Argentina buscó llevar la iniciativa desde el comienzo, pero le costó una enormidad generar maniobras claras, no sólo por errores propios sino también por méritos del rival, que con una presión envidiable en la mitad de la cancha intentó, muchas veces con éxito, neutralizar las "sociedades" de la escuadra de Basile.

Mientras, Mascherano aportó el acostumbrado sacrificio en la recuperación, Verón, con mucha dinámica, trató de convertirse en "patrón" en la zona central y juntarse con Riquelme para crear fútbol en el medio. Ellos dos fueron los encargados de buscar a Messi, quien se retrasó unos metros para encarar sobre la base de habilidad y buscó encontrarse con Agüero, aunque el ex Independiente perdió siempre ante los defensores rivales.

Pese a los problemas que le planteó Ecuador, Argentina fue la que creó las tres situaciones más claras de gol que se registraron en el primer período, todas después de centros desde los costados. En la primera, a los 14 minutos, Riquelme no pudo conectar como quería un centro de Zanetti desde la derecha. Poco más tarde, Verón habilitó por izquierda al volante de Boca, quien envió un centro bajo, y Mina desvió al córner cuando Agüero se disponía a abrir el marcador. Y en la última, sobre los 40, el que evitó la caída de su valla fue Ayoví en el área chica, tras un centro de Maxi Rodríguez que llevaba como destinatario a Messi.

Ecuador, por su parte, salió con el claro objetivo de jugar lo más lejos posible de su arco. Para eso presionó a la Argentina bien arriba, fue solidario en el medio y cuando pudo atacó con alguna corrida de Guerrón por la derecha, ya que Carlos Tenorio, el más adelantado, tuvo poca participación.