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TEMA CENTRAL / EDUCACIÓN
Aprehender música desde la panza
Favorecer las aptitudes musicales de los niños y desarrollarlas desde antes de nacer o desde edad temprana, es el objetivo de este trabajo.. 

Sonidos desde edad temprana. "Todos nacemos con capacidades musicales". Ésta es una de las premisas de la educación musical en la temprana infancia. El objetivo es promover el aprendizaje de la música desde los primeros meses de vida -incluso desde antes de nacer-, en un ambiente familiar, distendido y ameno. textos de Agustina Mai

La educación musical en la temprana infancia se basa en la Teoría del Aprendizaje Musical del profesor norteamericano Edwin Gordon, quien durante casi cincuenta años de investigaciones y observaciones, describe las modalidades de aprendizaje musical del niño a partir de la edad neonatal y se basa en un principio según el cual la música puede ser aprendida a través de procesos análogos a los del aprendizaje del habla.

"La teoría del aprendizaje musical tiene como objetivo fundamental favorecer el desarrollo de las aptitudes musicales de cada niño según sus propias potencialidades, sus propias modalidades y, sobre todo, sus propios tiempos", sintetiza Enzo Valls, quien aplica este método en Santa Fe.

Enzo Valls es santafesino, pero pasó la mayor parte de su vida en Buenos Aires, Chile, Brasil y, sobre todo en Italia, donde desarrolló significativas experiencias como docente, educador y promotor de actividades, eventos y proyectos culturales dedicados a la infancia, especializándose en los últimos años en educación musical en la temprana infancia, aplicando la Teoría del Aprendizaje Musical de Edwin Gordon.

Además, obtuvo una beca de la Secretaría de Cultura de la Provincia de Santa Fe que le permitió desarrollar un proyecto de investigación que apunta a adaptar al contexto local la metodología de Gordon. Actualmente, Enzo Valls ejerce su actividad educativa en Tinkunaco (Centro Multidisciplinario de Preparación para Maternidad-Paternidad), en Estudio Norte, en Cantiga y Manzanas Solidarias.

La teoría del aprendizaje musical

"Edwin Gordon, un profesor norteamericano que tiene más de 80 años, estudió por décadas -a partir de las observaciones que realizó en las guarderías y en los jardines- cómo aprenden los niños más chiquitos, de menos de 3 años. Creó una metodología que tiene que ver con el aprendizaje, aunque no tanto con la enseñanza -aclara Enzo Valls-. Cuando uno enseña transmite una metodología a priori, la baja a los alumnos y el alumno se tiene que adaptar al método. Con la educación musical, los chicos están libres de adoptar o no los estímulos que se le dan en una situación de total libertad para moverse y jugar en el ambiente en que se trabaja".

Según Gordon, el aprendizaje de la música natural es muy parecido a la manera en que todos aprendemos a hablar. ¿Cómo adquirimos el lenguaje? "En un ambiente libre, familiar, sin muchas exigencias y con mucha comunicación", sostiene Enzo, y agrega: "A nadie se le ocurre ponerle al chico un CD para que aprenda a hablar, sino que se le habla o se habla delante de él. Nadie facilita el lenguaje a la hora de hablarle a un niño porque se sabe que es un error utilizar un lenguaje simple para los chicos. Hay que hablar normalmente; los niños entienden y, en un primer momento, van formando su comprensión de la sintaxis y, más adelante, de la gramática".

A partir de esta explicación de cómo los niños adquieren la habilidad del lenguaje hablado, Valls explica cómo se educa a los niños musicalmente: "Aquí se trasmite la sintaxis de la música y se trata de que los chicos reciban los mismos estímulos que reciben para el habla, pero con la música, y en la misma edad en que están listos para percibir y recibir de la mejor manera esos estímulos, es decir antes de los 3 años".

¿Cómo es la clase?

"Los chicos están en un ambiente familiar, ameno y afectuoso porque están con sus padres" -asegura el docente-. Pero ¿cuál es el rol de los padres durante la clase?. "Los padres colaboran o son más pasivos, según las necesidades que voy detectando, pero fundamentalmente canto yo. Son cantos rítmicos y melódicos, con una cierta complejidad y mucha variedad", apunta Valls.

"Normalmente se piensa que los chicos tienen que escuchar solamente canciones alegres, en tono mayor, pero no es así; eso puede estar bien para divertirlos, pero acá no se trata sólo de divertirlos, sino de educarlos".

