ROBERTO MAURER
Mezquinado por el 9, desde hace unas semanas el Canal 26 de cable proporciona una dosis diaria (lunes a viernes, de 21.30 a 22) de Chiche Gelblung, una medicina intemporal, como la aspirina o el té de boldo. Dada la frecuencia con que las chicas de la farándula visitan "Chiche en vivo", sería impropio afirmar que se trata de entrevistas "cara a cara", o no exclusivamente.
Estuvo Gerardo Sofovich, y ambos pudieron confundirse con dos viejos catedráticos que conversan en la sala de profesores de una universidad, salvo que se oyera el diálogo. "¿Es cierto que vos inventaste las tetas y los culos en la televisión?", preguntaba Chiche a su eminente colega, descartando de la Creación a Dios y la Naturaleza (*).
Sofovich se autodefinió como un moderado que jamás cruzó la frontera del buen gusto y sostuvo que los excesos siempre fueron de sus imitadores. También destacó que ayudó a mucha gente que ahora le está agradecida, salvo la Traidora (Nazarena Vélez), situándose casi en la posición de un benefactor de la humanidad. Sin mencionar su nombre, Jorge Rial, un ex amigo, fue triturado con desprecio.
POETISA Y SOCIÓLOGA
Chiche suele ofrecer un cóctel de invitados, y en un programa primero apareció Jorge Telerman, elegante, con un fungi comprado en Washington: es un cadáver político con algún indicio de vida. Fue seguido por un experto en asuntos agropecuarios, y luego por Jessica Cirio quien, desde un principio, parada a un costado, exhibía sus únicas cualidades, que las cámaras registraban mientras continuaba el diálogo con el entrevistado acerca de las retenciones móviles. Durante el análisis de la renta de la tierra, Chiche se dirigía ocasionalmente a ella para preguntarle si la suya era una cola trabajada. El laboreo del campo, así, se identificaba con los esfuerzos que demanda el trasero de Jessica Cirio.
Al otro día se produjo un encuentro que pudo entenderse como un desagravio a Belén Francese, una suerte de mascota de Chiche, recientemente eliminada de "Bailando por un sueño", y a quien Gelblung presenta como "poetisa y socióloga". La relación de Belén con la poesía descansa en su facilidad para la rima, a veces pedregosa y lejos de Girondo, aunque en alguna antología podrían figurar hallazgos como "soy famosa y poca cosa" y "Chiche, comprate un caniche". A esa cualidad el conductor la denomina "repentismo ilustrado", y lo alimenta prestándole libros.
EL QUIÉN ES QUIEN DE "BAILANDO"
Pero ella estaba ahí por sus revelaciones, el fruto de una "guerra", según su definición del medio ambiente de las participantes del programa de Tinelli, donde hay internas, como en la Cámara de los Lores o cualquier parte. Belén divulgó una lista que se instrumentaría en el programa, donde las chicas son clasificadas como insectos.
Se trata de un orden jerárquico cuyas categorías son, a saber: grasas, huecas, finas, gatos cascoteados, viejas, intocables y peteras. Las Grasas son las voluptuosas de busto y cola, como Marixa Valli y Fernanda Vives. Cualquier relación con la cumbia también las condena. Entre las Huecas están Natalia Fassi, Karina Jelinek y la propia Belén Francese. En las Finas se reúnen Pampita, Dolores Barreiro y Millie Stegmann, o sea las esbeltas, y tal vez las autoras de esta lista infame. En Gatos mencionan a Cecilia Oviedo, y en cuanto a las Viejas, es obvio que se cite a Adriana Aguirre, a quien también le dicen Vieja Pata de Palo. Entre las Intocables figuran Laura Fidalgo y Marianela Mirra, a quien también llaman Tirapedos, en tanto que Gabriela Bo está entre las Peteras.
La monstruosa discriminación habría surgido cuando Pampita Ardoain fue inesperadamente derrotada por Marianela Mirra, cuyo único linaje sería "la misteriosa adhesión del público". Y la revancha de la llamada "realeza" fue la repugnante clasificación.
VELADA LÍRICA
Belén Francese, entre risas tontas, confiesa que "me habría gustado estar entre las Finas, porque soy una intelectual". Chiche le pide una rima de "fina", pero no le sale. "Lo que pasa es que la improvisación me cuesta", sufre ella. Chiche la alienta: "Vos tenés que valorizar el ser grasa y hueca, y sentir orgullo". Belén asiente, mientras Chiche construye su propia rima:
Grasa y hueca me dicen,
ellas creen que me maldicen,
cuando en realidad me bendicen.
Belén memoriza la versificación, extasiada, como si estuviera con Ezra Pound, y se inspira: "Peteras, peteras, usan rodilleras".
"Es buena, pero un poco fuerte", le dice su protector.
Ella, entusiasmada, crea otra rima: "Gatos cascoteados, serán así porque no son amados".
Ante tanta perfección, Chiche prefiere detenerse en ese momento de gracia.
"No digas más nada, Belén, ya cumpliste", y cierra el programa.
(*) En las conversaciones de Ackerman con Goethe, es notorio que uno es pedestal y el otro, monumento. Aquí no, fue un encuentro de coloso a coloso.