Internacionales: INTE-04 Condenan encuentro entre Primer Ministro británico y el Dalai Lama

EFE

El gobierno chino condenó hoy el encuentro mantenido en Londres entre el primer ministro británico, Gordon Brown, y el Dalai Lama, líder espiritual tibetano en el exilio, transcurridos más de dos meses de las revueltas en el Tíbet.

El Ministerio chino de Asuntos Exteriores señaló que esta reunión "interfiere en los asuntos internos de China y hiere los sentimientos del pueblo chino", señaló el portavoz de turno, Qin Gang, en un comunicado.

Brown recibió ayer al Dali Lama en el palacete de Lambeth, residencia capitalina del arzobispo de Canterbury, lo que también ha despertado críticas en el Reino Unido por recibir al líder tibetano en un edificio religioso y no político, lo que reforzaría la oposición de Londres a la represión china en el Tíbet.

Los analistas señalan que Brown escogió el lugar con la intención de mejorar la relación económica con Pekín y no despertar sus iras, ya que el apoyo a la posible independencia del Tíbet es uno de los principales caballos de batalla en política internacional para China, sobre todo desde las revueltas de marzo.

El encuentro con el Dalai Lama fue calificado por el Primer Ministro británico de "cálido y constructivo", y ambos líderes hablaron sobre el terremoto de Sichuan, el más devastador en 30 años en China.

Ni la elección del lugar ni el hecho de que el Dalai Lama haya enviado su pésame a las víctimas del seísmo y expresado su disposición a asistir a los Juegos Olímpicos de Pekín en agosto han conseguido aplacar las iras de Pekín por el encuentro. El portavoz chino subrayó hoy "el profundo descontento" de su Gobierno por la reunión entre Brown y el Dalai Lama.

Qing evitó pronunciarse esta semana sobre si finalmente invitarán al líder espiritual tibetano a los Juegos de Pekín.

El Dalai Lama, que vive exiliado en la India desde 1959, se encuentra en el Reino Unido en visita de once días en los que además de reunirse con los políticos británicos ha pronunciado varias conferencias.

En marzo, el Tíbet vivió las revueltas más graves contra el poder chino en dos décadas, lo que provocó una fuerte intervención de Pekín, que todavía mantiene vetada la región a observadores internacionales.

Por este motivo, nadie ha podido verificar si el violento levantamiento tibetano acabó con la vida de 20 civiles chinos, como asegura Pekín, o si fueron 200 los muertos por la represión militar china, como asegura el entorno del Dalai Lama.