A partir de la investigación que llevó a cabo, Valls llega a la conclusión de que "el rol de los padres y la familia es muy importante" y asegura que "los padres no deben ver a la estimulación musical como algo separado de lo que ellos pueden hacer, es decir, dejarla sólo en manos del profesional, sino que tienen que asumirla como propia". En este sentido, Valls incentiva a la familia y explica que, si bien educar musicalmente "no es como hablar -porque todos intuitivamente sabemos cómo estimular en los chicos el habla-, tampoco es algo de otro planeta: todos estamos en condiciones de cantarle a nuestros hijos. El canto es fundamental, es la cultura musical por excelencia".

Por otra parte, el docente hace mucho hincapié en la necesidad del juego y el movimiento para que los chicos aprendan: "La música no se puede transmitir desde atrás de un escritorio o de un piano. Hay que tirarse al piso, jugar con los chicos y correr con ellos. Uno tiene que hacer todo lo que hacen los chicos para entrar en contacto".

La necesidad de la variedad

Más allá de las posibilidades que brinda la educación musical temprana, Valls reconoce que "el chico se va a educar, esté o no en contacto con una buena estimulación, porque es imposible escapar a la influencia sonora del ambiente". Sin embargo, remarca que cuando "la estimulación está graduada y adaptada a la edad, es mucho mejor. Si uno crece en medio de la música clásica, puede llegar a amarla y comprenderla o, por el contrario, a odiarla. Pero si, además de clásica, también escucha rock o cumbia, entonces tiene la posibilidad de discriminar, de elegir y comparar. Todo eso a nivel de percepción muy profunda, que no se logra mediante la enseñanza, sino mediante la percepción".

¿Cuál es el objetivo que persigue la educación musical? Enzo explica que "la idea es que los chicos tengan una educación musical de base, que es lo que falta actualmente", y aclara que "así como nadie pretende que un chico aprenda a hablar para convertirse en un orador o que aprenda a correr para ser atleta, lo mismo pasa con la música. Tenemos que educar en la edad en que las aptitudes están al máximo y desarrollarlas para que el chico haga con eso lo que quiera y pueda. Va a desarrollar capacidades rítmicas y melódicas con las cuales puede llegar a ser un músico algún día o un público bueno, con capacidad de comprensión y de apreciación de cualquier tipo de música. Y el canal fundamental para hacerlo es a través del canto".

Cualquiera puede cantar

"Cualquier chico está en condiciones de participar de la clase", afirma Valls, y argumenta: "Por más de que el sentido común indique que las capacidades musicales las tienen muy pocas personas, es exactamente al revés: la gran mayoría de las personas tiene capacidades musicales, lo que pasa es que no son desarrolladas desde chicos y, además, son castradas".

En este sentido recurre al típico ejemplo de alguien que dice que no canta porque es desafinado, ante lo cual Valls reflexiona: "Eso es una paradoja. ¿Cómo alguien que realmente es desafinado puede darse cuenta de que lo es?. La respuesta habitual es "me lo dijeron en la escuela". Los sordos son los profesores tradicionales de música que, en vez de desarrollar las capacidades, las castran para siempre al decirte "no cantés'. No saben que todos tenemos capacidades musicales", subraya.

Valls no se cansa de repetir que "todos tenemos capacidades musicales", pero también remarca que "es necesario desarrollarlas antes de los tres años, que es la edad en que están al máximo".

A partir de los tres años, Enzo explica que las aptitudes comienzan a declinar. Sin embargo, las capacidades se pueden desarrollar en cualquier momento, aunque no van a llegar al mismo nivel que al que llegarían si fuesen desarrolladas desde los primeros años de vida. A los 8 o 9 años esas aptitudes se estabilizan en un nivel bastante bajo y no se pueden desarrollar más, salvo con el estudio. Pero podrían desarrollarse mucho más si se comenzara con la estimulación en los primeros meses de vida o inclusive durante el embarazo".

Música sin palabras

"En lo rítmico, los bebés son atraídos por el movimiento de los labios, entonces cuando uno canta, ellos miran los labios y reconocen los ritmos y los absorben más por el movimiento que a través del sonido", sostiene Valls. Ésta es una de las razones por la cual durante las clases no se usan textos, sino sólo sílabas, "sobre todo con consonantes bilabiales -como ma-pa-ba-, que los chiquitos pueden reconocer bien por el movimiento de entrechocar los labios", precisa.

