Las verdades únicas en la política llevan al infierno

Elvira Palomo (EFE)

El autor mexicano Jesús Silva-Herzog sentenció que el intento de alcanzar una verdad única en política lleva al hombre a "infiernos terribles" como los conocidos durante el siglo XX.

El profesor mexicano que acaba de presentar su último libro, "La idiotez de lo perfecto. Miradas a la política", asegura que "el hecho de tratar de definir una sola teoría que excluya a las demás empobrece la concepción de la política, puesto que todas tienen algo que aportar, aunque sea desde diferentes puntos de vista".

Silva-Herzog ha retratado a cinco pensadores ideológicamente opuestos en este libro que acaba de publicarse en España, en el que recuerda lo "insensato del dogmatismo" en política y la necesidad del "mestizaje del pensamiento" para afrontar el poder.

Carl Schmitt, Michael Oakeshott, Norberto Bobbio, Isaiah Berlin y Octavio Paz componen este heterogéneo elenco de intelectuales, que forjados en diferentes circunstancias y disciplinas se enfrentaron a sus dudas y ofrecieron respuestas diferentes a las cuestiones que se planteó la política del siglo XX.

Ante la frustración de estos cinco intelectuales por no encontrar la respuesta para el éxito de la política, y en referencia al título del libro, Silvia-Herzog asegura que "no es estúpido tender a lo perfecto, es una pretensión que puede ser muy valiosa en muchos ámbitos, pero en materia política cuando tratamos de alcanzar esa perfección lo que producimos son infiernos terribles".

A lo largo de la historia, fundamentalmente en la historia del siglo XX, estas grandes teorías, señaló, se convirtieron en "pesadillas abominables". "El hecho de pensar que ya se tiene una solución para todos los problemas y que se tiene un bosquejo perfecto de la sociedad justa, se convierte en cárceles espantosas", señaló.

A su juicio, la historia ha demostrado que "la ortodoxia, el dogmatismo y la soberbia de las ideas son conceptos muy peligrosos. El mestizaje del pensamiento y la heterodoxia son una vía mucho más rica para abrir los ojos frente al fenómeno del poder".

La combinación de buena prosa, una vida emblemática y grandes preguntas fueron los elementos que hicieron a Herzog acercar al público estos cinco intelectuales ya que "cada uno tiene una historia digna de ser contada", sobre todo por su independencia dentro de la ideología que representan, destacó.

Así por ejemplo, de la figura del pensador británico Mike Oakeshtott (1901-1991), un conservador que basa "su defensa del conservadurismo no desde el dogmatismo, ni desde la fe, sino desde el escepticismo. De hecho, él sostiene que es un conservador en lo político para ser liberal en todo lo demás".

En contraposición está Isaiah Berlin (1908-1997), a quien describió como "un liberal atípico" que ve la libertad como algo doloroso, "que lleva al hombre a decidir entre distintos males y al final el hombre se decanta en política por el mal menor".

Dentro del flanco de la izquierda contemporánea, Norberto Bobbio (1909-2004) "es un hombre muy crítico con las desigualdades y las decisiones imperantes, es un pesimista, y se distancia de la idea de la izquierda como el optimismo desbocado". Éste no considera que "simplemente hay que alcanzar el poder y repartirlo en la población para alcanzar la felicidad, sino que reivindica la ley y el papel del Estado".

Según Herzog, "cada una de estas perspectivas es valiosa, sugerente, a veces desconcertante y provocadora, pero sobre todo es valiosa en la medida de que no quiere decir que la visión contraria no tenga cosas que decir".