Beatriz Fullone es licenciada en Trabajo Social, psicóloga social y maestranda en género y poder. Con toda esa formación teórica y varios años de trayectoria profesional se hizo cargo, en marzo, de la flamante Dirección Provincial de las Mujeres. La denominación en plural no es casual: "La dirección incluye a todas las mujeres, de diferentes niveles sociales, diferentes etnias, culturas, pueblos originarios, elecciones sexuales, teniendo en cuenta la diversidad". "Es un espacio -insiste- para todas las mujeres, jóvenes, no tan jóvenes y niñas".
"No tenemos un mes de vida, pero hemos comenzado con mucha fuerza y proyectos. En la provincia, la ciudad y en muchas localidades hay muy poco, casi nada y -en algunas- nada con respecto al tema mujer". En ese marco, uno de los ejes que tiene previsto abordar la repartición es el de la violencia contra las mujeres desde una perspectiva de género, necesaria para "entender y no revictimizar a la mujer". Pero además, esas políticas de género atraviesan todas las instancias de la vida de una mujer: "educación, cultura, trabajo, recreación, deporte", enumeró.
En ese marco se concretó días atrás una jornada de capacitación para reconocer, prevenir y atender situaciones de violencia contra las mujeres, destinada a directivos, personal de la Secretaría de Seguridad Comunitaria, del equipo de Violencia Familiar y el Servicio de Orientación Social (ver aparte).
En diálogo con El Litoral, Fullone recorrió los avances que se han logrado gracias a la lucha de las organizaciones de las mujeres: "Para muchas hoy es natural que una mujer esté en un cargo, aunque no es lo general porque son menos (que los hombres). Hoy, entrar a una facultad es natural. Sin embargo hay mujeres que han luchado muchísimo para hacerlo, porque el estudio era pensado para los varones". Siguiendo en esa línea, argumentó: "Filósofos de nuestra historia decían que en las mujeres está el sentimiento y en los hombres el razonamiento; otros decían, el hombre en la producción y las mujeres en la reproducción. Esto se sigue dando porque, si no, nos tendríamos que preguntar por qué a las nenas se les asigna el color rosa y a los varones el color celeste".
"Hay temas que culturalmente no se han podido desarmar y mitos que aún son muy fuertes", reflexiona. Y también se reflejan en violencia familiar: "Se sigue escuchando que si la mujer se queda es porque le gusta. Y si una mujer muere y se sospecha que fue la pareja, se focaliza la historia en la mujer y se cuestiona su moral pero no el asesinato".
Establecer políticas de género implican acciones sostenidas en el tiempo y no coyunturales. Para ello se pretende involucrar a otros organismos, como Salud.
Aún subsisten mitos como el que opera para creer que "quien es agresivo con la mujer, es malo con todo el mundo". Sin embargo, "puede ser un perfecto empleado, alguien que ocupa un cargo muy alto".
Además, se piensa que la violencia existe en los lugares marginales y, en cambio, cruza a todos los estamentos de la sociedad. "Se nota más en los lugares con menos recursos porque, a lo mejor, la persona con más recursos acude a un abogado particular y no queda en las estadísticas". "Pero quienes tenemos experiencia en los servicios gratuitos sabemos que también llegan mujeres de todas las clases sociales con parejas que, tal vez, son grandes empresarios o muy reconocidos y las mujeres piensan que no se va a poder hacer nada porque son hombres muy respetados en ciertos niveles. En algún sentido tienen razón -admite-, porque en el simbólico de la gente aparece esto que dicen los vecinos: `Era muy buena persona', parece que si no salía con un cuchillo en la mano no podía ser agresivo".
El programa "Ciudades sin violencia contra las mujeres, ciudades seguras para todas y todos" tiene el auspicio del Fondo para el Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (Unifem), la Red Mujer y Hábitat para América Latina (Cisca) y es financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid). Se implementó en Rosario en 2004 como prueba piloto, con la premisa de que "a mayor seguridad urbana, menos violencia hacia las mujeres".
El proyecto se enmarcó en el Plan de Igualdad de Oportunidades de la Municipalidad de Rosario y aún continúa, ahora en la etapa de formar a los y las agentes que están en terreno. De la jornada en esta ciudad participó personal de Seguridad Comunitaria, del equipo de la Dirección y profesionales del SOS. Entre otras herramientas que permitiría desarrollar está el protocolo de intervención "para establecer quién actúa en un primer momento", de manera de unificar los recursos, tal cual explicó Beatriz Fullone. Está previsto un nuevo encuentro a mediados de este año, esta vez abierto a ONGs y otros operadores que trabajan en terreno.
De la Redacción de El Litoral