Opinión: OPIN-05 "Chiquita" en Nueva York

David Valenzuela

El escritor cubano Antonio Orlando Rodríguez presentó en Nueva York la novela "Chiquita", con la que ganó el Premio Alfaguara 2008. Un acto especial, a juicio del autor, ya que el libro se presentó "en el primer lugar que conquistó Chiquita y pude mostrar fotografías de ella misma y de otros personajes que participan en la acción, así como de los lugares en los que vivió", dijo Orlando, quien vive fuera de la isla caribeña desde hace 17 años.

Orlando, quien recibió el prestigioso galardón el pasado mes de abril en Madrid, presenta ahora al público neoyorquino la biografía imaginaria de una bailarina cubana que, pese a medir tan sólo 26 pulgadas, logró triunfar en el Nueva York de finales del siglo XIX y principios del XX.

"Chiquita" narra en sus 500 páginas la historia de una liliputiense cubana, hija de una familia acomodada de la localidad de Matanzas, que decidió ganarse la vida como bailarina y cantante de los teatros de variedades bajo el nombre de "La muñeca viviente".

El escritor reconoce que en Nueva York ya queda "muy poco" de la esencia de "Chiquita", ya que, por ejemplo, lugares tan concurridos por ella como El Palacio del Placer o la Hauffman House, donde vivió, fueron demolidos hace años. "Visité esta ciudad muchas veces, cuando me puse a investigar sobre el personaje. Me paraba delante de donde había estado un edificio en cuestión y podía ver lo que sí había sobrevivido alrededor y sentía lo que Chiquita había podido ver", explicó el escritor.

La novela está concebida como una autobiografía dictada en la vejez a un periodista que trata de cotejar verdad y exageración en cada peripecia de "Chiquita", por lo que su rasgo característico se basa en la delgada línea que divide la realidad de la ficción. "Este libro trata de rescatar la leyenda de "Chiquita', pero una leyenda reinventada, ya que no es una biografía, porque ella misma como personaje manipula su historia. A estas alturas ya no sé qué es verdad y qué inventé, porque la línea entre la verdad y la fabulación es muy imprecisa. Ésa era la intención de la novela", concluyó.