Abandonados a su suerte

Muchas veces se ha escuchado decir a la gente "Si no te pasa, no te involucrás con un tema", y otras tantas veces, esta sentencia suele ser correcta.

La frase puede aplicarse a diversas situaciones cotidianas, tanto importantes como banales: estar involucrado en un accidente de tránsito y advertir la cantidad de casos que diariamente son notificados; padecer una enfermedad poco frecuente y saber que otras personas pasan por lo mismo.

En fin, un sinnúmero de situaciones puede marcar un antes y un después de una persona frente a un tema que socialmente no está resuelto o bien, requiere una intervención oficial para que tenga un final feliz. Éste es el caso del destino final de los perros abandonados.

El hecho ocurrió el fin de semana pasado, cuando una pareja encontró seis cachorros en uno de los terraplenes de la zona de Colastiné. Tenían aproximadamente dos meses y, al parecer, habían estado siendo alimentados bien. Sin embargo, su dueño -despojado de alma y de todo sentimiento humanitario- los abandonó a su suerte, en un atardecer frío y lluvioso.

Ante este desolador cuadro, la pareja decidió llevárselos a un lugar más seguro, a pesar de no estar en condiciones para alojarlos en su domicilio de manera permanente. Fue entonces cuando se puso en comunicación con las voluntarias de la Asociación Defensa de los Derechos del Animal y la Protectora de Animales.

Las respuestas fueron idénticas: los refugios están saturados de animales y las personas que colaboran tampoco dan abasto con los perros y gatos que tienen a su cuidado. La proximidad de las fiestas también complicó el panorama, ya que otras voluntarias no se encontraban en la ciudad, y no pudieron ser consultadas si podían tener a los cachorros, hasta el sábado siguiente que son ofrecidos en adopción.

No es falta de solidaridad, por el contrario. Es falta de ayuda y de compromiso de las autoridades locales hacia estas entidades que trabajan a pulmón para dar una solución -hasta ahora, transitoria- al problema de los perros abandonados.