Escenarios & Sociedad: SOCI-05
AMÉRICA LATINA
Un desafío que cumple 200 años
En la Feria del Libro de Buenos Aires se desarrolló el panel: "Argentina y América Latina frente al Bicentenario", en el que participó el ex presidente de Chile, Ricardo Lagos.

El escenario fue la sala Jorge Luis Borges de la Feria del Libro de Buenos Aires. El encuentro fue organizado por la revista Ñ y Clarín. El título: "Argentina y América Latina: un continente frente al Bicentenario. Los desafíos del desarrollo". El expositor: Ricardo Lagos, quien fue presentado por Daniel Fernández Canedo, editor jefe del matutino porteño, y por el doctor en Ciencias Políticas y Sociales Natalio Botana.

Lagos, definido por sus compañeros de estrado como "uno de los hombres de Estado más importantes que ha dado América Latina", elogió la decisión de hablar de este tema en un espacio tan especial como ese, el de la Feria del Libro más excepcional del continente.

El disertante dividió el período de 200 años en dos partes, el primer centenario (1810-1910) y el segundo (1910-2010).

"En 1810 se produce la gran gesta de la libertad. Esta gesta de independencia, la que hacen América del Sur y Central, es la primera que tiene una escala regional. A partir de ese momento, surge la necesidad de cada país de configurarse como Estado Nación. Y queremos entonces enfatizar cada una de nuestras identidades. Esa es la pequeña-gran diferencia con la otra gran revolución que había tenido lugar en Estados Unidos, donde los 13 Estados surgen como Estados federales, pero con una visión ordenadora, con un gobierno central, con constituciones centralizadas y con un poder unitario para mantener la independencia de esas trece colonias.

"Estos son dos planteos distintos. Nosotros combatimos juntos, como si fuésemos uno solo. Pero la idea del Congreso Anfictiónico de Panamá, de 1826, murió antes de convocarse. A partir de eso, el sueño de Bolívar, de San Martín, de pensar algo más unido, terminó", sostuvo.

"Entonces, iniciamos nuestro primer centenario con la independencia, intentando tener una capacidad para afirmarnos como naciones independientes. ¿Qué son nuestros primeros cien años, sino la búsqueda de nuestra identidad nacional? Y esto conlleva el problema de los límites: buena parte del siglo XIX está ocupada por los conflictos limítrofes entre países. Cuando nos sorprenden los 100 años, ya somos claramente Estados Naciones".

La segunda parte, en tanto, viene de la mano de nuevos actores. "Y la opción para absorber los nuevos actores sigue siendo independiente, de cada uno de nuestros países. Todos tenemos situaciones muy similares: un sistema educacional que se expande, la educación es fuente de movilidad, a partir de aquí viene el acceso de las capas medias, luego vienen las demandas de los sectores populares. A todo esto se dan distintas respuestas en cada uno de nuestros países".

"Sin embargo, esta incapacidad de hacer un abordaje común de nuestros temas en el ámbito político, social y económico, no se da en el ámbito cultural, donde hoy sí existe esa especificidad llamada América Latina", explica.

VOCES QUE ILUSTRAN

"Para citar a algunos, Carlos Fuentes dice: "Ojalá que en América Latina, algún día, nuestra imaginación política, económica y social pueda igualar a nuestra imaginación verbal'. Y Fernández Retamar, en Cuba, dice: "Haría falta poner nuestras ciencias sociales a la altura de nuestro arte y nuestra poesía".

"Esta América Latina fue capaz de plasmar una identidad cultural de una envergadura notable, pero no fuimos capaces de acompañarla por una capacidad en el ámbito de las ciencias sociales o del poder político", opinó Lagos.

"Vargas Llosa dice: "Esta balcanización de América Latina, a diferencia de lo que ocurrió en América del Norte, donde las trece colonias se unieron y su unión disparó el despegue de los Estados Unidos, ha sido uno de los factores más conspicuos de nuestro subdesarrollo, pues estimuló los nacionalismos, las guerras y conflictos en que los países latinoamericanos se han desangrado, malgastando ingentes recursos que hubieran podido servir para su modernización y progreso. Sólo en el campo de la cultura la integración latinoamericana ha llegado a ser algo real, impuesto por la experiencia y la necesidad todos aquellos que escriben, componen, pintan o practican cualquier otra tarea creativa descubren que lo que los une es mucho más importante que lo que los separa de los otros latinoamericanos, en tanto que en los otros dominios, la política y la economía sobre todo, los intentos de unificar acciones gubernativas y mercados se han visto siempre frenados por los reflejos nacionalistas, por desgracia muy enraizados en todo el continente: es la razón por la que todos los organismos concebidos para unir a la región, desde el Pacto Andino hasta el Mercosur, nunca han prosperado".

"Al celebrar nuestro Bicentenario, podemos decir que nos ha ido bien en nuestra identidad latinoamericana a partir de las especificidades de cada una de nuestras culturas. Tenemos un mestizaje, mayor o menor; tenemos realidades indígenas, otras que vienen del mundo africano: todas estas realidades nos han dado una identidad cultural. Lo que no logramos tener es una identidad que nos trascienda como proyecto colectivo. Y entonces, por qué se produce el fracaso de la política y la economía: porque cada país se afirma en lo que es, y se abordan los temas a partir de cada uno", advirtió.

Según el ex presidente chileno, "buena parte de los errores y carencias que hemos tenido, en estos años, es que creímos que lograríamos la integración sobre un conjunto de elementos de tipo comercial o económico, y no nos dimos cuenta de los intereses distintos de cada país en cada uno de estos temas. Si la exigencia para que nos integremos es tener una misma política comercial entre países de distintas dimensiones, nos va a costar mucho. Tenemos que buscar una forma distinta de entender la integración".

BALANCES Y DESBALANCES

"Hoy estamos en una situación parecida a la de hace 200 años, cuando nos planteábamos cómo nos independizábamos de España. Entonces, la respuesta fue: todos juntos. Hoy, tenemos un mundo que se globalizó, que dejó de ser bipolar para ser unipolar, con un planeta y concepto de tiempo que se achican. No es una época de cambios: es un cambio de época. Y es un cambio que nos plantea un desafío al cual no estamos acostumbrados. Lo único que sí sabemos es que, en este mundo global, las naciones individuales, por grandes que sean, no determinan un espacio para poder competir, si no es a través de las regiones a las cuales pertenecen. 200 años después, estamos frente a una aventura que nos obliga a un nivel de convergencia tan complejo como el que se necesitó para enfrentar a España", indicó Lagos.

"Podemos iniciar nuestro tercer centenario con una nueva mirada: ¿podemos estar a la altura de lo que hizo el mundo de la cultura, de las artes, de las letras, en estos 200 años? ¿Por qué se ha producido este desbalance? ¿Podemos volver a echar una mirada sobre 1810, y plantearnos, al interior de nuestros países, un nuevo contrato social para poder tener la cohesión indispensable que nos permita participar activamente en un mundo que es global?

"Esto debe ir más allá de la retórica. Hay una sensación de voluntarismo, y no de realismo. Nuestros países deben estar espalda con espalda, para enfrentar a un mundo global que requiere un esfuerzo colectivo. En el mundo global, si queremos tener reglas de comercio, de arquitectura financiera internacional, de derecho de propiedad intelectual, de cambio climático, de migraciones... estos temas deben ser resueltos a escala global. En ese escenario, o jugamos juntos o las reglas las pondrán otros".

NATALIA PANDOLFO