Deportes: DEPO-09 "Don Carlos, ¿me pone hoy?"
Pontoni era un gimnasista de corazón y quería jugar los clásicos a toda costa, aunque don Carlos Gudiño no siempre lo ponía.

René Pontoni era un gimnasista de corazón, quería jugar los clásicos a toda costa, se entrenaba durante la semana después de cumplir con su trabajo y se sentía un "Pistolero" de toda la vida, se había criado en los potreros del barrio La Facultad y amaba la camiseta de la franja azul, de 4 de Enero y Juan de Garay.

Lo sacó de la calle don Carlos Gudiño, un romántico del fútbol, socio fundador del Club de Gimnasia y Esgrima, quien lo descubrió y lo formó como a José "Chengo" Canteli, Juan Carlos Sobrero (N. O. Boys y Racing Club), Oscar Mansilla, los hermanos Miguel y Enrique Pesarini (Newell's Old Boys de Rosario y Chacarita Juniors) en la última etapa gloriosa de esa entidad.

En la espléndida época de Gabriel Magán, Genaro Canteli, Enrique "Chueco" García, Rafael Amadei, Salas, Mors, Jerónimo "Oso" Díaz, lo contó como descubridor y hacedor de muchas figuras, a las cuáles supo orientar con la capacidad que siempre se le reconoció, cuando de aplicar su ojo "clínico" se trataba.

René Pontoni, su máxima conquista, llegaba al club los domingos con la camiseta de la franja puesta y los ojos llenos de ansiedad, preguntando tímidamente: "Don Carlos, trabajé toda la semana, ¿me pone hoy en el equipo?, tenemos que defender el honor del barrio y ganar el clásico (frente a Unión y F. C. Santa Fe)".

La pregunta tenía la entonación casi de un ruego, Pontoni "Huevito" o "La Chancha" fue producto de la sapiencia futbolística de un lírico como Gudiño, llegó a jugar tanto y tan bien que entró en la historia del balompié nacional, como uno de los mejores centrodelanteros que tuvo la Argentina. Inolvidable.