Nuevo presidente de la entidad
El Holando tiene su cabeza en Santa Fe
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Gustavo Armando es el flamante presidente de A.C.H.A., la entidad que nuclea a los criadores de la raza tambera por excelencia. Seguir posicionándola en este difícil momento de la lechería es uno de los mayores desafíos de su gestión. Desde el establecimiento "El rafaelino", opera el tambo y la industria con la misma pasión que sus abuelos.

Federico Aguer - [email protected] - Enviado especial

Entrando a Rafaela por la ruta 70 desde el Este, se encuentra uno de los tambos más emblemáticos de la región. En la casa del campo de la cabaña "El Rafaelino" se respira tradición y olor a tambo. Sobre la chimenea cuelgan fotos de animales, copas, trofeos y menciones obtenidas por el trabajo de cinco generaciones de tamberos que desde el comienzo tuvieron una misma meta: producir más y mejor.

"En este campo se empezó a sacar leche en 1886, y después de tanto tiempo se sigue en la actividad", evoca.

Hoy, este campo que es un símbolo por su historia en la región, ha integrado al tambo una industria que procesa la producción propia y adquirida, elaborando unos 80 mil litros de leche por día.

A tomar la leche

El tambo cuenta en la actualidad con 340 vacas en ordeñe, con 24 litros de promedio. Actualmente presenta una caída importante en los números, producto de las lluvias de marzo, por lo que en base a un trabajo cotidiano muy intenso están repuntando el volumen de a poco.

Pero la característica más curiosa del planteo alimenticio, lo constituye el suero, sustento fundamental para el día a día de los animales. "Es importante tener el pasto y las reservas. Con nuestro clima debemos brindarle confort al animal y una dieta balanceada para que tenga una producción estable a lo largo del año. De todas maneras, si bien las extensiones no son grandes, estamos produciendo de manera intensiva. La alimentación la hacemos con el suero en un feed lot y la parte pastoril está dedicada a las vacas lecheras. La dieta es a base de silo de maíz", le cuenta Armando a Campolitoral.

La genética manda

Con vistas a mejorar genéticamente el rodeo, "estamos importando semen, embriones y hacemos un manejo intensivo de la actividad basada -fundamentalmente- en la pasión que tenemos por esta actividad", dice.

La tecnología les permite que hoy tengan un toro en un centro de inseminación en Santa Fe, hijo de un embrión importado, de una hembra que tiene 6 generaciones "excelentes" para atrás, con un padre americano. "Para nosotros es un orgullo que está produciendo a nivel masivo para todo el país, como así también apostamos a la a venta de vaquillonas y toros, tradicional actividad de la cabaña" admite.

Para Armando, no obstante, hoy la tecnología permite que hoy todos los cabañeros accedan a las pruebas de progenie a nivel mundial que están unificadas. Los perfiles genéticos de los tambos, son herramientas que años atrás no existían. Hoy la genética es una inversión a tener en cuenta, similar a la de las semillas para tener pasto. El avance inicial de la genética lo habían hecho las alfalfas sin latencia, pero hoy la genética animal se ha equiparado y ha dado un salto, y se toma como una herramienta de trabajo para mejorar su producción.

¿Y la política?

"Vemos que esta política que vivimos hoy implica la ausencia total de un proyecto de lechería a futuro, ya que estamos sujetos a las decisiones que se tomen a cada momento. Se apunta a una lechería con precio de góndola accesible, pero la consecuencia es que el Estado le está poniendo un pie encima a la actividad. Se estima que entre 700 a 1000 tambos están cerrando en el país o disminuyen su producción al 50%, y eso a la larga, en un plazo de unos cuatro años se va a notar, corriendo el riesgo de tener que importar leche, la que pagaremos mucho más cara. En el mercado internacional, la leche está a U$S 5000 la tonelada, y hoy tenemos un 50 % de retenciones. En unos años, a la hora de hacer el balance, el tambero sólo podrá contar como positivo el haberle puesto un años más de antigüedad al personal, y si compara que el vecino está haciendo soja mucho más tranquilo, la ecuación no cierra", presagia.

"Los ineficientes no están más, los eficientes están pensando la alternativa de salirse o achicarse, y creo que en el futuro quedaremos los cabeza dura. De seguir así, este será un golpe importante para la economía regional, ya que los tambos dan mucho trabajo a las regiones lecheras, y es una lástima, porque tambo que cierra no se vuelve a abrir" concluye.

Mientras tanto, el celular de Gustavo no para de sonar. No hay mucho tiempo libre para este maestro mayor de obras que no pudo escapar de su destino familiar de tambero. En la diversificación de roles en esta empresa familiar, Gustavo se reparte el tiempo con su madre, verdadera "alma máter" del tambo y de la cabaña, y con su hermano. Como si esto fuera poco, ahora preside los destinos de la Asociación, en un demandante trabajo como parte de un equipo de trabajo bien federal. Esta designación, aunque él no lo diga, obedece a un reconocimiento a esa tradición, a la que Gustavo supo corresponder con toda su pasión. Porque en Rafaela, entrando por la ruta 70, todavía se respira olor a tambo.

El rol de A.C.H.A.

"La Asociación esta abierta trabajando con todos los tambos del país, hemos logrado que la carne Holando ingrese a la UE como Cuota Hilton, para que el productor vea en el macho una salida buscada para la exportación, con una mejor cotización. En lo sanitario, los 600 mil animales inscriptos están en la base de datos, bajo control lechero oficial, de los cuales se inscriben 250 mil al año como registro de cría. Todos esos animales están trazados con el RP o la caravana de cada productor, y sólo se le exige el botón de Renspa y Cuig. Esos son beneficios para el productor que está dentro de ACHA. Verificamos y monitoreamos esa gran base de datos con un programa hecho en conjunto con la Universidad de Tandil, la que tiene una publicación escrita con dos tiradas anuales con la prueba de progenie del rodeo nacional, con todos los toros y sus performance completa, como una importante herramienta de trabajo para los productores.

Ser presidente de ACHA es un desafío y un honor, se trabaja con un equipo de gente muy grande, se trata de una Asociación muy federal, con 13 zonas con delegaciones, con 88 entidades de control lechero, que están en permanente contacto, estamos con la vivencia y la preocupación de la gente por una lechería que está presionada y corre riesgo", asegura.