La última resolución del Gobierno Nacional por la que incrementa los montos en las retenciones a cereales y oleaginosas no tendría que sorprendernos, por cuanto durante cuatro años pergeñó desde el "atril" el ataque sistemático al sector rural y sus componentes. Son múltiples las manifestaciones en tal sentido y sería extenso reiterarlas.

Pero además de soportar sobre nuestras personas el embate demagógico al límite de lo tolerable, debemos padecer -al mejor estilo feudal- las habituales exacciones a nuestro patrimonio a través de nuestras ganancias, supuestamente para fines específicos que nunca nadie nos dice con honestidad adonde son destinados.

Todos sabemos que estos fondos, que nos sustraen de nuestra producción, pasan a rentas generales y con esa respuesta genérica cubre la dialéctica falaz a la que nos tiene acostumbrado el gobierno nacional.

Respondemos a los agravios con mayor producción, como siempre fue la lealtad de nuestros productores para con la patria. Pensando en el bienestar general de nuestros compatriotas, sea cual fuere su condición económica e intelectual.

Y la demagogia estadual nos responde con incapacidad vial para trasladar la producción, sin capacidad energética, sin seguridad colectiva y menos individual, sin servicios de salud que cubran las necesidades de todos y aún más para los que el gobierno dice defender y atender.

Regionalmente, nadie estima cuánto dinero menos circulará en las localidades del interior. El silencio cómplice del gobierno provincial no hace más que corroborar la bonanza con que vive por las dádivas de la Nación -vía coparticipación- por que las denominadas "grandes" obras provinciales son productos de créditos, si bien no todos, en su gran mayoría es dinero internacional que después pagamos nosotros nuevamente y continuará con nuestros herederos.

Por todo esto, la Comisión Directiva de la Sociedad Rural de Santa Fe se siente sumamente agraviada por las medidas contra el sector al cual representa. Y lo que es mas grave aún, por el manoseo o falta de consideración que sufren sus representados al serles impuestas medidas como éstas -es decir, las retenciones- que atentan contra su producción.