Por el jefe militar que echó Garré
Interna oficial y escuchas ilegales tras un relevo
El desplazamiento del jefe de Inteligencia del Ejército dejó al descubierto una trama conspirativa vinculada a la puja por el gabinete de Cristina. Y también, que la Side continúa "pinchando" teléfonos sin autorización judicial.

De la Redacción de El Litoral/CMI

El presidente Néstor Kirchner y su sucesora Cristina Fernández de Kirchner bajaron la orden de silencio total para sacar de la atención pública el presunto enfrentamiento que habría existido entre los ratificados ministros de Defensa, Nilda Garré y de Interior y designado de Justicia, Derechos Humanos y Seguridad Interior, Aníbal Fernández.

La decisión de los Kirchner conllevó, sin embargo, la orden de que Aníbal Fernández fuera el único funcionario, incluso en el off the record, que diera una versión desde el gobierno. La excepción tuvo también que ver con que el confirmado ministro apareció directamente involucrado en las versiones periodísticas.

"Nunca estuvo en mi cabeza el área de Defensa, no me siento apto para ella", dijo en declaraciones periodísticas. La afirmación tuvo que ver con que, según los diarios "Clarín" y "La Nación", Aníbal Fernández habría "operado" para ocupar Defensa cuando se daba por descontada la exclusión de Garré del futuro gabinete de Fernández de Kirchner. Eso fue desmentido por allegados al ministro, quienes aseguraron que el propio Fernández dijo que, antes que ir a Defensa, a la que consideró "una morgue" política, prefería volverse a su casa.

La conexión Aníbal

De todos modos, y como parte de la supuesta "operación", la directora nacional de Inteligencia Criminal, Verónica Fernández Sagri, entre otros funcionarios de Interior, habría mantenido conversaciones con el jefe de Inteligencia del Ejército, general de brigada Osvaldo Montero, que habrían sido grabadas por la Side. Puesta en conocimiento de las mismas, Garré echó al alto jefe militar por aparente "deslealtad".

Aníbal Fernández también salió a desvincular a la funcionaria bajo su cargo. Según el ministro, ella le aseguró ayer que conoce a Montero, pero que "hace un año o por lo menos diez meses que no lo ve ni hubo un llamado (telefónico) de por medio". La pregunta que cabe es qué razones tendría la responsable de la inteligencia criminal para tener diálogos con su par del Ejército cuando tienen competencias bien diferenciadas.

De paso, el ministro confirmó que Sagari continuará al frente de Inteligencia Criminal cuando él pase a ocupar la cartera de Justicia desde el 10 de diciembre.

Filtro K

El dato a tener en cuenta es si realmente Sagari continuará, toda vez que la integración de los gabinetes de cada ministro tendrá que pasar por el filtro fino de los Kirchner.

Sucede que Garré decidió el desplazamiento de Montero el 9 de este mes, cinco días antes del anuncio del futuro gabinete que la reconfirmaba, por supuesto, previa consulta con Néstor y Cristina Kirchner. Como dijo ayer una fuente de Defensa: "Todos los grandes temas de Defensa se consultan", que es como decir que la orden parte del Presidente. No dio, por supuesto, razones para la expulsión de Montero: "Por razones de mejor servicio", dijo que se hizo.

La otra cuestión es si Garré tomó la decisión después de recibir una copia de la Side de llamadas telefónicas. Es que la Secretaría de Inteligencia del Estado (Side) no puede hacer este tipo de escuchas si no es con orden judicial, en este caso al parecer inexistente. "Como es ilegal, eso no se puede hacer", recordó ayer Aníbal Fernández. Pero al mismo tiempo justificó a Garré porque "si yo entiendo que un funcionario tiene gestos de deslealtad, lo desplazo".

Procedimiento ilegal

El senador de la UCR, Gerardo Morales, reclamó que la ministra de Defensa, Nilda Garré, aclare "por qué y de quién tiene escuchas telefónicas por fuera de cualquier causa judicial".

Y es que, precisamente, uno de los aspectos polémicos del relevamiento de Montero surge de las escuchas atribuidas a la Side que, según informaron los diarios Clarín y La Nación, sirvieron a Garré para certificar las especulaciones del militar contra la continuación de la ministra en el gabinete de Cristina Fernández.

La Side sólo puede intervenir teléfonos con una orden judicial. Sin embargo, el mes pasado, el presidente del bloque del ARI, Eduardo Macaluse, y la legisladora porteña del ARI Liliana Parada denunciaron ante el juzgado federal Nro. 11, a cargo de Claudio Bonadío, que habían sido víctimas de "escuchas ilegales" junto a funcionarios y dirigentes del oficialismo y la oposición.

La revelación de las escuchas denunciadas por los legisladores se había conocido el 16 de octubre, en plena campaña electoral, cuando la justicia descubrió un equipo aparentemente de la Side instalado en una central telefónica de la localidad bonaerense de Garín, partido de Escobar, que era usado para interceptar cientos de teléfonos de dirigentes políticos. Ahora, los pormenores del desplazamiento de Montero volvieron a dejar a la Secretaría de Inteligencia como aparente responsable de espiar a funcionarios.

Trama conspirativa

El despido del jefe de Inteligencia se produjo el 9 de noviembre y se dijo entonces que era "por razones de mejor servicio". Ahora, se reveló que la historia estuvo relacionada con la feroz interna por los cargos en el futuro gabinete de Cristina Kirchner, pocos días antes de que se anuncie, y se vinculó a Aníbal Fernández -directamente y a través de la directora de Inteligencia Criminal- en la presunta "conspiración". Los comentarios de Montero contra Garré fueron obtenidos a través de un teléfono que le había dado un director de la Side y amigo de la ministra, según reveló hoy el diario Clarín. Pero Montero lo usó desde el Hospital Militar, donde estaba internado por razones que, según ahora se especula, no eran otras que las de demorar un relevo ya esperado.