El "Rengo" Rodrigo Díaz fue figura en el debut con la rojinegra
"Yo venía igual a Colón por más que no se hiciera lo de Grisales"
"Me gustó la jerarquía de este cuerpo técnico que conduce Astrada y enseguida dije que sí", contó el ex Lanús, Toluca e Independiente. Dice que se siente cómodo de enganche, como ante Arsenal. Pero que podría jugar de mediapunta si el técnico se lo pide.

Darío Pignata - [email protected]

De entrada, cuando le llegó la primera pelota, tocó y buscó. En la segunda, empezó a gambetear para adelante, metiéndose en la zona de fuego de los rústicos defensores de Arsenal. En la tercera, tiró un caño en la puerta del área y generó un peligroso tiro libre a favor. Así, tres pelotas le alcanzaron a Rodrigo Díaz para meterse al hincha de Colón en el bolsillo la noche que debutó con la "19" en la espalda, casualmente el mismo número que usaba el colombiano Freddy Grisales en Santa Fe.

Con movilidad, actitud, despliegue y el broche final del pase-gol al venezolano César González, el "Rengo" Díaz fue figura. Y Colón recuperó la figura de un enganche definido, un puesto que parece en extinción en el fútbol mundial.

"Me encanta jugar ahí, en un puesto donde el entrenador te da toda la confianza del mundo para armar juego, estar libre, moverte por todos lados. Siempre entendiendo que en el fútbol de hoy nadie juega parado. Todos debemos correr para recuperar la pelota y defender, mucho más en la pelea que estamos metidos con Colón", disparó anoche Rodrigo Díaz en "Café con Fútbol".

-La primera pregunta es bastante original: ¿por qué "Rengo"?-Pasa que de chico, cuando apenas tenía 11 años, sufrí una lesión grave, me operaron y en ese momento por la edad, me metieron una bota para poder caminar. íImaginate cómo me quedó una pierna comparada con la otra! De ahí, surgió el apodo. -Tenés un buen sentido del humor: te tatuaste la palabra "Rengo" en la pierna mencionada y en tu caso el apodo le gana por goleada al nombre...-Sí, además a esta altura ya no pasa nada, porque se fue acomodando sola y corro sin ninguna dificultad. Y como pasa con otros chicos, el apodo quedó. -¿Esperabas tener un debut tan completo como el del viernes con los pocos entrenamientos que tuviste antes de Arsenal con tus nuevos compañeros?-Las ganas de trabajar y hacer las cosas bien están desde el primer momento que llegué a Santa Fe. Pero la verdad que sí: yo mismo me sorprendí lo bien que me fui entendiendo con mis compañeros adentro de la cancha, por las pocas prácticas que hicimos. -¿Hubo algo determinante?-El excelente grupo humano que hay adentro de este plantel de Colón, que me recibió como si conociera de toda la vida. Y lo otro es el respaldo total del cuerpo técnico para desarrollar esta función de enganche que es la que más me gusta adentro de una cancha.

"Yo me venía igual"

La historia oficial es conocida: en medio del conflicto con el colombiano Freddy Grisales, al presidente Germán Lerche se le ocurrió ver el listado de los jugadores "colgados" en Independiente que no tenían lugar con Pedro Troglio y apuntó a Rodrigo Díaz. Pero hay una historia no contada, que en la tranquilidad de una entrevista distendida uno encuentra.

-¿Te sorprendió cuando te llamó Lerche?-La verdad que sí, porque hasta ese momento no había salido nada en ningún lado y me sorprendió enterarme primero por Colón que por Independiente. -Después se demoró todo porque no llegaba Grisales...-Lo mío se demoró porque hubo que prolongar el préstamo del Toluca de México, inicialmente a Independiente, para Colón. Y porque yo tenía que arreglar una deuda que Independiente tenía conmigo. -Claro, pero cuando estaba todo, faltaba que "Totono" llegara desde Colombia para firmar la otra parte del acuerdo.-Las cosas se terminaron dando así. Pero yo no vine acá por Grisales, vine porque Colón me buscó, allá en Independiente no jugaba y a mí esta posibilidad de venir a Santa Fe me gustó desde el vamos. Yo me venía igual a Colón. -¿Por qué el sí tan rápido?-Porque me gustó la propuesta del presidente Lerche y porque este cuerpo técnico ganó cosas importantes. Con la jerarquía de Astrada, estaba convencido de que vamos a intentar pelear algo más lindo que el promedio. Entonces, a pesar de tener otras ofertas, me incliné rápidamente por Colón y acá estoy, por ahora viviendo en un hotel y buscando casa por Santa Fe.

"Es mucha plata para Argentina"

El "Rengo" Díaz es un producto íntegramente de color granate -casualmente viernes jugará con la camiseta de Colón contra Lanús- que fue comprado en una cifra millonaria por el Toluca de México, por pedido expreso del "Tolo" Américo Rubén Gallego. Allá le fue bien: jugó dos temporadas, hizo goles y fue campeón del fútbol mexicano. Hasta que Independiente le ofreció la posibilidad de romper el exilio.

-¿Por qué pegaste la vuelta tan rápido de México, un lugar con el que todo futbolista sueña? -Porque uno siempre sueña con jugar en un club grande de su país y en ese momento Independiente me daba la posibilidad.-Te pidió Burruchaga, estuviste un año y cuando se vencía el préstamo fue Troglio el que pidió tu renovación. ¿Fue así, "Rengo"?-Tal cual. -Y pensar que ahora con Troglio no tenías lugar...-Son cosas que pasan, por eso me encantó desde el vamos lo de Colón. -Tu ficha es del Toluca y la opción de compra es de tres millones de dólares. ¿Mucha plata, no?-Para el fútbol argentino, muchísima. -Si Astrada decide agregar un "5" al lado de Falcón y jugar con Cardetti solo arriba, ¿jugarías de mediapunta el viernes contra Lanús?-Sí, no es una posición que me incomode. Si Leo lo dispone, juego donde me necesite. Él es un técnico muy inteligente para saber dónde poner a cada jugador adentro de la cancha.

"Era mi vieja la que puteaba"

La familia de Rodrigo Díaz lleva el fútbol en la sangre: su hermano Román también es jugador. Y su madre es fanática, hincha de Lanús y admiradora de sus hijos. "El viernes me vino a ver desde Buenos Aires para darme una sorpresa. Menos mal que jugué bien".

Pero la mejor anécdota es de un partido en cancha de Lanús, donde su hermano Román escuchaba que una voz femenina lo venía insultando desde hacía varios minutos del otro lado del alambrado. "Cuando mi hermano se puso del otro lado de la mitad de la cancha, para recibir la pelota, empezó a mirar para el costado como para devolver los insultos, porque la mujer lo tenía cansado. Resulta que, cuando logró individualizarla, la que estaba del otro lado del alambrado era mi vieja. Un caso de novela, increíble. De todos modos, por más que ella es de Lanús, el viernes va a querer que gane Colón por el nene... (risas)".