No habrá sanciones para Bolivia

La Empresa Nacional Energía Argentina SA (Enarsa) informó que no aplicó ninguna multa a su par de Bolivia YPFB, al registrarse una importante reducción de envíos de gas boliviano a la Argentina, pero dijo que pedirá explicaciones por esta determinación.

"Las dos empresas estatales analizarán la situación a través de una comisión bilateral prevista contractualmente, que se reunirá el 7 de diciembre en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra", indicó Enarsa a través de un comunicado. Espinoza formuló declaraciones a medios bolivianos, luego reproducidas por agencias internacionales, en las que desestimó la "versión alarmista" de que la Argentina multaría a la petrolera estatal boliviana YPFB por reducir los envíos de gas.

El contrato vigente entre ambos países establece que Bolivia deberá proveer a Argentina hasta 7,7 millones de metros cúbicos diarios de gas natural, pero en los últimos meses dicho volumen habría rondado los 3 millones, bajando un promedio que se había establecido en los 4,5 millones de metros cúbicos.

Argentina está pagando por dicho gas un precio que ronda los 5,5 dólares por millón de BTU, que se ajusta según una fórmula polinómica que considera la evolución de los precios internacionales (en alza) de algunos hidrocarburos.

La posibilidad de una multa de 10 millones de dólares fue publicada por el diario La Razón, editado en La Paz, citando a fuentes del Poder Ejecutivo boliviano.

Mientras tanto, el presidente de YPFB, Guillermo Aruquipa, viajó a Buenos Aires para comenzar a analizar la situación con los ejecutivos de Enarsa.

La situación es particularmente importante para Argentina toda vez que está a punto de activarse un proyecto para el tendido del Gasoducto del Noreste (GNEA), siempre que Bolivia esté en condiciones de producir y exportar en los próximos años hasta 20 millones de metros cúbicos diarios de gas, adicionales a los 7,7 millones que hoy están contratados.

Bolivia produce cerca de 40 millones de metros cúbicos diarios de gas, y desde hace meses está complicada para satisfacer la demanda contratada por Brasil y Argentina, además del consumo interno.

La baja producción de gas se debe al freno de inversiones por parte de las operadoras privadas extranjeras aplicado desde que se inició en 2006 el proceso de nacionalización de los hidrocarburos, que está obligando a una renegociación de los contratos.