Debates contemporáneos
Pasantías: ¿capacitación o flexibilidad laboral?
Estas prácticas educativas fueron reglamentadas en 1999, con el objetivo de entrenar en el mundo del trabajo a estudiantes avanzados. Un nuevo proyecto de ley busca evitar que funcionen como mano de obra calificada barata.

Miles de estudiantes universitarios, que son seleccionados para realizar una pasantía, esperan formalizar una relación laboral, pero la existencia de puntos débiles en la ley que las reglamenta hace que algunas empresas los utilicen como mano de obra calificada barata o los hagan desempeñarse en funciones muy distintas al objetivo formativo que, se supone, ellas tienen.

La pasantía es una figura contractual reglamentada desde 1999 (Ley 25.165), "pero plantea en su espíritu un objetivo laboral, cuando en realidad debe tener un fin formativo y, a partir de esta premisa, es necesario establecer otras condiciones entre el empresario y el pasante", expresó la diputada nacional Blanca Osuna, una de las firmantes del nuevo proyecto de ley. Dicha propuesta, rubricada además por el legislador Héctor Recalde, obtuvo la media sanción en la Cámara Baja hacia finales de 2007.

Uno de los puntos más cuestionados de la norma vigente es que establece un período de hasta cuatro años en el que una empresa puede contratar como pasante a un universitario, lo que es considerado "excesivo porque atenta contra el fin de la pasantía, que es una extensión práctica del aula", expresó Osuna.

También la carga horaria, el salario, los seguros por accidente de trabajo y si el pasante debe tener o no una cobertura de salud de parte de la empresa son otros aspectos que no están especificados en la ley que rige en la actualidad.

Según un sondeo efectuado por el portal Universia en universidades públicas y privadas existe una tendencia a incrementar las pasantías laborales en empresas, ya que los estudiantes las consideran como la oportunidad de tener su primer empleo.

Pero esa tendencia en alza, que Universia sitúa entre el 20 % y el 40 %, choca contra los abusos que cometen algunas empresas "quienes tienen al pasante como un trabajador en negro encubierto", destacó la diputada.

Osuna explicó que estas situaciones "se generan porque la ley vigente en su espíritu es laboral, no formativa. A partir del cambio de este enfoque que proponemos se generarán las otras condiciones, como la regulación del aporte económico o la cobertura social".

La Ley 25.165 no fija topes salariales, sólo existe un decreto presidencial posterior que determina una escala salarial que va de los 450 a los 1.200 pesos de acuerdo con la carga horaria, pero sólo en caso de que el empleador sea un organismo público.

Qué son y para qué se hacen

El nuevo proyecto crea el Sistema de pasantías educativas, en el marco del sistema educativo nacional para los alumnos de la educación de adultos y educación técnica superior no universitaria, de gestión pública estatal o privada, y las universidades e institutos universitarios, nacionales o privados, a cumplirse en empresas y organizaciones públicas o privadas con personería jurídica.

Dicha propuesta considera a la pasantía como "el conjunto de actividades que realicen los alumnos en empresas u organizaciones públicas o privadas con personería jurídica; sustantivamente relacionado con la propuesta curricular de la carrera cursada en unidades educativas, que se reconoce como experiencia de alto valor formativo, sin tener carácter obligatorio".

Una relación difícil

Recalde y Osuna fundamentan que, con la promulgación de la nueva norma, se busca alcanzar algunos puntos de armonía "entre el interés educativo y el empresario", para lograr "experiencias tuteladas enriquecedoras", y para evitar la "generación de relaciones laborales encubiertas y abusivas".

Entre otras limitaciones, las empresas tendrán un cupo máximo de pasantes que fijará el Ministerio de Trabajo de la Nación, de acuerdo con el tamaño de las mismas. Este Ministerio controlará el cumplimiento de la ley para que no se alteren sus objetivos. Si esto sucediera, la pasantía perdería este carácter y pasaría a ser considerada contrato laboral por tiempo indeterminado. En dicho caso, regirán todas las sanciones e indemnizaciones que correspondan para la relación laboral no registrada.

En las universidades locales

En la Universidad Católica de Santa Fe son alrededor de 250 los estudiantes que realizan pasantías: casi un 70 % en instituciones del Estado (municipal y provincial), el grupo mayoritario que le sigue desarrolla estas prácticas en distintas áreas de la propia universidad. Finalmente, una minoría en empresas de la ciudad y la región.

En 2007, la UNL informaba que en 2006 había aumentado en un 20 % el número de estudiantes de esa casa que había realizado "una experiencia laboral o pasantía". Desde hace más de 10 años esta universidad desarrolla programas que buscan nuevas formas de vinculación entre el entorno científico académico y los sectores de la producción. Así, en el período 2003-2006 se firmaron 4.497 actas de pasantías.

Desde la creación del sistema, la UNL ha firmado un total de 520 convenios con diferentes empresas e instituciones, perteneciendo un 75 % a empresas privadas; 16 % a organizaciones sin fines de lucro y un 9 % a organismos públicos.

394 convenios se firmaron en el período 2003-2006: el 80 % pertenecen a empresas y un 10 %, tanto a asociaciones sin fines de lucro (ONG y Fundaciones) como a entidades públicas (gobiernos y organismos provinciales y municipales).

En la UTN Facultad Regional Santa Fe tienen en vigencia cerca de 25 convenios marco: aproximadamente 20 son con empresas, y el resto con organismos públicos, donde se desempeñan entre 65 y 70 alumnos. "Es mayor la cantidad de empresas que solicita pasantes, pero son los organismos públicos quienes requieren mayor número alumnos", precisaron desde la UTN.

"Desde que se puso en práctica el programa de pasantías en esta Facultad, se fueron detectando falencias ya que en algunos casos no se correspondían con nuestra idea de lo que debe ser una pasantía: un pasar por el mundo del trabajo para complementar la formación que se ofrece en las aulas", agregaron desde la casa de estudios.

Algunas de estas falencias fueron: "utilización de las pasantías por parte de las empresas como sustitución del empleo formal por mano de obra barata, eludiendo sus costos y compromisos legales; duración excesiva o renovación permanente; horarios y absorción abusivos de la capacidad del estudiante, con deterioro del rendimiento académico; competencia desleal con el resto de las empresas y graduados", entre otras.

"La FRSF seguirá apoyando la realización de pasantías por su carácter altamente positivo, evaluando el cumplimiento de sus objetivos y evitando distorsiones", concluyeron.

Algunos de los cambios en la nueva ley son:

El artículo 11

establece que las pasantías educativas "no originan ningún tipo de relación laboral entre el pasante y la empresa u organización en la que éstas se desarrollen". Y agrega: "Esta figura no podrá ser utilizada para cubrir vacantes o creación de empleo nuevo ni para reemplazar al personal de las empresas y organizaciones públicas o privadas".

La misma norma

define límites en la duración y carga horaria por un plazo mínimo de dos meses y máximo de nueve meses, a desarrollarse dentro de un mismo ciclo lectivo, con una carga horaria semanal de hasta veinte horas. Cumplido estos plazos, una vacante no podrá, en ningún caso, ser prorrogada ni renovada a favor del mismo pasante.

El proyecto

indica que los pasantes recibirán una suma de dinero no remunerativa en calidad de asignación estímulo, "que no podrá ser inferior al salario básico del convenio colectivo aplicable a la empresa, y que será proporcional a la carga horaria de la pasantía".

Los estudiantes

recibirán, conforme a las características de las actividades que realicen, todos los beneficios regulares que se acuerdan al personal en cuanto a comedor, vianda, transportes y cobertura de salud.

El Litoral/Télam