Se trata de un ámbito que se construye en la compleja intersección entre salud, educación y arte. Con sede en la esquina de Urquiza y Tucumán, la propuesta apunta a "construir proyectos de vida saludables".
DE LA REDACCIÓN DE EL LITORAL
"Trabajamos para la salud mental desde la promoción y prevención. En los casos en que acontecen situaciones de alteración, pérdidas e interrupciones, apuntamos a la construcción de nuevos proyectos. Para ello interactuamos con diferentes disciplinas y actores que permitan promover y sostener lo que consideramos saludable, en tanto posibilidad de hacer lugar al propio potencial creativo".
De esta manera, definen a Vaivén sus integrantes. El proyecto nació en 2005, de la mano de Julia Benassi, licenciada en Terapia Ocupacional; María Emilia Fraile, terapista ocupacional y Claudia Karina Rosciani, psicóloga; grupo al que luego se sumaría la psicopedagoga y profesora en Ciencias de la Educación, Mariana All.
Vaivén ofrece espacios alternativos para la salud, que incluyen espacios terapéuticos y no terapéuticos (promoción de la salud). El equipo incluye a docentes, talleristas, acompañantes terapéuticos y otros profesionales de diversas disciplinas de la salud, la educación y el arte, convocados en el desarrollo de diferentes actividades: asistencia clínica en el área de salud mental, conformación de equipos de trabajo interdisciplinarios, espacios de formación con profesionales de diferentes disciplinas (grupos de discusión de casos y construcción de dispositivos de abordaje; supervisiones teóricas, clínicas de equipos terapéuticos-educativos, de la institución y externos).
También se proponen talleres abiertos a la comunidad: aprendizajes y juegos, plástica, música y literatura, desarrollados por maestras y especialistas en las disciplinas artísticas correspondientes. "Propiciamos espacios saludables, que den tiempo y hagan lugar al surgimiento de una producción creativa, a la posibilidad de resolver creativamente los problemas que se presentan en la vida cotidiana de un sujeto, su familia, la comunidad", definen desde la institución.
El taller lúdico-creativo de lectura y escritura para niños, por ejemplo, se propone como un espacio de juego, de libertad, de expresión y de placer. "El desafío es acercarnos a la lectura y la escritura, al universo de la literatura y el arte, generando herramientas que permitan a los más pequeños comunicarse con el mundo de los textos literarios, comprendiendo su lenguaje, su particularidad, permitiendo de este modo un vínculo diferente con las
palabras, con la escritura y favoreciendo un espacio de reflexión y creación literaria", indican.
EN MOVIMIENTO
"Además de las prácticas más tradicionales, estamos trabajando en la implementación de dispositivos de abordaje, construidos desde encuadres clínicos y filosóficos en permanente revisión, porque consideramos que constituyen un modo posibilitador de nuevas alternativas en la cura, en la actualidad".
"Las problemáticas actuales presentan una complejidad que exige ser abordada de modo complejizado (parafraseando a Edgar Morin, que piensa lo complejo desde su etimología, complexus "lo que está tejido junto"). Estos abordajes complejos son aquellos que construimos en equipo y a los que denominamos dispositivos. Entendemos por dispositivo a un complejo asistencial que excede las características de un servicio clásico de asistencia sanitaria y social. Desde las categorías de análisis foucaultianas, lo pensamos como un ovillo conformado por diferentes líneas en movimiento y tensión -saber/poder/subjetivación-, o bien como conjunto de intervenciones que irrumpen sobre lo existente, con el fin de desarticular uno instituido", explican.
Las profesionales sostienen que "comprender a la salud del hombre desde estos ejes implica una concepción de sujeto en permanente relación dialéctica con otros (su ambiente, su cultura). Implica pensar un sujeto que se produce con y a partir de otros, en un movimiento de doble vertiente: externo, interno y viceversa. En este movimiento de ida y vuelta -movimiento de integración- se crea como sujeto autónomo, pero siempre relacionado con otros, entendiendo esta relación como lazo que "liga' a un mundo social del cual es parte".
"Si lo propio de lo humano es el cambio, lo único -en tanto somos "singulares' y podemos construir con otros un colectivo heterogéneo, diverso, producido a partir del aporte particular de cada uno, del conjunto de "huellas personales'- entonces el sujeto que goce de salud será aquel que pueda poner en juego esta "potencia' ".
"Por ello Vaivén da nombre a nuestro proyecto, porque remite al movimiento. Consideramos a este vaivén que caracteriza las prácticas terapéuticas como lo que se destacable de los procesos saludables, en tanto siempre implican movimiento y requieren de al menos dos actores en diferentes posiciones cada vez; dos personas: terapeuta/paciente, enseñante/aprendiente, profesional/paciente, entre otros".