DE RAICES Y ABUELOS
Una abuela plena de sabiduría y generosidad
95 años.

Esta nota pretende ser un homenaje de los seres queridos de Tilde Barberis de Pregazere, quien el pasado 2 de marzo festejó sus 95 años, plenos de envidiable memoria y ganas de seguir deleitándolos con comidas caseras.

textos de Mariana Rivera

Para esta historia de De Raíces y Abuelos fueron muchos los que colaboraron y promovieron esta publicación. Ocurre que 95 años no se cumplen todos los días. Además si se trata de una persona muy querida, como la abuela Tilde Barberis de Pergazere, son muchos los que quieren rendirle homenaje, incluso Brisas, quien la hizo tatarabuela hace apenas tres meses.

"Es la consejera de la familia, la que está pendiente de que no nos pase nada, la mediadora para que haya paz en la familia. Gracias a ella logramos reunirnos todos los de la familia varias veces al año, al menos para las fiestas de fin de año y para marzo, por su cumpleaños", admitieron sus nietos con orgullo.

El pasado 2 de marzo, Tilde sopló 95 velitas y la ocasión fue más que especial para toda la familia. Llegaron sus hijos (Dora, Oscar, Aníbal, Carlos y Hugo), hijos políticos (Telmo Buschiazzo, Raquel Atencia, Mirta Cabrera, Beatriz Dalmazo y Liliana Carrizo), sobrinos, cuñados, nietos (tiene 13) y bisnietos (ya son 25), desde distintos puntos del país, como nuestra ciudad, Paraná, Rafaela, San Cristóbal, para compartir con ella este feliz momento. No faltó su sobrina, Isolina Morales, a quien ayudó a cuidar a sus hijos.

Durante el festejo ella estaba muy jovial pero siempre -aclararon sus familiares- con la serenidad que la caracteriza. Con mucha emoción se le dedicaron unas palabras, que fueron escritas -explicaron- por la tía Bety, "quien ya no está con nosotros pero sí esperándonos en la patria celestial".

Familia longeva

Tilde es hija de Josefa Gervasoni y de Bernardo Barberis (inmigrante), y nació en Santiago del Estero, pero tiene raíces aborígenes. Tuvo cinco hermanos: José Inocencia (quien tiene 91 años), Guillermina, Ramón, Esther (también vive) y Bernardo. Su mamá (quien vivió hasta los 96 años) quedó viuda a los 33 años y crió sola a sus cinco hijos.

Vivió en Fortín Encrucijada, al norte de Tostado, en el límite con la provincia del Chaco, un lugar que actualmente desapareció. También vivió en un campo ubicado entre Santorce y La Cabral, en la Colonia La Solita. Allí vivió de soltera y también luego de su casamiento con Alberto Pergazere, ocurrido en 1934, hasta 1945 aproximadamente.

En aquellos parajes nacieron sus primeros hijos. Posteriormente se trasladaron a vivir a La Cabral, a 25 kilómetros al norte de San Cristóbal. Posteriormente, Alberto, su esposo, consiguió trabajo como comisario del pueblo. Allí, uno de los hermanos era el caminero del pueblo (el que arreglaba los caminos) y la sobrina era la encargada de la estafeta del correo.

En 1955, después de la Revolución Libertadora, el matrimonio y sus hijos se fue a vivir a San Cristóbal, en el barrio José Dho. Una anécdota muy curiosa es que se contaba que cuando Tilde y su esposo querían ubicar su casa a quienes iban a visitarlos, les daban como referencia "que agarraran la calle principal, Caseros, y fueran hasta el último foco de luz".

En San Cristóbal

La familia vivió en una vivienda alquilada en San Cristóbal hasta 1960, cuando tuvo un poco más de posibilidades económicas y adquirió una casa propia, en Caseros 884. Luego la fueron refaccionando y ampliando y actualmente es la casa donde vive uno de sus hijos, Oscar, el cerrajero del pueblo.

Al poco tiempo que Tilde y su familia se mudaron a su nueva casa, propia, su mamá y su hijo José Inocencia (a quien lo llaman tío Gepe) se fueron a vivir a una vivienda ubicada en la misma cuadra.

El tío Gepe recuerda de estas épocas que cuando Alberto, el marido de Tilde, no tenía trabajo ella le cosía la ropa y los pantalones, los que llamaba "colinchos largos, porque para largos eran cortos y para cortos eran largos". Posteriormente, las finanzas mejoraron y la familia compraba en las grandes tiendas del pueblo, como El Cabezón y Casa Rosa, hoy desaparecidas.

Tilde era ama de casa pero entre sus tareas diarias también se contaban criar gallinas, ordeñar, arar. Cuando vivió en La Cabral, el diario El Litoral llegaba en el tren de pasajeros. Ella era la encargada de recibirlo ya que quería ser la primera en leerlo. Por aquella época también llegaba el diario El Líder, "una publicación peronista que venía de Buenos Aires", recuerdan.

Sus familiares aseguran que "todas las tardes, ella lee El Litoral y se sabe todas las noticias y está muy actualizada. Incluso, nos cuenta las novedades a nosotros".

Tilde vive desde hace 10 años en Santa Fe, en la casa de su hija Dora. Su familia también destacó "su espectacular memoria y sus dotes de cocinera, ya que amasa exquisitos tallarines caseros. Nos gusta estar con ella y agradecemos a Dios que esté con nosotros, ya que podemos seguir compartiendo lindos momentos con ella".