemplo, un anotador y panfletos con la cara del postulante sonriendo, por supuesto-, le contaron sus propuestas, consultaron con gesto de preocupación sobre los problemas del barrio y le prometieron soluciones.>

También es posible que le hicieran llegar correos electrónicos que en el asunto decían: "propuestas del candidato del..." o llamaron por teléfono a su casa, al contestar se requería hablar -con nombre y apellido- con el votante más joven de la casa y el candidato le afirmaba con voz seria que "iba a ser gobernador..." y que el receptor del mensaje tenía "en sus manos el futuro de la provincia". >

Qué decir de la campaña en la calle. La ciudad está tapizada con las caras de los candidatos que miran riendo insistentes: votenmé. Mandan boletas a los domicilios, folletos, aparecen en la televisión, en la radio, hacen actos y actividades a veces un poco insólitas para lograr ser electos.>

¿Cómo llegan los candidatos a ocupar los cargos para los que se postulan? A través del voto. ¿Quiénes votan? Los ciudadanos. >

El diccionario de la Real Academia Española define ese término como la "persona que habita en un Estado como sujeto de derechos civiles y políticos". >

Bueno sería, para la Santa Fe que tanto queremos, que después de poner el papelito en la urna -apoyados en esos derechos civiles y políticos- exijamos con la misma intensidad e insistencia que durante la campaña. Si mediante un voto logran la legalidad que necesitan para ejercer un cargo, reclamemos eficacia. >

Que ese acto no se vuelva efímero para no volver a enfrentar situaciones trágicas como las que ya pasamos, para atenuar la pobreza y la exclusión, para que se genere más trabajo, mejor calidad de vida; en fin, lograr una ciudad en la que sea agradable vivir. >