Análisis
Llegó la nueva camada
Por Daniel Monticelli

Desde el domingo, el Turismo Nacional -por lejos, la categoría más federal del país- tiene dos nuevos campeones. Uno, Ezequiel Bosio; un piloto nacido en Casilda (pero reside en Cruz Alta) hace 22 años -cumple años el mismo día que Reutemann y el español Carlos Sainz, el 12 de abril-. Hizo la escala lógica para muchos: karting (donde brilló); campeón de la Fórmula Renault en 2004; subcampeón del TC Pista hasta integrar, en la actualidad, uno de los equipos más emblemáticos del TC: el Haz. En el TN, condujo de manera soberbia el Renault Clío de Clase 3, que desarrollan los Soljan, junto al "Rafa" Ballestrini y "Tito" Pérez.

"Tato" es quizás un tanto introvertido fuera de la pista, pero adentro saca a relucir todo ese temple que lo caracteriza y es de los que no se calla nada. Para el caso, vaya un ejemplo: el sábado tumbó el Clío en los entrenamientos y, cuando llegó al box, lo primero que les dijo a los medios que estaban cubriendo la última fecha en directo desde Bahía Blanca fue lapidario para su equipo: "Acá vinimos a luchar por un campeonato, no se puede venir a probar cosas en una instancia decisiva como ésta". Palabras más, palabras menos, lo que quiso significar era que el auto estaba "pasado" de frenos.

Clasificó 25to. Después de un intenso trabajo de reparación, en la serie finalizó quinto; con suerte, ciertamente, también concluyó quinto en la final y le alcanzó para quedarse con la ansiada corona de la Clase 3.

En el caso de Joaquín Volpi, flamante campeón de la Clase 2 (halago conseguido el sábado, después de disputada la segunda serie), proviene de una familia dedicada de lleno a la actividad. Su abuelo, el recordado "Kiko", fue el relator de grandes acontecimientos deportivos, sobre todo de las convocantes -en su momento-, Limitada Santafesina y Fórmula 4, a través de su organización "Automovilismo en Órbita". Hoy, sus hijos continúan por esa senda. El nieto, Joaquín, después de hacer boxes con el "micrófono" (durante tres años), se dedicó de lleno al TN. Primero, tibiamente, hasta que este año encontró "su lugar" en el equipo de Porfiri y, vaya si lo encontró, conduciendo el Ford Fiesta. A los 19 años ya se llevó el "1" para su Marcos Juárez natal, número que no lucirá en 2008 porque su paso al TN Clase 3 es una realidad. Estos jóvenes nos muestran que estamos en presencia de la nueva camada del automovilismo en nuestro país.