Nosotros: NOS-03
Perfiles
Juliana Knoll: una argentina en la ONU
De Santa Fe a Ginebra. Nació en esta provincia y creció en Mendoza, donde estudió Relaciones Internacionales. No tardó mucho en comenzar a materializar su sueño de sumarse a la ONU. Hace seis años que vive en Ginebra. textos de Revista Nosotros

Un objetivo.

"Nací en Santa Fe, y a los 2 años mis padres se trasladaron por trabajo a Rosario y luego a la provincia de Mendoza, donde crecí y estudié.

Mientras estudiaba la Licenciatura en Relaciones Internacionales soñaba con trabajar algún día en las Naciones Unidas; todavía recuerdo como el primer día cuando les hablaba a mis profesores y compañeros acerca de este proyecto y, por supuesto que nos reíamos juntos, porque ni yo misma creía que algún día sería parte del sistema".

Sobran las razones.

"Siempre me gustaron las materias relacionadas con desarrollo social, la política internacional, el derecho y la historia. Mientras terminaba de cursar las últimas materias y comenzaba a preparar mi tesina, empecé a dar clases en una universidad y en un instituto como ayudante de cátedra. Fue aquella mi primera experiencia profesional. Al obtener mi título de licenciada, decidí hacer un viaje a Europa, pero no sabía dónde y tampoco por qué quería viajar. No me fui de Argentina por la situación social, política y económica que se vivía en esos momentos como muchos lo hicieron. Me fui más que nada porque quería desarrollarme profesionalmente y estaba convencida de que allí sería mucho más fácil... evidentemente me equivoqué".

La adaptación.

"El destino me llevó hasta Ginebra, Suiza, donde se encuentran gran parte de las organizaciones internacionales, y es sede de muchas empresas internacionales. Sola, sin familia y sin amigos, comencé a estudiar el francés, ya que es el idioma lo que me permitiría algún día adaptarme a un país con una cultura completamente diferente a la mía, con otras comidas, mucho frío y reglas civiles muy opuestas a lo que yo estaba acostumbrada. Pero para poder comenzar a ser parte de esta ciudad tan cosmopolita yo debía hablar y relacionarme; por eso trabajaba de día y estudiaba de noche".

Esfuerzo y apoyo.

"Así pasaron los años; los primeros dos fueron muy duros porque no lograba adaptarme y me era muy difícil comenzar a ser parte de la sociedad suiza, ya que era una inmigrante, una NN. A veces me preguntaba si era ése el lugar en el cual quería estar, pero cuando pensaba con la mente en frío me decía a mi misma: `has llegado hasta aquí y ahora no puedes bajar los brazos'. Me sentía totalmente sola y desamparada, pero mi fuerza interior y la que me enviaban mi familia y amigos a la distancia, me ayudaron a seguir caminando para lograr lo que deseaba. Sin su apoyo hoy no me encontraría en Ginebra y ya hubiera regresado al país. Pero así siguieron pasando los años y hoy ya casi se cumplen 6 de estar allá".

Lejos, por un sueño.

"Hoy en día puedo decir que mi objetivo casi está cumplido, que los sueños se hacen realidad si luchamos por ellos, que nada se logra sin sacrificio y sin esfuerzo, yo dejé todo en Argentina: mi familia, mis amistades, mis amigos, mi casa y mi trabajo por irme a un lugar desconocido, aislado de todo y con la esperanza de lograr mis sueños".

Personal

Santafesina de nacimiento, buena parte de la vida de Juliana Knoll transcurrió en Mendoza, donde comenzó a forjar su sueño de trabajar en la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

En ocasión de visitar aquella provincia, contó al diario Los Andes detalles acerca de la actividad que desarrolla en el programa Business Women, destinado a mujeres que quieren exportar sus productos. Allí afirmaba que "hay muchas mujeres en el poder. A nivel internacional se ve que la mujer está abriéndose más lugar en aspectos comerciales. Desde este programa, lo que pretendemos es ayudar a que sus productos se puedan comercializar a nivel internacional".

Desde su perspectiva, "en los aspectos internacionales la mujer tiene mejores condiciones para negociar. Se necesita no ser impulsiva, tener sensibilidad y no ser manipuladora".