Nosotros: NOS-16
Toco y me voy
Digan wiskiiii....
Las cámaras digitales y la tecnología que incluyen, reemplazaron hasta el modo en que la gente queda para la ¿posteridad? Esta foto no me gusta, así que la borro.

Es una nota sin nostalgia: las cámaras nuevas son realmente fantásticas: uno sólo debe preocuparse porque tenga pilas o baterías, encenderla, apuntar (ni siquiera enfocar), gatillar y listo. Ella hace todo lo demás. Y luego, uno tiene un abanico de opciones que te permiten intervenir de inmediato la foto que sacaste, incluyendo la posibilidad de descartarlo si no te gusta y probar de nuevo.

Las cámaras anteriores, de las que todavía quedan algunas, tenían enigmas y transportaban sensaciones y suspenso hasta el mismo momento del revelado. Es que, salvo la pequeña mirilla del visor (una miniatura sin demasiados detalles precisos), uno estaba realmente a ciegas y sacaba la foto con un enorme margen de ignorancia.

Esas "antiguas" (íunos pocos años atrás!) máquinas además te dejaban la incógnita extra de saber si las primeras fotos del "rollo" (otra obscena antigüedad; en estos tiempitos light desaparecieron también los rollos) y las dos o tres últimas (digamos, las números 34, 35, 36 y ¿37?, ¿38?, si teníamos el coraje y el dinero de comprar rollos de los grandes) salían realmente.

El estudio fotográfico, y específicamente el señor que revelaba el rollo, eran tan importante como un médico o un partero, y uno estaba ante él como los familiares del recién operado en el pasillo: en ascuas, anhelantes, esperando la palabra tranquilizadora del profesional.

La palabra tranquilizadora era (y es para los que todavía tienen esas cámaras: algunas quedan) el sobrecito con las veinte o treinta fotos de papel. Los demasiado ansiosos, repasaban allí mismo en el mostrador y mientras pagaban, una a una las fotos y luego, fuera del local, se detenían y sentaban para hacer una mirada mucho más prolija y exhaustiva. Aparecían sorpresas, claro. Por ejemplo, uno salía flaco y pintón en tres fotos, pero con los ojos cerrados, o bizco o extrañamente panzón en otras tantas. Y si bien uno no podía descartarlas de inmediato como ahora, ya había una suerte de gradación y organización diferente que la estrictamente temporal, con las mejores fotos arriba y las otras de la mitad para atrás, para rematar con alguna buena como golpe de efecto final...

Hasta allí, aparecía la corte de los milagros entera: uno podía comprobar con horror que tenía un perejil de la maldita ensalada de papas con mayonesa en medio de la sonrisa post almuerzo familiar; o que salió con los ojos irremediable y tontamente cerrados (o rojos); o que el inmaduro de tu cuñado te hizo cuernitos a tu espalda... Sin solución.

La otra cuestión es que en los rollos de fotos grandes podían convivir distintos "eventos", viajes, reuniones y demás y realmente podía ocurrir que aparecieran fotos de varios meses atrás, que vos ni recordabas.

Por cierto, estaba también la cuestión "física". Las fotos se guardaban en una caja o en un álbum y vos podías mostrarlas (o al menos una cuidada selección sin perejil en los dientes ni ojos cerrados) a tus amigos, parientes y visitas.

En cambio, ahora uno saca fotos todo el tiempo: miles de fotos. Todo está documentado, fotografiado o filmado y ante semejante cantidad de fotos (podés sacar 300 sin problemas de una sola sentada sin cambiar "rollo" alguno) es obvio que no las trasladamos al papel. No se revelan más las fotos. Se rebelan, nomás: se niegan a ser fotos convencionales, tal como las conocíamos. Ahora son virtuales y están en tu computadora para todos y para nadie...

Encima, la mayoría de estas fotos tienen la opción (además de eliminar sin piedad las que no nos gustan) del retoque, de la edición, del photoshop antes sólo reservado para Susana Giménez. Se viene una generación de fotos "lindas" donde estaremos para siempre sonrientes, similares a las publicidades de celulares. Y si lo que digo, sin melancolía alguna -lo reitero-, pues también yo uso una máquina digital, no te gusta del todo, pues ya conocés el mecanismo: marcás, apretás delete, apretás OK ante el pedido de ratificación y a otra cosa. Enseguida tenés otra página.