Piden destitución de cuatro jueces

DyN

Cuatro jueces federales fueron denunciados ante el Consejo de la Magistratura por haber autorizado un régimen privilegiado de arresto al represor de la ESMA Héctor Febres, que afrontaba un juicio oral por crímenes de lesa humanidad y apareció muerto días antes de la lectura del veredicto.

El deceso se produjo cuatro días antes de la fecha que los jueces Guillermo Gordo, Héctor Farías y Daniel Obligado, integrantes del Tribunal Oral Federal 5, habían fijado para dar a conocer el veredicto en el juicio que afrontaba Febres por torturas a prisioneros de la ESMA en la dictadura del período 1976-83.

Gordo, Farías y Obligado, al igual que el juez federal Sergio Torres, fueron denunciados ante el Consejo, al que organizaciones de derechos humanos reclamaron la remoción de los cuatro magistrados por haber otorgado a Febres condiciones especiales de arresto.

La muerte de Febres, que estaba custodiado por la Prefectura Naval, impulsó a la presidenta Cristina Fernández a desplazar al titular de la fuerza, Carlos Fernández, quien también está en bajo la lupa de la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Delgado.

La viuda de Febres, Stella Maris Guevara, y sus hijos, Héctor y Sonia, habrían cenado con él la noche previa al hallazgo del cadáver y los tres se encuentran detenidos, a la espera de una definición de la jueza.

El premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y activistas de organizaciones de derechos humanos promovieron el juicio político de los magistrados que determinaron el alojamiento de Febres por fuera del circuito carcelario común.

La denuncia presentada al Consejo considera "inexplicables e inadmisibles las condiciones de detención de las que gozaba" Febres, las cuales "redundaron en el homicidio del imputado, muerte por la cual los jueces no pueden dejar de responder".

Por su parte, la jueza Arroyo Delgado, completó ayer la ronda de indagatorias a siete efectivos de la Prefectura Naval que afrontan cargos por haber "alterado el registro de visitas" en el que debían constar los datos de quienes eran recibidos por Febres en las confortables habitaciones que ocupaba en la delegación Delta de la fuerza.

En cuanto a la autopsia, acreditó que Febres murió el lunes 10 de diciembre, envenenado por altas dosis de cianuro, pero se ignora si ingirió el tóxico voluntariamente o fue asesinado.