Degano aparece en la historia
Diego: el orgullo de la región
La edición de 1988 tuvo una sorpresa enorme, que luego se convirtió en baluarte de la natación de aguas abiertas. Se trató de Diego Degano, quien ganó en su debut como aficionado y luego fue cuádruple vencedor y campeón mundial.

A un año del regreso del maratón a la actividad, comenzó a tomar una trascendencia creciente que, en el año 1988, se tradujo en el récord de nadadores extranjeros que llegaron hasta Santa Fe.

El Litoral destacaba a Fernando Fleitas como un joven valor local a dar pelea entre los profesionales, y a Alejandro Larriera como un representante importante en el plano amateur. En este último rubro, apenas se anunciaba la presencia de un juvenil Diego Degano en su primera presentación como aficionado, junto a Guillermo Vignolo (también de nuestra ciudad) y los italianos Sergio Chiarandini y Griorgio Greppi. Plit seguía siendo la mayor esperanza de nuestro país.

Tras una carrera larga (como consecuencia de un río bajo, que apenas sobrepasaba los 2 metros en el puerto local), el público que dio su apoyo a la competencia llegó hasta el delirio por el triunfo de Degano, que por no estar anotado como profesional ni siquiera subió al podio, ni se llevó el premio pecuniario.

Fue brillante lo de Diego, pero también lo del italiano Chiarandini, que alcanzó la tercera colocación detrás del capitalino Alejandro Lecot, quien fue galardonado como el vencedor. Cuarto quedó Plit, con una vigencia envidiable a 14 años de su primera presentación en el Río Coronda.

El récord del campeón

El domingo 4 de febrero de 1990 se engalanó nuevamente la playa de Piedras Blancas, donde a las 9 se largaba la decimoséptima edición.

Por la altura que en aquellos días tenía el Paraná (más de 6.30 en el puerto local), se preveía una carrera muy veloz. Y en esta oportunidad, Diego Degano largaba como el máximo favorito, ya que a su brillante victoria en la edición de diciembre del "88 le agregó su consagración como campeón mundial de aguas abiertas en la temporada "89.

A pesar del mal tiempo, Degano (quien ya había sido apodado "el Diego del agua", por los italianos, en obvia alusión a Maradona) confirmó lo que había insinuado en la edición precedente, y se llevó por segunda vez consecutiva el maratón con un nuevo récord de 6 horas, 59 minutos y 10 segundos.

Detrás quedaron Fernando Fleitas (mencionado como la revelación), los estadounidenses David Alleva y James Kegley y el interminable Claudio Plit.

En esta competencia se comenzó a gestar lo que luego fue el gran clásico del agua: Degano (Unión) ante Fleitas (Colón). Entre las damas, ganó la paranaense Silvia Dalotto.

Con el presidente

Una excelente y completa cobertura de El Litoral relevó la acciones que se produjeron el domingo 2 de febrero de 1992. Fueron 32 los nadadores que se lanzaron desde el margen este de la laguna Setúbal, con 20 extranjeros y el máximo favorito: el tricampeón mundial santafesino Diego Degano.

Aquella decimonovena edición se destacó por los grandes nombres que batallaron contra el cansancio, el río, la lluvia y el viento (fue una jornada desapacible). Además del titular ecuménico, compitieron Fernando Fleitas (ganador de la edición 1991), el canadiense Gregory Streppel, el alemán Christoph Wandratsch y los estadounidenses Kegley y O'Brien, entre otros con posibilidades concretas de ganar.

Sin embargo, esta versión de la Santa Fe-Coronda fue la que más vivió el duelo Unión-Colón entre los dos máximos representantes santafesinos, que se sacaban chispas en las aguas locales. El vencedor fue otra vez el campeón mundial (por tercera vez en su historia), que dejó atrás a Wandratsch y a Streppel.

Una frase del ganador adquiriría gran significación un año después. "Lástima que la corona no se comparta", dijo Diego, como presagiando lo que iba a ocurrir en 1993.

Emocionante y polémico

En una jornada signada por los fuertes vientos y, por ende, un río complicado, el 7 de febrero de 1993 se largó la vigésima edición del maratón más lindo del mundo.

Para esta ocasión, muchos nadadores extranjeros llegaron con varios días de anticipación a nuestra ciudad, entre ellos la australiana Shelley Taylor Smith, a quien muchos le asignaban grandes posibilidades de luchar por los puestos de vanguardia.

La carrera se caracterizó por la lucha sin tregua que se repartían los nadadores en los distintos sectores, pero ya promediada la competencia fueron Degano y el alemán Wandratsch quienes comenzaron a cortarse en la punta.

En un río muy "picado", los dos punteros llegaron casi en una misma línea a los últimos metros de competencia hasta que, a pocos segundos del final, ambos competidores se tomaron de la mano y nadaron juntos hasta el pontón de llegada, cuyo acrílico tocaron al mismo tiempo.

Por primera vez en una Santa Fe-Coronda dos nadadores compartieron el triunfo, y de común acuerdo, ya que luego comentarían que tomaron esa decisión 20 minutos antes del final.

Detrás del argentino y el alemán (con un tiempo de 8 horas y 3 minutos) se ubicaron el canadiense Streppel, el santafesino Fernando Fleitas y los argentinos Fernando Terrilli y Gustavo Oriozabala.

Estuvo el presidente

La versión 1992 del maratón tuvo un dato trascendente, más allá de los nombres propios: por primera vez, un presidente de la Nación viajó hasta nuestras tierras para presenciar la carrera. Se trató de Carlos Saúl Menem, quien tras entregar la copa al ganador dijo que esto "es algo que nunca me tocó vivir", y prometió volver todos los años... La anécdota más risueña fue la de la botella de champagne que no pudieron agitar ni Degano, ni el político riojano, ni Carlos Alberto Reutemann, por entonces gobernador de la provincia.

Alejandro Galetto