¿Dónde están las soluciones?
Por Fabiana Gómez (*)

La economía argentina sienta sus bases en la producción de materias primas para la elaboración de alimentos, tales como cereales y oleaginosas, leche, carne, por nombrar las más generales.

El campo genera fuentes laborales, sostén para millones de familias, es el pilar más importante y por así decirlo, es el que sostiene la ciudad.

A simple vista, lo más lógico sería que este sector fuera apoyado, acompañado, incentivado, proyectado y no castigado.

Retenciones, falta de medidas que favorezcan a los productores, falta de visión para el mediano y largo plazo, son puntos en los que hay que empezar a trabajar, por que todo lo que se esta logrando es que el productor ya no quiera serlo.

Un claro ejemplo es la actual situación que esta transitando la lechería.

Miles de tambos están cerrando sus puertas, cambiando el rodeo por el "oro verde", lo que es totalmente comprensible, ya que nadie quiere ser empresario de una actividad que no da frutos.

Y no estamos hablando de cualquier empresario, sino de los que comienzan sus días a las tres de la mañana, que no conocen feriados, ni días de descanso, aquellos que han hecho sus vidas en torno al tambo, por que lo heredaron de sus padres, que también lo fueron, o por vocación.

Y eso no es todo, algo parecido sucede en los campos de cría, que han sido desplazados a las zonas marginales, donde no se puede hacer otra cosa. Olvidados, desprotegidos, sin ningún apoyo...

Así viene la actividad agropecuaria. Pero lo peor no llega aún.

Tal como sucede en la sociedad, donde la clase media fue desapareciendo en pos del desarrollo de las clases mas altas, así irán despojándose los productores mas pequeños en manos de los mas grandes.

Es insostenible una empresa de procesos biológicos, como lo es el campo, si nada los respalda, si los números no cierran, si las medidas del gobierno no dejan de favorecer a quien sabe, menos a los que trabajan día a día por todos los demás.

Yo quisiera que quienes toman semejantes decisiones se bajaran de sus coches y aviones de lujo, y pasaran un día completo en los zapatos de los productores, renegando con la mezquindad de quienes piensan para si mismos, y viendo como se van quedando atrás sus sueños.

Espero que esto comience a cambiar antes que sea tarde, antes de que no se alcancen a satisfacer las demandas internas, con todo lo que ello implica.

Este es un problema serio, que necesita solución urgente, y esta en manos de quienes hace pocos meses nosotros mismos elegimos.

No sigamos mirando para otro lado, por que nos incluye. No hacernos cargo de nada ya nos trajo hasta acá, no continuemos con esta autodestrucción, que simplemente nos va a llevar mas lejos aun del país que merecemos ser.

(*) Estudiante de Administración de Empresas Agropecuarias. Santa Fe