Es que el objetivo de la educación musical consiste, según este profesor, en "llegar a los chicos con un tipo de estimulación que es esencialmente de percepción, no racional. Por eso no usamos las palabras; porque desvían del significado profundo de la música". Y concluye con un ejemplo muy sencillo: "Si yo canto "Manuelita vivía en Pehuajó...' les estoy dando a los chicos una melodía, pero también conceptos que inducen a la mente a preguntarse qué son esas cosas Manuelita, vivir, Pehuajó- y hacen que uno se olvide de la música o, por lo menos, la atención no se centra allí. En cambio si yo canto "pa-pa-pa-pa' (tarareando la canción de María Elena Walsh), lo que llega es esencialmente música y de manera más profunda".

Transmitir amor a la música

Durante el embarazo

En los primeros meses de embarazo el feto no puede oír, pero sí percibir a través de las vibraciones. Recién a partir del cuarto o quinto mes de gestación, el bebé ya tiene su oído formado. "Podemos tener un contacto directo a través del canto, sobre todo de la madre; incluso las hormonas sirven para comunicar. En la medida en que la madre cante y sienta placer por ese canto, va a poder transmitirle al chico ese placer y su amor por determinada música", explica Enzo Valls.

En este sentido, el docente desmiente una creencia muy común: "Mucha gente piensa que durante el embarazo hay que escuchar música clásica. Pero si a la madre no le gusta este tipo de música, lo que le va a transmitir al bebé a través de las hormonas es una sensación desagradable. La mamá tiene que escuchar lo que a ella le guste, así sea rock; aunque también es importante que escuche música variada".

Horarios

Enzo Valls dicta varios cursos, de acuerdo a las edades de los niños. Para los bebés de 0 a 2 años: miércoles de 17.30 a 18.30 (Grupo A) y jueves de 16.30 a 17.30 (Grupo B). Para los que tienen entre 2 y 3 años: lunes de 18 a 19.

Mensualmente se realiza, además, un taller dirigido a los adultos que acompañan habitualmente a los chicos.

Por otra parte, se da el curso Musicreciendo desde la panza y en pareja, los jueves de 20.15 a 21.

Maternidad

Los cursos se dictan en el Tinkunaco, Centro Multidisciplinario de Preparación para la Maternidad/Paternidad (Salta 2972, of. 8). Tel.: (0342) 4526415 - (0342) 155-025043. E-mail: [email protected], página web: www.tinku.com.ar.

Más información

Los interesados en conocer más acerca de esta actividad de Enzo Valls pueden comunicarse al teléfono (0342) 4605091, vía mail escribiendo a [email protected], o visitando el sitio web http://musicreciendo.blogspot.com/.

La realidad santafesina

ADAPTAR EL MÉTODO.

Gracias a una beca otorgada por la entonces Secretaría de Cultura de la Provincia hoy convertida en el Ministerio de Innovación y Educación-, Enzo Valls investigó acerca de la aplicación de la teoría del aprendizaje musical, originaria de Estados Unidos, en nuestro contexto local. "Son situaciones social y culturalmente totalmente ajenas, por eso analicé todas las posibilidades que tendría esta metodología de ser desarrollada en Santa Fe", cuenta.

Como conclusión, Valls señala que "se trata de una cuestión a ser desarrollada en las escuelas y en los jardines de infantes, que son contextos en los que los chicos ya están de forma masiva".

En este sentido, remarca la necesidad de que este tipo de aprendizaje se difunda a un nivel más masivo y que sea incorporado en la educación, aunque reconoce que no se trata de "una idea muy valorada. No veo ni siquiera propuestas concretas. No hay estudios para analizar cómo pueden aprender los chicos, sino que lo que se hace es adaptar, más o menos a ojo, lo que sabe para los grandes. Para mí eso es tratar de adaptar lo inadaptable, porque no se pueden aplicar los mismos criterios para los chicos que para los que empiezan a estudiar música a partir de los 8 ó 10 años, porque a esa edad se da una comprensión más teórica que perceptiva".

En ese marco, el 6 de junio comenzará un curso de capacitación con una duración de 5 encuentros cada 2 semanas- de introducción a la educación musical, orientado a docentes, padres y trabajadores sociales.