Análisis
íUna barbaridad!
Por D. M.

Ayer a primeras horas de la tarde, me comuniqué con colegas de Capital Federal, cuyas opiniones, formas de pensar y hasta de vivir, son diametralmente opuestas. Pero en mis consultas -y cada uno de ellos sin saber que yo me había puesto en contacto con los otros-, fueron contundentes a la ahora de opinar sobre si el Honda Civic nro. 37 de José María López se había movido en la largada de la final del TC 2000, corrida el domingo en Viedma. Todos contestaron taxativa y concluyentemente: "el auto se movió, hay por lo menos dos filmaciones que así lo corroboran. Si se hace justicia -más allá de que "Pechito" López se manejó todo y ganó la carrera- y se aplica el reglamento, lo tienen que "echar' (en la jerga se dice así a que le corresponde un recargo).

Pues bien, cayendo la tarde de la víspera, las autoridades deportivas actuantes en la capital rionegrina se expidieron y decidieron confirmar la clasificación. Vale decir, ganó López, segundo Ortelli y tercero Matías Rossi.

Y aquí quedan al desnudo varios hechos: ¿Cómo puede ser que en un automovilismo que está cada vez más profesionalizado, se tenga que aguardar más de 30 horas después de terminada la carrera para saber si un auto se movió o no en la partida?

Algunos insisten en que los autos tiene fotocélulas, elementos que fueron adquiridos en Europa. No es así, todavía no están colocados en los vehículos. "Es por falta de presupuesto", disparó jocosamente el "Pato" Silva en el programa "éltima Vuelta" que se emite por Fox Sport.

Pero la verdad llegaría un rato después (cuando terminó en TyC Sport, el partido de Fútbol entre Unión y Belgrano) y comenzó "Carburando". Allí la gente dirigida por González Rouco mostró la imagen clara y evidente: el auto amarillo de López que largaba al lado del otro Honda de Silva (por afuera), se vio cómo se deslizó cuando el semáforo se colocó en verde.

Un error lo puede cometer cualquiera, pero lo que agrava esta situación es que los propios Comisarios Deportivos cuentan absolutamente con ese material que vio el país por televisión. Quienes son los encargados del contralor de las carreras son personas de bien, pero el interrogante es lógico ¿Por qué no se basaron en esas imágenes para tomar una decisión? El adelantamiento existió y lamentablemente para el cordobés López, la sanción debía caer sobre él. Ello no pasó y una vez más no se impartió justicia.