Identifican a dos de los muertos en Puerto Madero

Buenos Aires (Télam).- Las cuatro personas que el sábado murieron carbonizadas en el accidente ocurrido en el barrio porteño de Puerto Madero eran dos hermanos jujeños y dos jóvenes peruanas que se habían conocido en un boliche, informaron fuentes policiales.

Se trata de Héctor Paredes (26) y su hermano Mario Paredes (24), quienes trabajaban como pintores y eran dueños del Renault 19 que tras chocar contra un camión en al avenida Huergo al 300, estalló y se incendió.

De acuerdo con las primeras investigaciones, los hermanos fueron a bailar el viernes a una discoteca del barrio porteño de Liniers y allí conocieron a dos amigas de nacionalidad peruana, de 30 y 32 años.

Al parecer, tras salir del boliche, las invitaron a concurrir a otro lugar y fue en el trayecto cuando se produjo el accidente.

Los voceros explicaron que si bien no se presentaron familiares de las víctimas, los hermanos fueron identificados por la documentación del auto, pero todavía se desconocen los nombres de las jóvenes.

Por otra parte, una de las chicas del otro auto que sobrevivió al accidente luego de que le cayera una carga de arena encima continuaba en grave estado y perdió su embarazo.

Blanca Giménez sigue alojada en la sala de terapia intensiva del hospital Argerich en estado reservado y asistida por un respirador artificial, según el último parte médico difundido.

Verónica, hermana de Blanca y dada de alta ayer con su bebé Santiago, explicó a la prensa que la joven estaba esperando su tercer hijo, pero que lo perdió a raíz del accidente.

La tragedia ocurrió cuando un Renault 19 gris que iba hacia el barrio de la Boca por la avenida Ingeniero Huergo al 300 embistió a un camión que transportaba arena.

Tras el choque, el auto estalló y se incendió y sus cuatro ocupantes murieron carbonizados, entre ellos el conductor, que fue sacado del auto con vida, pero falleció camino al hospital.

Después de la colisión, el camión hizo un trompo, se cruzó de carril, chocó contra un paredón y volcó toda la carga de arena que llevaba sobre un remís Fiat Duna blanco que venía por la mano contraria y cuyo conductor murió por asfixia.

Un bebé junto a su mamá y su tía fueron tapados por la arena, pero lograron ser rescatados por los bomberos, que debieron escarbar varios minutos para sacarlos con vida.

"Fue algo feo, de un segundo. Cuando vimos el primer impacto, mi hermana me gritó: íGuarda! Y me tiré arriba de mi bebé. No me acuerdo cómo hice, fue algo intuitivo", relató Verónica a la prensa en su casa de la localidad bonaerense de Merlo.

Recordó que cuando la arena se les empezó a caer encima, el remisero le dijo: "'Grite, grite, que la van a escuchar', pero mi bebé lloraba, nadie me escuchaba y sentía que me faltaba el aire, que me iba a desmayar".

"Para mí fue como media hora que estuvimos ahí, fue interminable, pero la Policía me dijo que fue menos tiempo", agregó.

Sobre su hijo, dijo que sólo tiene un raspón en la frente, pero que tras el accidente sufre su "rechazo".

"En este momento mi hijo me rechaza, no quiere estar conmigo", se lamentó.