Cartas a la dirección

Edmundo De Amicis

Señores directores: En este año 2008 (el 11 de marzo, precisamente) se cumplen cien años del fallecimiento del escritor italiano genovés Edmundo De Amicis (Oneglia, 1846-Bordighera, 1908), cuyo libro "Corazón" inició en la lectura a varias generaciones de niños y jóvenes de todo el mundo, con relatos conmovedores y edificantes, expresivos de una ética social en la cual el comportamiento individual contribuía al crecimiento y al bienestar de todos.

Hacia 1886, fecha de la aparición de "Corazón", Carlos Alberto de Saboya; Camilo Benso, conde de Cavour; Giuseppe Garibaldi; Víctor Manuel II, primer rey de Italia desde 1861, Giuseppe Mazzini y Humberto I, rey en ese entonces, eran los héroes nacionales que habían tenido la osadía de soñar una Italia unida pese a sus diversidades y las abismales diferencias sociales entre los piamonteses, lombardos y genoveses progresistas, republicanos y democráticos, y los meridionales sometidos todavía al vasallaje feudal y al arbitrio de las monarquías.

Como nos recuerda Mónica Ottino en un excelente artículo periodístico (diario La Nación, 2006), en "Cuore", de De Amicis, "los personajes ya en el mármol de la historia proponen a cada niño un ejemplo: Carlos Alberto de Saboya cargará con la derrota de Novara en manos de los austríacos y su abdicación en su hijo Víctor Manuel II, como el final de una larga lucha; el conde de Cavour, con su sabiduría política y su muerte inoportuna; Garibaldi aparece encabalgado entre la historia y la leyenda; Mazzini ejerce su control moral sobre tantas opiniones e intereses opuestos aun entre los mismos patriotas, ejemplo de coraje espiritual. Esa escuela turinesa aparece como metáfora de la Nueva Italia que en medio de la pobreza, la guerra, los dialectos y su condición de nación nueva, sufrida y frágil, puede dar los primeros pasos hacia la integración nacional. Tal vez demuestre De Amicis que los tres grandes demócratas y niveladores son la muerte, el talento natural y la buena escuela pública y gratuita".

En este contexto no es casual, pues, que ese humanista honesto que fue De Amicis recurra a esta mezcla de alumnos sardos, napolitanos, lombardos, florentinos, romagnolos, piamonteses y que "el maestro presente a un nuevo alumno advirtiendo a la clase: `Este niño es calabrés y tan italiano como cualquiera de vosotros"'.

Quizá valga la posibilidad de reflotar a "Corazón" como libro de lectura, o se realicen adaptaciones informáticas de esa obra magistral para nuestra idiosincrasia y realidad, que se me antojan muy parecidas a las que encontraron los ilustres compañeros de De Amicis para concretar en serio, en el siglo XIX, una nueva nación.

Finalmente, me permito compartir un dato: en 1891, el autor de "Corazón" ingresó al Partido Socialista no por ventajas, sino como signo de su opción ético-social.

Es mi modesto deseo que las colectividades italianas recuerden con emoción y gratitud a este genovés que tanto hizo por la unidad y la identidad italiana

César I. Actis Brú.

Ciudad.