Nosotros: NOS-01
TEMA CENTRAL / SOCIEDAD
La rutina después del ocio
. 

Siempre es difícil volver. Terminaron las vacaciones. Para el próximo período de descanso falta casi un año y las obligaciones comienzan a acumularse hasta diciembre. ¿Cómo lograr cierta armonía en la transición del descanso a la rutina? ¿Cómo acompañar a los chicos en el inicio o la vuelta a clases? textos de Revista Nosotros y Pro-Salud News. fotos de El Litoral.

En el calendario, marzo figura como el tercer mes del año. Sin embargo, en el imaginario de muchos y muchas, es sinónimo del verdadero comienzo del año y, con él, de una larga lista de ocupaciones que se extenderán hasta bien entrado diciembre.

Todo parece comenzar o retomar su rutina en marzo, aunque el período de licencias se haya agotado mucho antes y se haya aprovechado la "temporada alta" de vacaciones. Es momento de seleccionar opciones, planificar actividades y reacomodar horarios, de volver al trabajo y a la escuela.

¿Cómo se atraviesa ese período, entre el final del descanso anual y el retorno a los horarios? ¿Cómo se acompaña a los más chicos en el regreso a las aulas, el encuentro con nuevas materias y docentes?

Para los adultos, llegar con algunos días de anticipación y organizarse son técnicas claves para la vuelta al trabajo, mientras que prever momentos de recreación durante los fines de semana, contribuye a crear una transición menos traumática.

Para los chicos, los especialistas señalan la importancia de acompañarlos sin transmitirles ansiedad, involucrarlos en los preparativos y, una vez en la escuela, participar activamente del desarrollo del año lectivo.

Otro punto importante consiste en distribuir el período de receso en etapas más breves a lo largo del año; así se evita estar sin hacer nada durante mucho tiempo, situación que dificulta la vuelta a la rutina.

Un regreso paulatino

"Todo el año esperando las vacaciones y se terminan tan rápido". Esa es una de las frases que más se escucha cuando el momento del retorno a las obligaciones se acerca cada vez más. Lo que ocurre es que el cambio suele ser demasiado drástico: del ocio se pasa a las extensas jornadas de trabajo que además, en algunos casos, puede estar atrasado.

Justamente, esa necesidad de "ponerse al día" es una de las que más asusta, llegando incluso a provocar cuadros de estrés. En este sentido, si bien es habitual que la vuelta del receso laboral o escolar provoque angustia o ansiedad, es importante estar atento a las señales del organismo a fin de prevenir el desarrollo de cuadros más complejos.

Cómo sentirse mejor

Una de las estrategias más recomendables para evitar molestias es organizarse y delegar con el objetivo de asegurarse que no queden temas pendientes para resolver a la vuelta. A su vez, estas técnicas también pueden aplicarse para la "puesta al día" posterior, que deberá realizarse con la ayuda de algún compañero.

Por su parte, a la hora de la vuelta, es importante contar con al menos un día de descanso previo antes de concurrir a la oficina, pues el impacto de llegar suele ser mucho mayor si el primer destino -una vez concretado el arribo a la ciudad- es el lugar de trabajo. Además, lo ideal es planear actividades que permitan disfrutar los fines de semana al aire libre, así como también controlar las horas de sueño y la alimentación.

"El estrés representa una exigencia mental dada por las realidades que afronta una persona. Esta condición puede provocar un importante impacto y eventual desgaste, sobre todo en esta época del año en la cual se conjugan dos factores: la salida hacia las vacaciones y el regreso de las mismas. Acá es importante hacer una diferenciación, pues sentir desgano al retornar al trabajo es algo habitual debido a que la reincorporación siempre es costosa", explicó el Dr. Roberto Sivak, médico psiquiatra y psicoterapeuta.

"El problema comienza a hacerse visible cuando, además, la persona manifiesta sentirse deprimida ante la necesidad de abandonar el ocio y tener que volver a la rutina diaria y ajustarse a los horarios del trabajo, y se intensifica cuando aparecen temas agregados como -por ejemplo- malas relaciones laborales o problemas con el jefe", agregó el especialista, docente el Departamento de Salud Mental de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

De hecho, según un estudio realizado en España, el 71 por ciento de los trabajadores encuestados manifestó tener problemas para reincorporarse al trabajo luego de las vacaciones, mientras que el 46 por ciento declaró sentir depresión como consecuencia del retorno a las obligaciones laborales.

Puntos importantes

A la hora de evaluar estas conductas hay que tener en cuenta dos factores claves: el grado de "desconexión" -es decir si el disfrute se da desde el primer momento fuera de la oficina-, y la duración de las vacaciones, que depende de la antigüedad laboral.

No obstante, también es importante considerar otras cuestiones, como por ejemplo si se viaja al exterior, si de las vacaciones participan chicos y cuál es el plan de actividades pensado en primera instancia.

"Los cuadros de estrés pueden desencadenarse al realizar viajes al exterior o no. Lo que hay que considerar es que, en esos casos, a los factores previos -como saber que hay trabajo atrasado, tener que organizar el viaje familiar y manejar las expectativas realizadas en torno a las vacaciones-, hay que sumar los desajustes neurofisiológicos particulares del cambio de ritmo de suelo-vigilia", indicó el especialista, también director médico del Instituto Estrés Trauma de Buenos Aires (IETBA).

