Primeras conclusiones de la campaña 07/08
El girasol avanza a paso firme
Los precios internacionales empujan el regreso del cultivo a la Pampa Húmeda y comienza a confirmarse el crecimiento que se preveía para esta campaña. Las retenciones impactan de lleno en aquellos ambientes menos favorecidos para la producción. Productores analizan los avances de la campaña.

Asagir

El incremento de las retenciones a las exportaciones anunciado la semana pasada pegó duro y fuerte en la cadena del girasol argentino. El cultivo fue el blanco del mayor porcentaje de aumento aplicado: el arancel para la semilla pasó de 23,5 a 32 % y tanto las retenciones para el aceite como para el pellet pasaron del 20 al 30%.

La medida impacta en forma diferencial en los productores girasoleros del país, dependiendo de la región de que se trate, las características del ambiente y la cercanía a los puertos. Para cuantificar el perjuicio, cuando la campaña ya está en marcha y el margen de maniobra de los productores que optaron por hacer girasol es mínimo, desde la Asociación Argentina de Girasol (ASAGIR) han comenzado a trabajar en el análisis y relevamiento de las consecuencias que esta política acarrea a este cultivo emblemático, con fuerte raíz en las zonas agrícolas más alejadas y marginales del país.

Convencidos de que hay una oportunidad única para que los responsables de las decisiones políticas y económicas se sumen a las redes de producción agroindustriales, los eslabones de la cadena del girasol nucleados en ASAGIR (investigación, provisión de insumos, producción, comercialización, industria y consumo) trabajan en pos del crecimiento del cultivo y convocan a otros sectores, incluso el político, a sumarse a esta red que sólo busca que el país crezca y genere beneficios para todos sus habitantes.

Los costos

Con un avance del 30% en el total del área, la siembra de girasol ya muestra los primeros indicios de lo que los especialistas estimaban para su futuro: un cultivo fortalecido por los precios internacionales que, a pesar del incremento en los costos de producción, recupera terreno en la Pampa Húmeda y se prepara para totalizar el 16% de la producción mundial.

En su primer análisis sobre la campaña, ASAGIR estimó que la superficie nacional sería de alrededor de 2,67 millones de hectáreas, con una probable producción de 4,6 millones de toneladas y de 2 millones de toneladas de aceite. Además de este incremento del área (aproximadamente un 11% respecto de la siembra 06/07 en la que se habían concretado 2,4 millones de hectáreas), desde ASAGIR observaron que pese al aumento en los precios y la escasez de insumos el girasol haría una buena campaña.

Con un comportamiento variante en las distintas zonas del país, la Asociación concluyó que existe un aumento heterogéneo de los insumos, algunos impulsados por los valores internacionales, aumento del precio del petróleo (insumo para fitosanitarios y para urea) otros por una mayor demanda y consecuente escasez. Así, los principales productos para el cultivo muestran una suba de distinta magnitud, en relación al año precedente:

Siembra y labores: 25%. Semilla: 0-25%. Graminicidas: 12%. Glifosato: 77%. Insecticidas: 0-10%. PDA: 70%. Urea: 30 %.

De vuelta a las pampas

Años atrás, el avance de la soja relegó al girasol a regiones marginales. Hoy, consolidando una tendencia que comenzaba a verse en 2006, los productores bonaerenses y pampeanos vuelven a hacerle lugar en sus campos. "En el Sudoeste de Buenos Aires, hay buena disposición de los productores a sembrar girasol, tanto por los precios como por las condiciones de humedad en los suelos; de hecho, muchos productores que lo habían abandonado volvieron a incorporarlo a la rotación", explicó Eugenio Ducós, productor de la zona. Según sus cálculos, en el sur provincial la siembra ronda el 60/70% del total de la superficie.

Allí, la fertilización fosforada (unos 40 kg/ha) y la utilización de la tecnología CL revitalizaron el cultivo. "Se ha incrementado mucho el uso de estos girasoles porque ofrecen mayor limpieza, algo que le interesa mucho al productor que desconoce las malezas que tiene en el campo, sobre todo si el banco de semillas proviene de lotes alquilados", apuntó Ducós. Con estos avances, el productor proyectó un crecimiento aproximado del 20/30% en la superficie girasolera para la zona.

El sur también existe

En el Sudeste, la campaña muestra uno de los mayores estados de avance. Para Francisco Fernández Candia, de Necochea, en la región sólo resta sembrar entre el 10 o el 15% de la superficie, aunque aclaró que la gran mayoría se sembró un poco tarde. "El año pasado, en esta misma época, estábamos con una mayor necesidad de agua, tanto para el trigo como para la gruesa, con lo cual se sembró más en fecha. Este año se atrasó un poco, pero estamos mejor de humedad", detalló. El titular de Fernández Candia S.A. estima que la zona incrementará su área de girasol entre un 15 y 20%.

Con respecto al aumento de los costos de producción, el empresario indicó que en algunos insumos, como las fuentes nitrogenadas, también responden a una suba de la demanda, "en especial en el Sudeste, donde se lavaron los nitratos por las lluvias y porque, en general, no ha sido un buen año de mineralización". En cambio, sostuvo que otros productos crecieron por los precios internacionales o porque hubo menor disponibilidad.

"En La Pampa se lleva sembrada el 60-70% del área. Se avanza más en algunas zonas donde ha llovido recientemente, como en el centro", aseguró Luis Arias, productor local y miembro de ASAGIR en representación de Cazenave y Asoc. Para él, en la provincia hubo un retroceso de los lotes destinados a soja que pasaron a manos del girasol. Por eso, Arias cree que allí "puede producirse un aumento de siembra de entre un 20 y un 30%".

La flor chaqueña

Los buenos augurios para el girasol no escapan a la zona del NEA. En el Chaco, Federico Varela, representante regional de ASAGIR, anticipó que la campaña muestra un evidente crecimiento en las zonas tradicionalmente girasoleras y rindes que llegan a los 1500 y 1700 Kg./ha. "Los lotes de siembra temprana están en botón y comenzando a florecer, aunque se sembró con sistema semi Lister y relativa baja humedad, por lo que la emergencia fue despareja en cuanto al tamaño de planta", explicó Varela. Sin embargo, aclaró que la situación se normalizó con las lluvias de septiembre en adelante.

Las mismas lluvias que contribuyeron a la recuperación del cultivo produjeron también algunas preocupaciones a los productores por las enfermedades tempranas. "Esto fue detectado por el INTA y se está evaluando, especialmente la presencia de Septoria, que no es habitual. De la misma manera, puede haber problemas generalizados por insectos desfoliadores", agregó el productor.

Sobre el encarecimiento de los costos de producción, Varela señaló que las siembras tardías tuvieron algún sobrecosto en la región, ya que hubo que aplicar herbicidas al sembrar con lluvias y sin sistema Lister. "El único aumento importante se dio en el precio de la urea (30%), pero como se fertiliza poca superficie en el Chaco, no tuvo mayor incidencia. En general, el costo total del cultivo no varió con relación al año pasado", destacó. Pero estimó que esta variación sí puede resultar importante en cosecha por el impacto del costo de combustible.