GRUPO VERDEMORA

Huellas bailaoras
el grupo de danzas flamencas presentará su nuevo espectáculo "Huellas Flamencas" sobre las tablas, un recorrido por diferentes `palos' que serán acompañados por la percusión en vivo de Oscar Jara y el recitado de Julio Gómez. Harán braceo por soleá, bulería lenta, sevillana lenta con matón, guajiras, alegrías y zapateado, en una puesta que busca mostrar "algunas de las sensaciones que nos provoca el flamenco, cómo los distintos palos expresan los diferentes estados de la persona".

"Rastro, seña, vestigio que deja alguien o algo" es lo que define a una `huella', la misma que, para el grupo flamenco Verdemora, es "un pasaje, la presencia que quedó tras un paso. El flamenco es eso, una profunda huella que nos marca". Las palabras de Melina Devercelli, una de sus bailaoras, definen y anticipan el espectáculo que el grupo presentará este jueves, en el Centro Cultural ATE Casa España (Rivadavia 2871).

Allí, y desde las 21, Julieta Grosso, Romina Rudi, Rocio Gómez, Soledad López Ureta y Melina Devercelli harán "Huellas Flamencas" sobre las tablas, un recorrido por diferentes ritmos, por distintos "palos" que tendrán como acompañamiento al recitado de Julio Gómez y la percusión en vivo de Oscar Jara.

En suma, será una puesta de sonido y sentir flamenco en movimiento con el que Verdemora pretende mostrar "algunas de las sensaciones que nos provoca el flamenco, cómo los distintos palos expresan los diferentes estados de la persona".

Para quienes integran esta agrupación, "como todo arte, el flamenco es inexplicable, y siempre estamos intentando acercarnos de algún modo a su esencia. Como expresión, es la herencia multicultural del pueblo gitano, reflejo de la condición humana; y cada uno lo transita de diferentes modos".

A partir de allí, Verdemora presentará `huellas en sombras' y `huellas en claro". Según sus bailaoras, las primeras son el braceo por soleá, bulería lenta, sevillana lenta con matón, que representan "la tristeza, los miedos, las ausencias; aquello que ocultamos incluso para nosotros mismos, pero que de alguna manera dejamos translucir". Su contraposición son la guajira y las alegrías; las "huellas en el claro que contrastan con las Sombras; bailes que lo expresan, optimistas, esperanzados, desenvueltos, con aires de libertad. La Soleá transmite con hondura estos sentimientos".

Estos `palos' se completarán con las `huellas de olivar': zapateado por tangos y alegrías, "símbolo de la cosecha, de los momentos de recoger. Los tangos, con sus movimientos ágiles y alegres, recrean esas buenas etapas". Y, por último, la `huella de fuego', con zapateado por alegrías, bulerías con solo de percusión. Para estas bailarinas flamencas santafesinas, "el fuego es un elemento que no puede faltar en el flamenco. Tiene la fuerza y calor, el arrebatamiento, el desborde. Siempre alrededor del fuego se forma una ronda, un compartir. Son momentos de exteriorización de las pasiones, esencia de las bulerías".