La agresión protagonizada por el compañero de la mujer y padre de la niña no derivó en una verdadera tragedia porque dos jóvenes salieron en defensa de las víctimas y también, posiblemente, porque la hoja del cuchillo se partió.
Redacción de El Litoral
En el marco de un confuso incidente que anoche estalló en una vivienda ubicada Hno. Figueroa 8300 del barrio Los Troncos de nuestra ciudad, un joven de 19 años de edad atacó a puñaladas a su compañera, de 20, y también a su propia hija, una niña de apenas nueve meses de vida.
Tras perpetrar la agresión, quien sería el promotor y principal protagonista del drama familiar -un tal Carlos M.- abandonó el hogar a la carrera e intentó buscar refugio en la casa de su madre, pero una comisión policial de la Subcomisaría 12a. salió tras él y se lo impidió, en medio de un violento forcejeo para reducirlo y desarmarlo.
En tanto el fugitivo era capturado en Mansilla y Gorriti, las víctimas -Pamela, la madre y Sol, la hija- eran auxiliadas por otra patrulla. Ambas, con sus ropas teñidas de sangre, fueron llevadas a un hospital Mira y López, donde recién se podría ver que, afortunadamente, las heridas que les fueran infligidas eran superficiales y no revestían gravedad alguna.
De todos modos, tanto a la madre como a la niña recibieron los primeros auxilios en ese nosocomio y luego de pasar la noche en observación ambas recibieron el alta médica, esta mañana. Las fuentes consultadas dijeron que la mujer había sufrido numerosos cortes en el rostro, en el pecho y los más, en la espalda, presuntamente cuando cubría del ataque a la niña que tenía en sus brazos. La criatura resultó con un corte en el párpado del ojo derecho.
Los agentes policiales que ingresaron a la casa de calle Hno. Figueroa secuestraron dos cuchillos, uno de ellos con la hoja partida cerca del mango, con lo que cabe imaginar que las heridas no fueron profundas porque el acero se quebró apenas la furia homicida se apoderó de Carlos M.
También pudo haber obrado en favor de las víctimas que en el lugar del hecho estuvieran otros dos jóvenes que con su intervención en defensa de ellas evitaron la consumación de una verdadera tragedia. Esos jóvenes, dos adolescentes, también hicieron posible que madre e hija fueran rápidamente asistidas.
Fuentes policiales dijeron que Carlos M. se hallaba en un estado de excitación incontenible cuando los patrulleros de la Subcomisaría 12a. le colocaron las esposas, motivo el cual dos de los uniformados que forcejearon con él resultaron con golpes y escoriaciones.
A disposición de la Justicia competente el detenido permanecía alojado esta mañana en dependencias de la Subcomisaría del barrio Los Troncos. En la citada dependencia y con relación al referido incidente se instruyen actuaciones sumarias por las lesiones, leves, dolosas y posiblemente, también por atentado y resistencia a la autoridad.