La sentencia llegó a dos años del crimen
Perpetua por el asesinato del remisero Pablo Sañudo
El único detenido por el caso es un ex empleado municipal que le había pedido dinero, a cambio de una licencia para tener un remís propio. La causa seguirá abierta en busca de más implicados.

Dos años después de la muerte del remisero de 23 años Pablo Sañudo, la Justicia condenó a la pena de prisión perpetua al único imputado. Se trata de Justo Esteban Guillaza, un ex empleado municipal, que le había pedido $ 2.500 a la víctima, bajo la promesa de conseguirle una licencia para manejar un remís.

La sentencia dictada ayer por el juez de la Quinta Nominación, Enrique Álvarez, determinó que el acusado es "penalmente responsable de los delitos de homicidio doblemente calificado, por el uso de arma de fuego y criminis causae, estafa y portación de arma de fuego de uso civil sin la debida autorización, todo en concurso real".

En ese sentido, Patricia Hidalgo, abogada de la familia Sañudo, explicó que la expresión criminis causae se usa para decir "que se mató para lograr la impunidad de otro delito que es la estafa".

Esta figura legal conlleva el agravamiento del delito y por ende de la pena. En este caso le correspondió la prisión perpetua, que según está establecido por ley es de 25 años de cárcel.

No obstante, la abogada aclaró que recién se notificaron las partes por lo que la sentencia no está firme. Además, supuso que el abogado defensor de Guillaza apelará la condena.

La inocencia

La doctora Hidalgo se mostró satisfecha porque el juez "hizo lugar a la demanda civil por daños y perjuicios, instaurada por los padres y la viuda de Sañudo".

Otro de sus logros fue "llevar a la Justicia de Instrucción" nuevamente el caso. "Pedíamos que se siga investigando", dijo la abogada.

"Lo importante es que se demostró la inocencia de Sañudo, que primero fue estafado y cuando reclamó decidieron eliminarlo", concluyó.

Pablo Sañudo apareció muerto en Camino Viejo a Esperanza, en horas de la siesta del 10 de noviembre de 2005. Tenía golpes en la cabeza y al menos tres disparos en el resto del cuerpo.

El joven había salido a trabajar, en un Fiat Siena de la empresa Remises Express, y la alerta la dieron sus propios compañeros, cuando a poco de haber emprendido un viaje al norte de la ciudad, el equipo de radio con el que se comunicaba a la base quedó mudo.

No fue robo

Como no contestaba los llamados de la central, sus compañeros comenzaron a inquietarse y a pedir por su búsqueda, dada la creciente inseguridad en la ciudad.

A las 15.20 de ese día un agente de la Seccional 7a. llamó a la agencia para comunicar la mala noticia. Un cuerpo había aparecido cerca del Country Los Molinos y necesitaban reconocer el cadáver.

A las pocas horas encontraron el auto sumergido en las aguas del río Salado. Allí se dieron cuenta de que la intención no había sido el robo porque la ticketera estaba en su lugar, lo mismo que la base de comunicaciones. Incluso a él no le quitaron el anillo de oro y tampoco el reloj.

Con el correr de los días se pudo conocer que Pablo fue citado en ese lugar para recibir la tan ansiada licencia para trabajar, por la que había pagado unos $ 2.500. Como el agresor no pudo cumplir con lo pactado hubo una discusión, que acabó con la muerte del remisero.

Bocinas.

A la mañana siguiente del crimen, hubo una larga caravana de remises a Casa de Gobierno. El grupo, compuesto en forma mayoritaria por choferes, coincidió ante los medios de prensa en un pedido común: seguridad. En esa oportunidad representantes del sindicato se reunieron con el secretario de Gobierno Walter Gálvez y el entonces jefe de la policía Alejandro Forzare. Pidieron integrar el Consejo Consultivo de Seguridad Comunitaria, y que la Municipalidad profundice el control de vehículos truchos, y que se restablezca el sistema de comunicaciones.

"No nos llena la condena"

Mariela Sañudo, esposa de Pablo, habló esta mañana con El Litoral acerca del significado que tiene la condena, para la familia: "Gracias a Dios ayer se hizo justicia", dijo. La noticia les llegó este jueves por la tarde por un llamado de la abogada, que se notificó esa misma mañana.

"Estamos conformes con la Justicia porque le dio cadena perpetua", adelantó Mariela, quien resaltó que "a la familia no nos llena la condena", porque a pesar de ella no podrán recuperar a su ser querido.

"Seguiremos luchando porque además hay más implicados", indicó la viuda. Esto quiere decir que "vamos a seguir con la causa" que se tramitó en Instrucción Primera, para dar con los demás implicados.

La sentencia y la posibilidad de seguir investigando hizo que la familia renueve las esperanzas y valore el esfuerzo de estos dos años, porque "nos costó un montón revivir cada momento", expresó la mujer.