Se confirmaron las fechas para los choques entre River y Arsenal
Jueves, día de Sudamericana
El encuentro que River Plate jugará ante Arsenal, en Sarandí, correspondiente a la primera semifinal de la Copa Sudamericana, se jugará finalmente el próximo jueves, a las 20.45, y no el miércoles, como se había convenido en un principio.

El cotejo se corrió 24 horas, según lo resolvió ayer la Confederación Sudamericana de Fútbol, a pedido del propio club de Núñez, ya que el domingo afrontó un duro compromiso por el Torneo Apertura ante Independiente, mientras que Arsenal jugó el pasado viernes con Rosario Central.

Este partido de ida que se jugará en el Viaducto contará con el arbitraje de Sergio Pezzotta.

"No nos importa jugar el sábado si se da el caso, pero por la Copa tenemos" que hacerlo "el jueves", exclamó Passarella a la hora de pelear por la modificación de calendario. Por ahora, River jugará el domingo con Huracán, en Parque de los Patricios, por la decimosexta fecha del Torneo Apertura.

Pero ante este cuadro de situación Arsenal también se puso firme para la revancha en el Monumental y finalmente lo logró: el encuentro de vuelta se jugará el jueves 15 de noviembre, también a las 20.45, con el arbitraje de Héctor Baldassi.

Los riverplatenses no contarán para este primer partido con los dirigidos por Gustavo Alfaro con el volante Augusto Fernández, como se especulaba en un principio, ya que no se recuperó del desgarro abdominal que padece.

Los que sí estarán a disposición de Passarella porque fueron afectados a los 25 integrantes de la lista de buena fe son Diego Buonanotte y Christian Nasuti. El volante reemplazará al juvenil delantero Juan Antonio y el zaguero al lesionado Nicolás Sánchez.

Se juega todo

El futuro de Daniel Passarella como entrenador de River Plate depende de la suerte de su equipo en la Copa Sudamericana, tras quedar rezagado en la lucha por el título en el Torneo Apertura 2007.

Passarella, que tiene contrato con el club hasta diciembre de 2009, anunció en mayo pasado que renunciará si el equipo no consigue un título antes de fin de año.

En el Apertura, tras el empate 1 a 1 del domingo ante Independiente de Avellaneda, River se quedó en el sexto puesto, a siete puntos del líder Lanús, cuando restan cuatro jornadas para el final de la competición.

"Éste era el partido que teníamos que ganar", aseguró el entrenador, quien evitó decir que River sólo podrá mantener alguna esperanza con una estrafalaria ecuación matemática en un torneo en el que perdió cuatro partidos y empató cinco y en el cual sólo obtuvo una victoria fuera de su casa de las seis que consiguió.

La lógica indica que River Plate cumplirá en diciembre tres años y medio sin ganar un torneo local, frustración que se suma a una década sin títulos internacionales, precisamente en los tiempos en que el histórico rival riverplatense, Boca Juniors, llenó sus vitrinas de Libertadores e Intercontinentales.

Ya al comenzar la presente temporada, la hinchada de River reclamó la destitución de Passarella como entrenador y le dedicó insultos y abucheos como lo había hecho en varias ocasiones durante el año anterior. "A los verdaderos hinchas les pido paciencia hasta diciembre", dijo Passarella en medio de la tormenta, y prometió que, "si no hay éxitos", se irá sin cobrar un peso del club en el que se hizo famoso como futbolista y con el que ganó varios títulos como capitán y como técnico.

En los peores momentos del equipo, varios miembros de la directiva se manifestaron a favor de su destitución, pero el presidente de la institución, José María Aguilar, lo respaldó siempre.

Ahora lo espera en las semifinales de la Copa Sudamericana el modesto pero crecido Arsenal, un equipo que le ganó por 2-1 en la octava jornada del Apertura y que se caracteriza por complicar a los rivales más encumbrados. Se enfrentarán el jueves en el pequeño estadio de Arsenal y, una semana después, en el .

El que supere la eliminatoria jugará la final ante el Millonarios de Colombia o el América mexicano. Passarella está en el límite. El que él mismo se impuso y su futuro como entrenador de River Plate sólo depende de un título de campeón.

De la redacción de El Litoral