Para lucir un cutis bonito hay una serie de pasos necesarios a realizar, básicos y muy sencillos. Para empezar, la alimentación debe ser sana y equilibrada. Somos lo que comemos y una dieta saludable se reflejará no sólo en el cuerpo o en el cutis, sino que también se verán los resultados en el cabello y uñas y, en suma, en la salud en general.
Otro paso importante es la limpieza de cutis. Es necesario eliminar la suciedad, los restos de maquillaje, los efectos de la polución y demás residuos que se acumulan en el rostro a lo largo del día y que no dejan respirar a nuestra piel.
La aplicación de mascarillas semanales para tu cara es fundamental. Relajan la piel, eliminan las células muertas de nuestra dermis aportándonos un rejuvenecimiento inmediato, y acaban con espinillas y otras irregularidades faciales.
El mejor momento para su imposición es tras la ducha, pues los poros están abiertos y absorberán perfectamente los efectos de la mascarilla.
La humectación de la piel es, asimismo, muy importante. Un algodón es el utensilio ideal para aplicar tónicos que refresquen la zona de tu cara y cuello.
El último básico es la nutrición del cutis, pues se trata del alimento propio y directo de la piel. Un rostro bien nutrido es sinónimo de suavidad, mejor color y buen aspecto.
Porque no todas las personas somos iguales, no existe un tipo estándar de piel. Darle a tu cutis los cuidados que necesita en función del tipo que se trate es la clave para el cuidado perfecto.
Para terminar de dar esplendor a tu cutis es bueno tener en cuenta unos pequeños consejos que podrás seguir desde casa.
Si tienes una piel que presenta manchas oscuras o con exceso de pecas, que quieres aclarar y disimular, tu mejor arma es el jugo de limón natural. Exprime el cítrico y aplícalo sobre las manchas o pecas dos o tres veces al día. Notarás los resultados.
Para eliminar los odiosos puntos negros de tu cara, basta con que la laves con una aspirina disuelta en agua tibia. Conseguirás una mayor limpieza.
Por último, si quieres fabricarte tu propio exfoliante casero, sólo debes añadir una cucharada sopera de azúcar a tu crema hidratante y aplicar el ungüento frotando suavemente en círculos sobre tu cara. Tras unos minutos, debes retirar la aplicación con abundante agua tibia.
Si tu piel es seca puedes sustituir la crema hidratante por unas cucharadas de aceite de oliva.