Consultado sobre los principales síntomas que el cuadro de estrés postvacacional suele provocar, el doctor Sivak detalló que "pueden evidenciarse irritabilidad, ansiedad, desconcentración y trastornos del sueño, así como también el agravamiento de condiciones psicosomáticas preexistentes como gastritis, úlcera duodenal o hipertensión".

Más información: Sociedad Argentina de Medicina del Estrés (SAMES): http://www.sames.org.ar e Instituto Estrés Trauma de Buenos Aires (IETBA): http://www.ietba.com.ar.

Estrés postvacacional

Irritabilidad, ansiedad, desconcentración y trastornos del sueño pueden presentarse cuando no se logra una buena transición del ocio a la rutina.

Desconectarse

Organizarse de manera que no queden temas pendientes para la vuelta al trabajo, es un buen recurso para facilitar la reinserción al ritmo laboral.

Una opción saludable

Actualmente existe una tendencia según la cual se recomienda evitar largos períodos de ocio, y optar por diversos momentos de vacaciones más breves a lo largo del año. No obstante, los especialistas remarcan que en menos de quince días es difícil lograr una desconexión total que permita olvidarse por un momento del trabajo y dedicarse a pensar cuestiones personales.

"No debemos olvidar que irse de vacaciones no es sólo estar sin hacer nada sino que, además, ese tiempo es considerado como una buena oportunidad para replantearse cambios de vida, de trabajo o bien nuevas formas de afrontar las obligaciones y los vínculos familiares o de pareja", consignó el médico psiquiatra Roberto Sivak.

Un lugar de intercambio y encuentro: la escuela

Al igual que sus padres, los chicos suelen experimentar sensaciones encontradas a la hora de abandonar las vacaciones y retornar a las aulas, tras un receso escolar de tres meses.

"La escuela es el lugar para el niño; el lugar de intercambio y de acceso a la cultura", definen María Kaczmar, psicopedagoga, y Marta Sialle, psicóloga, integrantes del Servicio Psicopedagógico de la Escuela N° 2008 Dr. Juan B. Vázquez.

Ambas definen a la escuela desde un concepto de derecho de los niños y al docente como el facilitador de un encuentro con un medio que muchas veces es totalmente distinto de su vida cotidiana, pero al que tiene derecho a acceder.

"Que la escuela no sea una obligación sino que permita crear el deseo de aprender y de interesarse es, para mi, lo más complejo de empezar el año", afirma Kaczmar. Y ese deseo tiene que ser compartido por la familia.

Llegar a la escuela es "encontrarse con un otro, sentirse deslumbrado por algo diferente, sentirse partícipe de algo. No es sólo la obligación del cumplimiento y de hacer la tarea, sino de poder contar, de generar un interés y una motivación que despierten las ansias por aprender", agregan.

Es que el ritmo de todos se modifica con el final de las vacaciones y el comienzo de clases, que implica el desarrollo de una nueva etapa -cuando recién se ingresa- o nuevos cambios de lo que ya se conoce: la carpeta por el cuaderno, nuevos docentes, otros compañeros. ¿Cómo se acompañan estos cambios? "Es una cuestión de la familia y del docente, es poder descubrir que todo eso forma parte de la vida, adaptarse a los cambios de la forma más `normal' posible, tener esa flexibilidad que nos permite adaptarnos a cada situación que nos va generando a diario la vida".

¿Quién debe facilitar esa organización y adaptación? "Los padres, la familia, quien esté a cargo del niño. Es bueno hablarlo, tramitarlo, decirlo, explicarlo con palabras, con gestos, analizar qué bueno es tener nuevos compañeros, ver el tema como una oportunidad de descubrir nuevos sujetos y nuevas situaciones para vivir, nuevas maneras de relacionarse de acuerdo a la edad".

Para los docentes, esta época también implica un cambio que los encuentra en los primeros días de marzo a full, organizando el trabajo "para generar ese deseo de aprender" y sostenerlo durante el año.

Entonces, el acompañamiento de la familia es necesario como en todas las situaciones de la vida; es el motor que genera el deseo de aprender, de conocer, de interesarse y desplegar todas sus potencialidades. No es una cuestión de cumplimiento sino que se trata de pensar, como adultos, en cómo sostener a ese chico en un lugar de la niñez".

Algunas estrategias

Los especialistas consultados por la agencia Pro-Salud News señalan que es muy importante acompañar a los niños sin transmitirles ansiedad, a fin de brindarles la contención adecuada para "normalizar" el momento y evitar que el primer día de clases se convierta en una situación especial.

"Durante los primeros días posteriores a la vuelta de las vacaciones y con una relativa anticipación, hay que comenzar con los preparativos: comprar los útiles y los uniformes. Es recomendable que los chicos participen en esta actividad, mientras los papás hablan con ellos transmitiéndoles, con toda naturalidad, lo que recuerden de sus propias sensaciones".

"Una vez concretado el regreso y durante los primeros días, tanto la mamá como el papá deben involucrarse especialmente preguntando sobre las actividades realizadas en el colegio, los compañeritos nuevos y la maestra", concluyó el doctor Roberto Yunes, médico psiquiatra, director del Hospital Municipal Infanto-Juvenil Dra. Carolina Tobar García.