Una ciudad centenaria
Rosconi:"El motor de Casilda son sus entidades intermedias"
El intendente de Casilda y senador electo, Eduardo Rosconi, explicó algunas de las razones del buen momento de esa pujante población del sur (y de todo el departamento Caseros, del cual es cabecera) y manifestó su orgullo por presidir los festejos de la declaratoria del centenario de ciudad.

Néstor Fenoglio[email protected]

Casilda (Enviado especial).-Eduardo Rosconi no ocultó a El Litoral su satisfacción por presidir los actos celebratorios del centenario de Casilda, pujante cabecera del departamento Caseros, que también representará, esta vez como senador, a partir del cambio de autoridades. "por supuesto, me llena de satisfacción presidir el centenario de la declaratoria de la ciudad. Llevo veintidós años en la función pública en mi ciudad. Fui concejal. En 1987 asumí como intendente y fui cuatro veces reelecto.

"Con mi equipo pudimos darle obras y acciones a la localidad y hoy recibimos aliento y cariño de nuestro conciudadanos, sentimos que hemos tratado de cumplir en todo lo que nos propusimos. Nos hemos fijado metas que hemos logrado. Hoy la ciudad vive ese espíritu de fiesta y es muy característico que participen todas las entidades".

Y ratificó el concepto: "siempre digo que el motor de Casilda son sus entidades intermedias, vecinales y organizaciones de todo tipo, porque ellas llenan de vida y marcan el pulso de la ciudad".

Sobre las últimas elecciones, donde los casildenses ratificaron la gestión justicialista (al punto que consagraron un enroque: el actual senador será intendente; el actual intendente será senador), Rosconi cree que "realmente el pueblo de Casilda hizo una lectura de la realidad y votó a gobernador por Hermes Binner, pero para intendente y senador nos votó a nosotros. Esto nos premia el esfuerzo y el trabajo realizado. La gente quería un cambio y lo manifestó en un nivel, pero en otro ratificó el cambio que nosotros de alguna manera ya habíamos encarnado.

Inmigración y pequeños campos de buenas tierras

Rosconi explicó que Casilda tiene una ascendencia con base itálica fuerte (y española, un poco menor) y que "nuestra fisonomía productiva se basa en el campo con propietarios de sesenta o setenta hectáreas, con industrias ligadas al agro en franco proceso de evolución. Tenemos fábricas de molinos, cosechadoras, sembradoras, balanzas, hay de todo.

"Al no haber grandes propietarios, la gente vive aquí o en los pueblos de alrededores, hay industrias que dan valor agregado. Y está además el sector de servicios que también genera ocupación, hoy por hoy. La construcción tiene un ritmo inusitado".

El intendente señaló que es un fenómeno importante la migración interna. "Nosotros tenemos mucha gente por ejemplo de Santa Elena (Entre Ríos) por el tema de los frigoríficos; tenemos mucha gente de Reconquista y del norte de Santa Fe, gente que viene por una oportunidad de trabajo, que se maneja con parientes. Hay mucha gente de Calchaquí, también del Chaco. La migración interna es una característica y Casilda es un destino. Eso genera obligaciones. Pero Casilda siempre se caracterizó por su pluralidad y por tener las puertas abiertas para la gente de bien que viene a trabajar".

También anticipó una visión del departamento Caseros, resaltando el "entramado de localidades pujantes", como Arequito, Chabás, Chañar Ladeado, Arteaga, Bigand, "que tienen mucha fuerza", así como otros pueblos pequeños "pero que tienen su impronta con mucha base agrícola".

Un descendiente del fundador

Ángel Casares Achával es uno de los descendientes directos del fundador de Casilda y recibió un reconocimiento en la fiesta del centenario, donde por fin Casado de Alisal tuvo su merecido monumento, construido en la plaza central de la ciudad.

Casares Achával, un veterano dirigente ruralista bonaerense, rescató ese hecho: "por fin Casilda pude rendirle el homenaje al fundador, una persona cuya importancia debe destacarse, ya que fue el primer exportador de trigo del país". Y contó una anécdota de ese primer embarque, que le fue transmitida por su padre: "Casado de Alisal mandó a Glasgow 300 toneladas de trigo. Cuando llegan allí le quieren ofrecer un precio irrisorio, entonces mandó un telégrafo preguntando `¿cuánto costaría tirarlo al agua?' Entonces inmediatamente le mandaron una oferta con un precio razonable y quedó hecha la transacción.

También Casares Achával, como su emprendedor antepasado, tuvo y tiene una vida ligada al campo y al ruralismo. "Primero soy productor agropecuario. He sido presidente de dos sociedades rurales, he andado siempre en el ruralismo, en el marco de CRA y defendiendo la lechería nacional. Tengo campos en Mercedes, provincia de Buenos Aires".

Y tuvo tiempo además de dejar su visión sobre Casilda, ciudad a la que hace mucho tiempo no venía. "He quedado admirado del desarrollo y avance de la ciudad. Esto que yo conocí cuando era chico y en mis visitas posteriores no tiene casi nada que ver con la actualidad. Ahora con sus 40.000 habitantes, con todo el progreso que evidencia, es una gran ciudad pujante y sus campos son de los más feraces del país y con rendimientos enormes. Realmente siento orgullo y mucha alegría por este presente".

Casado de Alisal, un visionario

Carlos Casado de Alisal, español y empresario, entendió rápido el impulso colonizador, la riqueza de esas extensas tierras deshabitadas y la necesidad de generar infraestructura. En 1870, fundó la Colonia Candelaria, en tierras adquiridas de la estancia Los Desmochados, desde donde sólo ocho años más tarde salió el primer cargamento de trigo para Europa. Casado sabía que en la región existían tierras de enorme calidad y también que era estratégica la proximidad con el Paraná. Para decirlo con todas las letras: entendió antes que nadie la combinación de tierras aptas y puertos con calado para ultramarinos y trabajó decididamente para "armar" el esquema exportador y productivo.

Bregó por lo mismo en la instalación del Ferrocarril Oeste Santafesino, que se habilitó en 1883, con lo que la consolidación de la villa se aceleró y diversificó con molinos harineros, acopio y comercio en general.

Este proceso estuvo acompañado por un marcado incremento poblacional, pero Casilda se jacta, y con razón, de un armonioso crecimiento, planificado a partir de los buenos vecinos devenidos en dirigentes, que tuvieron el tino -raro para nuestro país- de planificar.

Hoy mismo la traza urbana de Casilda, prolija, es fruto de esa temprana normalización a partir de la tarea de comisiones de fomento, que fueron trayendo mejoras de manera ininterrumpida: alumbrado, forestación y canalización, obras viales y la regulación, ya en 1886, de la actividad del matadero, los mercados, la construcción de los edificios de las escuelas primarias y la supervisión misma de la calidad de la enseñanza.

Estos elementos seguramente son los que pesaron a la hora de decidir, hace cien años, transformar la Villa Casilda y elevarla al rango de ciudad, hecho que consumó el gobernador Echagüe un 29 de setiembre de 1907.